Lizeth Dávila, madre de Alvarito Conrado: “No vamos a permitir ni un aterrizaje suave ni impunidad”

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Cuando se cumplen tres años de haber perdido a su hijo Alvarito Conrado, durante las protestas de abril de 2018, Lizeth Dávila Orozco se encuentra en Ginebra, Suiza, adonde llegó hace un año para denunciar en las Naciones Unidas los crímenes del régimen de Daniel Ortega. No ha regresado a Nicaragua debido a la pandemia del Covid-19.

Junto a las demás Madres de Abril, a como se les denomina a todas aquellas que perdieron hijos a causa de la represión orteguista, quieren ver sentados en un tribunal, respondiendo por sus crímenes, a Daniel Ortega, su esposa Rosario Murillo, y a todas aquellos que fueron partícipes de la sangrienta represión de 2018 que dejó al menos 325 personas asesinadas, la mayoría de ellas jóvenes.

Dávila Orozco, de 41 años de edad, analiza, en esta entrevista vía telefónica con la revista DOMINGO, cómo es visto el régimen de los Ortega Murillo en el exterior de Nicaragua, el cual, según ella, está totalmente desprestigiado, pero cómo también les está costando a los opositores lograr la unidad, la clave, además de unas correctas reformas electorales, para que la dictadura no continúe dañando a los nicaragüenses.

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¿Cómo ha pasado estos días cuando se acerca el tercer aniversario de la muerte de su hijo?
Todos los días es de extrañar a mi hijo. Cada momento que pasa, cada día que uno tiene piensa en sus seres queridos, pienso en la manera en que fue arrebatada la vida de mi hijo, siendo un jovencito de 15 años. Fue una injusticia lo que hicieron y lo que continúa haciendo el régimen de Daniel Ortega en Nicaragua. A partir del asesinato de mi hijo fue que comenzamos la lucha y no vamos a descansar hasta lograr la justicia. Vamos a tener paz hasta que miremos que la justicia se haya logrado para nuestros hijos.

¿Qué reflexión ha hecho sobre todo lo que ha pasado desde la muerte de su hijo?
Uno como madre no pare a sus hijos para que terminen a como terminó el mío. Uno a sus hijos los forma con valores, dándoles una buena educación, que ellos se den cuenta de que tienen su manera de pensar y que deben defenderla. Y fueron, yo creo, los motivos que a Álvaro lo llevaron para tomar esa decisión e ir a apoyar a los muchachos que ya estaban protestando. Que no tenía derecho el régimen de hacer lo que hizo con ellos, sí, no tenía derecho. Lo que pasa es que ellos están acostumbrados a que la gente esté al “sí, señor”, a que tengan la bota puesta en el cuello y que no puedan defenderse. Mientras que mi hijo y los jóvenes que salieron a defender a las calles, por todas las injusticias que estaban sucediendo, eran seres pensantes, con valores y con mucho futuro por delante. Y vinieron ellos y arrebataron todos sus sueños, sus anhelos. No es lo que uno espera, uno no puede decir vale la pena o no vale la pena, porque cada uno sabemos qué es lo que ha venido haciendo durante mucho tiempo el régimen de Daniel Ortega en el país, y yo creo que ya estamos hartos de tanta impunidad y de tanto pisoteo a los derechos humanos. Se tenía que levantar el pueblo y tenemos que continuar esta lucha hasta el final.

¿Qué cree que ha fallado en esta lucha?
Es la unidad. Cada quien está jalando a su propia conveniencia. Ha venido desviándose la lucha que los jóvenes iniciaron con un anhelo de libertad, de justicia, de democracia en el país y otros la han cogido para querer ser un escalón en la vida política de ellos. De lo que sí estamos claras es que no vamos a permitir ni un aterrizaje suave ni impunidad ya en el país. A como dé lugar nosotras vamos a llegar a la justicia. Depende de los candidatos que deseen continuar con su aterrizaje suave. No sé quiénes los van a apoyar porque nosotras no. A quien sea se le va a exigir justicia en el país.

¿A qué se refiere con aterrizaje suave?
Por ejemplo, un pacto. O negociar. En el país se ha venido negociando impunidad durante mucho tiempo. Todo ha quedado en la impunidad. Los asesinatos, todo lo que pasó en el tiempo de los ochenta. Ortega está creído de que esta vez va a ser igual y yo creo que no. Nosotras estamos luchando para que esto sea diferente. La memoria de nuestros hijos va a permanecer viva y nosotras nos vamos a encargar de eso. Si la memoria está viva, no se va a olvidar lo que pasó. Tienen que pagar.

¿Cómo ha visto el proceso electoral?
A como le repito, cada uno está jalando para su lado. Como madre de Alvarito Conrado, yo voy a apoyar al candidato que me garantice, que se comprometa, a lograr la justicia, que verdaderamente sea justo. Creo que cada una de nosotras vamos a apoyar al candidato que vaya en la ruta de la justicia. Es que no podemos desviarnos. Nuestros hijos no merecían morir así. Nosotras necesitamos justicia, ya no queremos impunidad en el país. Necesitamos libertad, democracia. Y si volvemos a caer en lo mismo, repetimos lo mismo, no vamos a salir de esto.

¿Cómo están viendo las Madres de Abril el tema de las reformas electorales?
Recuerde que se dio un plazo hasta mayo. Vamos a esperar mayo para ver de qué manera avanza lo de las reformas electorales, qué puntos vienen, qué puntos faltan. Conforme a eso vamos a pronunciarnos.

¿Y si no les satisfacen esas reformas electorales?
Se va a tener que hacer un trabajo extra. No podemos ir a elecciones sin reformas debidamente revisadas y con garantías. No podemos. Y es lo que se le va a exigir también al candidato que vaya rumbo a la Presidencia.

¿Qué les han parecido las propuestas de candidatos que han salido?
Hasta el momento son pocos los que han hablado del tema de justicia. Es una pena porque abril (de 2018) es un mes y una fecha inolvidable. Deberíamos todos de mantener ese espíritu de abril vivo y lo primero que deben de pensar ellos es el tema de justicia.

“De lo que sí estamos claras es que no vamos a permitir ni un aterrizaje suave ni impunidad ya en el país. A como dé lugar nosotras vamos a llegar a la justicia”. Lizeth Dávila, madre de Alvarito Conrado.

¿Se habla de Nicaragua en Europa?
Claro que sí. Ahorita el tema principal es el año electoral. Se está viendo cuáles son los candidatos y qué dice cada uno de ellos. Todo se basa en la unidad. Lamentablemente, desde aquí se ve que está cada quien jalando para su lado y no están pensando en una sola fuerza opositora. Es lo que se logra ver.

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¿Por qué dice que todo mundo está jalando para su lado?
Primero, se están repartiendo las diputaciones, primero se están repartiendo los cargos. Es como dice el dicho, estás matando el venado sin ni siquiera tenerlo. Y mientras no se unan no se va a lograr sacar a Ortega, y si no se saca a Ortega, no podés hacer los cambios debidos en cada una de las instituciones del Estado.

Los analistas dicen que en toda elección hay candidatos.
Claro. Para llegar a unas elecciones obviamente tiene que haber candidatos opositores. Pero el candidato opositor tiene que tomar en cuenta lo que ha pasado desde abril. No son unas elecciones normales las que vienen. Son unas elecciones con madres y con un pueblo que exige justicia. Yo creo que eso es lo que ellos deberían de tener muy en cuenta. El tema de la justicia, el tema del compromiso para una verdadera democracia, una verdadera libertad. Ya no más pactos, ya no más impunidad en el país. Tanto a las madres, que fuimos las que perdimos más, porque no vamos a volver a tener a nuestros hijos con vida, yo creo que un pueblo también tiene derecho y demandas. Justicia, democracia y libertad para el país, porque aquí la sufrimos todos.

¿Qué comentan las Madres de Abril respecto a la unidad de la oposición?
Que se pongan de acuerdo, que dejen sus intereses personales, que dejen sus intereses monetarios y que realmente sí trabajen por el país. Eso es lo que deseamos. Que sí realmente se haga unidad por la justicia, que se haga unidad para velar por el bienestar entero del país y no por el bienestar propio de cada uno de los que se quieren lanzar a la Presidencia.

¿Ven a Daniel Ortega y a Rosario Murillo en un juicio?
A ellos dos y a todos los que tuvieron que ver. En mi caso, yo quiero ver a ellos dos, a la Sonia Castro, que fue la que negó la orden médica para que se atendiera a mi hijo. Por ella lo dejaron morir, por ella se iba desangrando en las carreteras buscando atención médica. Y así como pasó con mi hijo, pasó con muchos jóvenes. No solamente ellos son los culpables. Ahí actuaron varias personas.

¿Qué significaría para ustedes que no alcancen la justicia?
No me imagino yo que no ocurra. Estamos haciendo todo lo posible, tanto nacional como internacionalmente, para que haya justicia.

Sobre alcanzar la justicia, ¿qué hablan con los representantes de los organismos internacionales?
Ya Ortega está desfasado. A nivel internacional se sabe lo que verdaderamente es Ortega. Al mundo ya no lo va a engañar. Solo sus cómplices son los que se quieren hacer los ciegos, pero ya el mundo entero sabe lo que realmente está pasando, lo que ha venido pasando durante muchos años, lo que reventó en abril de 2018 y continúa haciendo sus barbaries en el país. Saben lo que está pasando y apoyan a Nicaragua, que es lo importante. A nivel internacional saben de que nosotras estamos demandando justicia, saben que hay presos políticos que necesitan libertad, saben que hay desaparecidos que también necesitan justicia. Saben que hay personas que han sido torturadas, que también necesitan justicia. Saben que hay personas que quedaron lisiadas, que también necesitan justicia. Saben que un país entero está cayendo su economía. Saben que un país entero está secuestrado por la dictadura de Daniel Ortega. Ante los ojos del mundo, Ortega está perdido. Solo falta que entre todos, Nicaragua, nos unamos para sacar a Ortega.

¿Cómo se explica que Ortega esté en el poder después de lo ocurrido desde abril de 2018?
Sus fuerzas militares. A Ortega lo mantiene vivo las fuerzas militares. El Ejército. Los paramilitares que él mismo armó, en consecuencia, de eso ha venido aumentando la delincuencia en el país. Todos los asesinatos de manera selectiva han aumentado, porque él mismo armó a esos paramilitares. El Ejército, que está a favor de él. Eso es lo que lo mantiene ahí. Si no tuviera eso, él estuviera fuera.

¿Qué es lo que más les preocupa a las Madres de Abril en este momento?
Se habla de todos los temas. Ahorita todos estamos hablando del proceso electoral, las garantías de un proceso electoral limpio, transparente, con fiscalización internacional para que no haya un fraude como ha venido sucediendo en las elecciones pasadas, que ya lo sabemos todos.

¿Sienten que la comunidad internacional todavía está interesada en los problemas de Nicaragua?
La comunidad internacional ha venido mandando a la unidad. Eso lo han venido diciendo. Que se pongan de acuerdo. Uno, como dueño de casa, tiene que aprender a limpiarla sola. A eso es a lo que ellos han venido apostando, dándonos un chance para que nosotros mismos podamos sacar a la dictadura. Pero, en vista de que hay muchos inconvenientes para ello, pues seguramente ellos van a presionar más. Los organismos internacionales no nos han abandonado, no nos han dejado solos.

¿Cómo están viendo ustedes el tema de los reos políticos?
Nosotras hemos venido diciendo que no son una moneda de cambio, a como lo han querido ver varios y se está luchando para que se continúe viendo desde ese punto de vista. Ellos no son una moneda de cambio para que Ortega logre impunidad.

¿Las Madres de Abril también están bajo asedio?
Claro. Tenemos varios casos. El caso de don Carlos Pavón, donde la Policía se llega a parquear hasta un día completo en las afueras de su casa. Tenemos el de Nelson Lorío. Tenemos varios casos de madres que igual son asediadas. Venimos denunciando todo lo que pasa. Ortega sabe que no nos va a callar. Como cualquier madre que ama a su hijo, lo va a defender y va a luchar hasta que pague el culpable, el que cometió el asesinato, tanto el que dio orden como el que ejecutó la orden.

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¿Hay temor entre las madres?
Sí hay temor, porque nadie quiere morir, pero yo creo que el espíritu de nuestros hijos, el recordarlos, el mantener ese sentimiento hacia ellos, el extrañarlos cada día más, te mantiene viva. Te mantiene viva en luchar. Eso se convierte en una lucha. Uno los llora. Y los llora por la manera en que te los arrebataron. Yo no puedo estar consciente o dejarlo descansar sabiendo que lo me arrebataron de una manera cruel, cobarde, violenta. Que me le negaron atención médica. Todo ese dolor se ha convertido en una fuerza, en una lucha y no voy a sentir paz hasta ver que los culpables paguen por lo que hicieron.

¿Qué piensa cuando escucha de Daniel Ortega?
¡Uff! Se vienen muchos sentimientos. Mucho de rabia. A veces te sentís impotente porque ves que querés hacer mucho y tenés limitantes. Pero sabés, en el fondo, te da pesar, porque nadie los quiere, los aborrecemos. Es una persona que él y su generación están malditos por todo el daño que nos han hecho.

¿Y cuando escucha de Rosario Murillo?
¡Ay esa señora! Si se le puede llamar señora. A mí no me gustaría ni tenerla de frente. Lo primero que le diría es que si a ella no le dolió parir a sus hijos. Para actuar así es que no tenés sentimientos de madre.

¿Cómo explica el actuar de Murillo?
A como todo el mundo lo dice, y lo voy a repetir, no es normal. Para mí que hay fuerzas ocultas, oscuras, que la llevan a cometer todo lo que hace. Es una persona que tiene problemas psiquiátricos tal vez. Pero eso no le da derecho a hacer lo que hace ni lo que hizo, así es que todas nosotras estamos con fuerzas para luchar hasta verla pagar todo lo que hace.

¿Los ve otros cinco años en el poder?
No. No. Sería la peor decepción. No me lo quiero imaginar. Cuántas personas exiliadas. Van en aumento los asesinatos. Los femicidios. Todo eso viene vinculado con el régimen de Daniel Ortega. Todo. Toda la maldad que estamos pasando en el país viene vinculada con ellos. No tenés derecho a nada, no tenés derecho a libre expresión. Ya no tenés derecho a movilización. Es una cárcel en manos de ellos.

Plano personal

Lizeth de los Ángeles Dávila Orozco tiene 41 años de edad y es originaria de Managua.

Está casada con Álvaro José Conrado Bendaña, con quien ha procreado tres hijos, entre ellos Alvarito Conrado, asesinado por paramilitares orteguistas el 20 de abril de 2018, por la tarde, cuando el adolescente de 15 años de edad repartía agua en los predios de la Catedral de Managua a los jóvenes que participaban en las protestas cívicas de esa fecha.

Alvarito era una alegría para Dávila porque a ella le costó salir embarazada por primera vez. Se puso superfeliz el día que le dijeron que iba a tener un bebé.

A finales de 2018, Lizeth Dávila viajó a Montevideo para recibir el Premio Internacional Mario Benedetti a la Lucha por los Derechos Humanos y la Solidaridad en nombre del poeta Ernesto Cardenal, fallecido en 2020.

Dávila también rechazó ayuda psicológica que le ofreció el gobierno de Daniel Ortega.