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CONTENIDO EXCLUSIVO.Cuando va por la calle muchos le dicen: “adiós Dorita”, pues ese es el nombre de su personaje más popular. Hablamos del comediante nicaragüense José Manuel Poveda Robles, de 56 años, quien en los años 90 se dio a conocer en el segmento “La familia Pellas Díaz”, de la Cámara Matizona.
La Dorita, junto con Amado Felipe (Valentín Castillo) y La Chola (Rosario Pérez), eran los tres personajes principales de este cómico segmento. Estos dos últimos ya fallecieron: Castillo el 20 de septiembre de 2016 a causa de un cáncer de estómago y Pérez el 9 de noviembre de 2019 por un infarto.
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Poveda recuerda con mucho cariño a Castillo y Pérez, a quienes cataloga como sus dos grandes hermanos y compañeros de lucha. “Fueron unas lindas personas y mis bróderes de siempre”, dice este matagalpino.
Cómo nace la familia Pellas Díaz
Una mañana, junto a Valentín y Rosario, se estaban presentando en la Universidad Nacional Agraria, acababan de regresar de Costa Rica, cuando se les acercó un joven llamado Evertz Cárcamo para ser parte de la programación de La Cámara Matizona. “Con Valentín platicamos la idea e hicimos la familia Pellas Díaz. El personaje de La Dorita lo creó mi mamá. Lo tomó de la matagalpina Dorita Vallejos, una amiga de ella”.
“La Dorita y yo somos muy diferentes, yo soy muy tímido, no me gustan los pleitos, las vulgaridades, soy muy reservado al intercambiar pláticas, todo lo contrario a La Dorita”, dice.
Al salir de La Cámara Matizona pasó a la Cámara Today y luego a Gente de mi Barrio. En 1995, Poveda trabajó con Cárcamo animando el programa matutino Matizando Ya; luego abrió su propio programa: El mañanero de La Dorita, y otros programas a mediodía y la tarde, hasta su retiro en 2014.
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Ahora trabaja creando contenido para el canal de YouTube de su hijo Alan Dalí Poveda (YouTube: Alan Poveda). “Ahí hago a La Dorita y Apatú Gómez”. Este último es “un periodista empírico de Nicaragua que transmite las noticias en el ‘lugar de los desechos’”.
“Actualmente tengo una parcela de café en Chagüite Grande (Matagalpa), de eso vivo, vendo café La Dorita, producido y empacado por mis manos”, asegura.
Relata que en 2018 estuvo hospitalizado por una trombosis en su pierna derecha. Le costaba hablar debido a “un problema de dislexia”. “También tenía enconchados los dedos de la mano derecha, pero con terapia y dieta ya estoy mejor”, recuerda.
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En el mundo de teatro por “vagancia”
Poveda nació el 7 de junio de 1964 en Chagüite Grande, jurisdicción de Terrabona, Matagalpa. Hijo de Bonifacio Poveda Orozco y Magola Justina Robles Urbina. Tiene siete hijos: dos mujeres y cinco varones.
“José Manuel es el típico joven del pueblo. Hijo mayor del matrimonio que hacía trabajos de lustrador, vendía periódicos, golosinas, entre otras cosas, para apoyar a mis padres con la crianza de tres hermanos más y los gastos de la casa”, dice.
Fue cuando cumplió 17 años que ingresó al mundo del teatro por “vagancia”. “Entré al grupo Tupac Amaruc, de Juventud Sandinista como aficionado, dos años después estaba en el grupo de teatro Nixtayolero, en Matagalpa, y así me fui profesionalizando”, relata.
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Gracias a eso pudo trabajar como actor en las cintas “El espectro de la guerra”, dirigida por Ramiro Lacayo Deshon; “Parte de mi juventud”, de Guillermo Granera; “Sandino”, del director chileno Miguel Littín; entre otras, para en 1987 irse a Cuba a estudiar un curso de actuación y acrobacias. Al volver a Nicaragua trabajó como locutor y artista a una radio de Matagalpa.
Fue trabajando con Castillo y Pérez que ganó una Bienal de teatro, por la obra “Vuelta al Códice” que presentaron en México, Alemania, España y Centroamérica.
“En 1991 me ofrecen trabajo como actor en el Centro de Mujeres Ixchen, con el personaje de La Dorita, haciendo teatro para concientizar a todos del respeto y el apoyo en todo momento a las mujeres”, recuerda.
Y aunque han pasado los años, y gracias al mundo de la tecnología y el emprendimiento ha logrado sobrevivir, dice que artísticamente sigue esperando una nueva oportunidad en la televisión, “para seguir jodiendo”.