Récords verificables nacionales e internacionales, conducta disciplinaria ejemplar, haber estado cinco años en categoría de nivel superior con un rendimiento altamente satisfactorio y haber representado a Nicaragua como mínimo en cinco selecciones nacionales absolutas en eventos oficiales internacionales con un rendimiento histórico o altamente satisfactorio. Los parámetros de ingreso al Salón de la Fama del Deporte Nicaragüense son básicos, casi elementales, pero no todos los deportistas los cumplen.
En los últimos 14 años tres futbolistas han sido exaltados: en 2016 Mauricio Cruz, quien forjó una exitosa carrera como jugador y entrenador, sobre todo; en 2019 Otoniel Olivas, quien ingresó exclusivamente por sus logros como técnico (el más ganador con 12 títulos nacionales), algo que parece difícil de igualar en los próximos años; en 2021 José María Bermúdez, quien entra porque posee dos récords: más goles en un partido (9) en la etapa moderna (1983 en adelante) de la liga de primera división y más goles (32) en 18 jornadas. Además nunca estuvo metido en polémica y, según los datos de Mariano López (q.e.p.d.), marcó 169 goles en cuatro clubes diferentes, fue campeón goleador en 1997-98 y subcampeón en 1998-99 y 2000-01. También jugó en el Real Maya de Honduras en 1999. He recopilado 13 partidos jugados y dos goles anotados en la Azul y Blanco durante nueve años.
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Según diferentes versiones de personas cercanas a la junta directiva del Salón de la Fama, las hojas de vida de César Rostrán y Livio Bendaña estaban junto a la de Olivas en 2019, Alex Argüello ha sido mencionado en diferentes ocasiones y Sergio Chamorro estuvo en la lista con Bermúdez para esta clase, pero ninguno ingresó. Analizando los cuatro parámetros establecidos, Rostrán aún los cumple porque posee un récord que estableció en 1997 y se visualiza muy complicado de superar a mediano plazo. ¿Por qué ha sido ignorado? En cambio, Bendaña estuvo para ser elegido hace como 10 años, cuando su marca de 32 partidos con dos o más goles no había sido tumbada por Rudel Calero. ¿No era una distinción suficiente para ingresar?
César Rostrán (1985-1996). El exdelantero del América, Bautista y Ferretti marcó 159 goles en su carrera de 13 años en la primera división —ahora Liga Primera—, de acuerdo con los registros de Mariano López. Además, por lo que debería estar en el Salón de la Fama, son sus cinco títulos de goleo (1988, 1992, 1993, 1994-95 y 1996-97) con los que superó el récord de Mauricio Cruz (1983, 1984, 1985 y 1987) en la etapa moderna de la primera división. Mariano publicó que jugó 25 partidos con la Selección, sin embargo contabilizó Juegos Centroamericanos y el torneo Ricardo Morales Avilés, un evento que no es avalado por ningún organismo. De 1985 a 1999 he recopilado, con goleadores y alineaciones, 12 partidos oficiales de la Azul y Blanco: dos amistosos, cuatro de eliminatorias mundialistas y seis de Copa Centroamericana. Rostrán participó en nueve y marcó dos anotaciones, uno en eliminatorias y el primer gol de Nicaragua en esta competencia.
Livio Bendaña (1986-2000). El feroz goleador de la década del 90 terminó con 148 goles en 14 años en la primera división, según Mariano López, sin incluir los tantos en el torneo de Copa. Mariano le atribuye a Livio 22 dobletes, seis con hat-tricks y cuatro pókers, es decir, 32 desafíos con dos o más goles. Ese fue un récord que Rudel Calero destruyó en los torneos cortos (2003 en adelante) hace varios años. La fecha exacta no se precisa porque se saben de los goles de Calero entre 2000 y el 2003, pero se tiene detallado en cuántos dobletes, hat-tricks o pókers marcó. En los torneos cortos (2003 en adelante) registró 37 desafíos con doble anotación: 28 dobletes, siete hat-tricks y 2 pókers. En selecciones igualmente Marino le atribuye varios juegos no oficiales, pero durante su carrera he recopilado 13 duelos oficiales de la Azul y Blanco y Livio estuvo en 12 y marcó dos goles.
Sergio Chamorro (1988-2008). Hay un requisito que no cumple: no posee ningún récord o participación histórica con la Selección o club. Chamorro, quien estuvo dos etapas en Ferretti (1988-1998) y Real Estelí (1998-2008), fue atleta ejemplar por su disciplina, entrega e integridad, que le ha dado una gran reputación e imagen fuera del campo, porque supo alternar el deporte y los estudios. De lo que tengo registro en la Azul y Blanco aparece alineado en 12 encuentros clase A: ocho de Copa Centroamericana, tres de eliminatorias y dos amistosos.
Alex Argüello (1985-1997). No cumple los parámetros. No tiene récord y solo estuvo en tres partidos con la Azul y Blanco cuando el mínimo son cinco. Mariano López le atribuye duelos que no son oficiales o clase A. Por lo que sí destacó fue por un partido de cuatro goles, otro de cinco y siete hat-tricks. Ese fue un récord que no le alcanzó y Rudel Calero lo igualó en 2016 con nueve encuentros con tres o más goles: siete hat-tricks y dos pókers. Mariano López lo describe con una gran imaginación para jugar y de los mejores asistidores, sin embargo no añadió la cantidad de pases de gol. Tiene un título de goleo y un subliderato, que no lo hace elegible.
Si la junta directiva del Salón de la Fama no considera a Rostrán en la próxima edición o más adelante, habrá que esperar el retiro, y posterior proceso de exaltación de Juan Barrera, Luis Fernando Copete y Denis Espinoza, quienes son los únicos que se perfilan a futuro. Barrera es fijo que estará, la única forma es que cometa un acto de indisciplina. Copete apunta a romper todos los récords en clubes en el extranjero de Róger Mayorga y Salvador Dubois, mientras el Pulpo tiene como gran impedimento los señalamientos de supuestos amaños de partidos que nunca fueron comprobados pero lo apartaron durante ocho años de la Azul y Blanco.