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CONTENIDO EXCLUSIVO.Carismáticos e imperdibles. Atrajeron fácilmente la atención de los nicaragüenses que se manifestaron contra Daniel Ortega a partir de abril del 2018. Algunos tuvieron que salir del país tras ser amenazados por miembros del FSLN, otros bajaron el perfil para evitar el asedio policial, y el resto está a la espera del día en que nuevamente se pueda volver a marchar.
Doña Coquito
Doña Miriam del Socorro Matus Alemán se convirtió en la abuela “vandálica” el 18 de mayo de 2018 cuando decidió regalar sus bolsitas de agua a las madres de los jóvenes fallecidos a causa de la represión, quienes bajo el inclemente sol demandaban justicia a la delegación del gobierno que se encontraba en el Seminario en la Mesa del Diálogo Nacional. Aún se le puede encontrar en la parada de bus cercana al Seminario de Nuestra Señora de Fátima desde las siete de la mañana. Tiene un puesto de agua helada donde por tres córdobas calma la sed de cualquiera, y aunque presenta malestares propios de sus 81 años, asegura que no puede dejar de vender porque eso representa su único ingreso para subsistir. “Lo mío es salir a marchar” comenta, y solo está esperando el primer llamado a manifestación para tomar su banderita y unirse al reclamo popular contra Daniel Ortega.
Comandante Caperucita Roja
Su nombre es Fernando Gaitán, pero en Masaya de donde es originario todos lo conocen como “Nando”. Se exilió en Costa Rica después de que el video que grabó en una calle del barrio Países Bajos diciéndole a Daniel Ortega que “te vamos a derrocar como derrocamos a Somoza” se hiciera viral y recibiera múltiples amenazas que atentaban contra su vida. Es casi imposible contactar con Gaitán, aún tiene temor por su vida y niega entrevistas. “Ese maje se desapareció” indica un viejo conocido de él que solicita anonimato. “Daniel Ortega no queremos ni verga con vos. En junio, en el repliegue de Managua a Masaya no te queremos ver ni en pintura… Ni a vos ni a la Chayo”, dijo Gaitán en el video.
Don Alex Vanegas
Lleva más de dos años en lo que llama un exilio duro. Asegura que ha dormido en la calle, en parques, bancas y en donde le demande la ocasión. Ha subsistido vendiendo arroz con leche, gorras, camisas y pulseras, pero por la pandemia del COVID-19 sus ingresos han disminuido. Don Alex Vanegas dice que sigue corriendo en las calles de San José, Costa Rica, pero no con el mismo ánimo que cuando corría en Managua. Se siente decepcionado. Lleva cuatro meses viviendo en la bodega de un amigo que también le ayuda con la comida, y a sus 64 años teme nunca regresar a Nicaragua y que la muerte lo atrape en tierra ajena.
Doña Flor
A nadie se le perdía doña Flor Ramírez con su folklórico traje azul y blanco. Participaba en cada marcha o plantón que se convocaba. Hace algunos meses todavía continuaba asistiendo a algunos piquetes para demandar la liberación de los presos políticos, hasta que la Policía se apostó frente a su casa y no le permitía salir “ni para ir a la venta”, de acuerdo a la denuncia que hizo en uno de tantos videos que publicó denunciando el hecho.
Colochos
Algunos le llamaban “Spiderman” pero él prefiere que le digan “Colochos”. Es recordado por subirse a los rótulos, “chayopalos”, postes y demás estructuras altas que encontrara durante las rutas de las marchas “para poner en el punto más alto nuestra bandera, para que fuera notada”, comenta. Actualmente continúa en el anonimato para evitar represalias. Se ha dedicado a trabajar y llevar el alimento a su hogar, y se queja de la carestía de la vida. Asegura sentirse decepcionado por el rumbo que ha tomado la crisis política, sobre todo, por quienes dirigen los distintos bloques y organizaciones opositoras pues considera que “buscan un cargo, no la liberación de este país”.