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Jean Carlos López
Desde hace dos años no participa en ninguna organización política. Se encuentra exiliado en Estados Unidos y asegura que en un momento denunció los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado de Nicaragua. El exilio lo ha alejado de su familia y amigos.
Ha trabajado en construcción cargando bolsas de cemento o poniendo techos, también laboró en un restaurante de comida china y actualmente trabaja para una industria manufacturera haciendo programación de CNC (Control numérico computarizado), lo cual aprendió a hacer en sus años en la universidad.
“No he estado tan inmiscuido en la política actual del país” asegura, pero se mantiene al tanto de lo que sucede en Nicaragua mientras hace esfuerzos de manera individual por ayudarle a otros exiliados.
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Lesther Alemán
Se encuentra dedicado a la vida política desde la Alianza Universitaria Nicaragüense. Permanece en la clandestinidad con altas medidas de seguridad por considerarse un blanco de los simpatizantes de Daniel Ortega.
Cuenta que, por presiones del Consejo Nacional de Universidades, la UCA tuvo que quitarle su beca, pero con ayuda de sus familiares pudo terminar la carrera de Comunicación en diciembre del 2020, sin embargo, considera que ya no puede ser periodista porque “violé el primer principio. No ser la noticia, si no ser quien cuenta la noticia”, así que quiere dedicarse a la comunicación política y estratégica.
También aspira a escribir un libro con sus memorias de todo lo que ha vivido a raíz del estallido social. Desde el 15 de mayo del 2018, un día antes del Diálogo Nacional, no ha podido encontrarse con su familia y hasta la fecha “no me he apartado de un espacio desde donde pueda hacer incidencia política”.
“Yo hoy no tengo vida” resalta, y confía en que más temprano que tarde Ortega terminará rindiéndose ante la demanda popular de justicia y democracia.
Víctor Cuadras
Se encuentra exiliado y apartado de las organizaciones políticas. Desde su cuenta de twitter fustiga a la mayoría de opositores, incluyendo sus ex compañeros de la Alianza Cívica y la Coalición Universitaria donde participó como miembro del Movimiento Universitario 19 de abril.
Asegura ser “derrocador de dictaduras”, lo cual le ha valido muchas críticas en redes sociales. Durante las sesiones televisadas del Diálogo Nacional, era confundido con Lesther Alemán por su apariencia física. Para este reportaje se negó a brindar una entrevista sobre qué ha pasado con él en los últimos tres años alegando que “no estoy disponible para hablar de ese tema”.
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Madelaine Caracas
Se encuentra exiliada desde junio del 2018, y se ha dedicado a la denuncia internacional de los crímenes de lesa humanidad que ha cometido Daniel Ortega en organismos como Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos, entre otros. Antes del estallido social se dedicaba a las artes plásticas, pero por el momento lo ha dejado. “Aunque desde 2018 mi carrera y mi proceso artístico se haya pausado, nunca deja de ser parte de mí” escribió recientemente en sus redes sociales.
Denunció amenazas de muerte hechas por Edwin Castro, la Policía y simpatizantes sandinistas, según una entrevista que brindó al medio de comunicación salvadoreño El Faro en octubre de 2019. También denunció que habían amenazado con abusar de ella sexualmente.
Días antes del 18 de abril del 2018, Caracas encaró a Edwin Castro en un salón de clases de la Universidad Centroamericana. El jefe de la bancada sandinista en la Asamblea Nacional había dicho que los jóvenes querían sacar provecho de la desgracia, refiriéndose a las protestas por la inacción del Estado para sofocar el incendio en la Reserva Indio Maíz. Caracas irrumpió en un salón del pabellón C de la UCA donde estaba dando clases el parlamentario y le dijo que eran jóvenes con el derecho de exigir respuestas al gobierno y sus funcionarios.
En la primera sesión del Diálogo Nacional participó como delegada de la Coordinadora Universitaria por la Justicia y la Democracia, y le leyó a Daniel Ortega y su gabinete la lista de los fallecidos a causa de la represión estatal, y por cada nombre, los demás jóvenes en la mesa gritaban “presente”.
José Ramón González
Exiliado y apartado de la vida política. Participó en el Diálogo Nacional como miembro del Movimiento 19 de abril de la Universidad Nacional Agraria.
En noviembre de 2018 fue detenido por la Policía al salir de una reunión y fue puesto en libertad en marzo de 2019. Desde enero, el juez Walter William Vargas lo absolvió por los delitos de obstrucción de servicio público y daños en perjuicio del Estado de Nicaragua y la Policía. El juez Vargas también emitió orden de libertad, pero las autoridades del sistema penitenciario se negaron a cumplirla.
Francisco Martínez
Permanece con el perfil bajo. Es coordinador nacional de un movimiento llamado Estudiantes por la Libertad de tendencia liberal, pero aclara que no tiene nada que ver con el partido CxL. Desde este movimiento forma parte de la Alianza Cívica.
Después del Diálogo Nacional no pudo volver a su casa debido a amenazas de muerte en su contra hechas por miembros del CUUN de la ciudad de León de donde es originario. Cuando estallaron las protestas se encontraba cursando el tercer año de Medicina. Luego intentó retomar su carrera en la UNAN León, pero las autoridades de esa Alma Nater no se lo permitieron. “Me dijeron que yo estaba expulsado por razones que yo ya conocía. Asumo que algo tiene que ver el que haya estado yo en el Diálogo frente a la rectora”, comenta.
Tuvo que continuar con su carrera en una universidad privada de Managua y ya se encuentra en su segundo año. Participó en el Diálogo Nacional como delegado de la Coordinadora Universitaria por la Democracia y la Justicia, aunque ya no forma de esa organización.
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Edwin Carcache
Se encuentra exiliado en San Francisco, Estados Unidos, e integra el Grupo de Reflexión de Excarcelados (GREX) que aglutina a un grupo de ex reos políticos. Los recuerdos de cuando era torturado en las cárceles de Daniel Ortega volvieron a su mente cuando se reencontró hace poco con monseñor Silvio Báez en Miami. Sus torturadores le pedían que grabara un video incriminando al obispo auxiliar de Managua como financiador de las protestas y artífice del “intento de Golpe de Estado”.
Recuerda que hace 3 años él estaba en contra del Diálogo Nacional porque sabía que Ortega “nos iba a jugar sucio” a como efectivamente pasó. “Si yo pudiera volver a aquel tiempo en ningún momento me sentaría nuevamente de frente al régimen de Daniel Ortega”, asegura.
“Creo que soy más útil desde aquí, conversando con los diplomáticos que conozco” y exponiendo la situación de los actuales presos políticos, comenta el joven que se dio a conocer en las protestas y en el Diálogo Nacional usando un sombrero azul y blanco.
Max Jerez
Es presidente nacional de la Alianza Universitaria Nicaragüense, agrupación con la que participó en el Diálogo Nacional. No ha podido retomar la carrera de Ciencias Políticas y Gestión Pública que cursaba en la Universidad Politécnica de Nicaragua y que tuvo que dejar a raíz del estallido social. “Para mí fue un gran pesar que mis compañeros de clases se graduaron en 2020”.
Destaca que ese primer encuentro con el gobierno sirvió para que la población conociera nuevos liderazgos opositores, aunque reconoce que Ortega lo aprovechó para oxigenarse e incrementar la violencia.
También estuvo por el sector estudiantil en la segunda negociación en marzo de 2019 de la cual resalta que se pudo conseguir la liberación de los presos políticos y la firma de los acuerdos que Ortega no ha cumplido. Continúa en AUN porque cree que es necesario organizarse para promover un cambio democrático en Nicaragua, así como el restablecimiento de las libertades ciudadanas.
Su agrupación estaría dispuesta a participar en una nueva negociación. “AUN es una organización que tiene voluntad de diálogo”, pues de lo contrario cree que se puede llevar al país a una nueva guerra civil.
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