La situación se veía nublada. 20 minutos oscuros y con un frío que hacían titiritar el juego blanco. La tormenta en Madrid era la puesta en escena que estaban viviendo. El Chelsea se colocaba al frente con el gol de Pulisic (13’), pero habían avisado antes a través de Werner, sin embargo, Courtois mantuvo la pureza de la portería. En esos vaivenes del partido, siendo la tropa de Zidane superada en todas las áreas, impreciso en las entregas y sin salida, Karim Benzema tomó la estafeta de líder, con sus individualidades paró el ritmo frenético de los ingleses. Primero con el disparo al poste y luego con el del empate (1-1), ese salvavidas que mantiene con vida a los Merengues para la vuelta en Londres.
Benzema se inventó dos jugadas: la primera fue el disparo de larga distancia, con la defensa colocada como una muralla, él la fue llamando como un flautista y soltó el zarpazo con la zurda, pero el poste le negó la entrada. Luego al 28’ se inventó una media chilena sin espacios. Saque en corto de Kroos, pasa a Modric, luego Marcelo, Casemiro centra de cabeza, Militao la rosa, Benzema la baja con la cabeza y cayendo suelta su derecha, una bala rompiendo al arquero Mendy. Era la calma en medio de la tormenta. Siguió mostrándose el Chelsea bien organizado, con un ataque en bloque, presionando la salida del Madrid, superando con Kanté el mediocampo y generando ocasiones para comerse las uñas, pero sin suerte en el tramo final. El Madrid como si fuera un asmático controlaba la respiración para seguir teniendo pulsaciones.
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Todo cambió en la segunda parte: se acabaron los atrevimientos, se cerraron aún más los espacios, apareció el pacto de la no violencia, parece que ambos equipos eran insuficientes para romper las líneas del otro. Zidane lo intentó cambiando el sistema con Asensio, Hazard y Odriozola, el Chelsea con Ziyech y Havertz, pero ninguno pudo navegar en la tranquilidad que genera una ventaja.
“Estamos vivos”, dijo Zidane en la rueda de prensa, como un reflejo de que las cosas pudieron haber estado peor. Ahora en Stamford Brigde al Madrid le espera una estampida ¿Podrán resistirla?