Alianza Ciudadana y Coalición Nacional
Hago este llamado a los dos grupos de oposición con voz temblorosa y fuerza contenida como si el papel fuese capaz de desbordar este sentir no solo mío, sino de miles de nicaragüenses que deseamos fervientemente acabar de una vez por todas con la angustia permanente en que nos tiene sumido el aberrante personaje que no es digno siquiera de mencionar y que va a quedar para la historia como el asesino del pueblo de Nicaragua y de su juventud.
¡La moral que le falta al tirano nos sobra a nosotros; somos más y más capaces!
Por eso les pido con todo el sentimiento que pueda expresar una madre o una hermana que ha perdido o tiene encarcelado un ser querido, unidad.
No podemos seguir con menudencias estériles. El tiempo está corriendo y en ambos bloques de oposición hay inteligencia, pragmatismo y sin dejación de sus propios programas partidarios, el pueblo les está pidiendo unidad.
Tenemos que sacar del poder al tirano y solo nos queda el camino de las elecciones porque tenemos la fuerza de nuestros principios cristianos a pesar de las trampas que hace el dictador y en las que ustedes están cayendo.
El voto es secreto y eso es lo que hace temblar al déspota que no puede controlar nuestras conciencias y hasta su gente llegará a darle la espalda ante tantas injusticias cometidas.
Cada urna la defenderemos a capa y espada y saldremos a hacer campaña porque así lo establece nuestra Constitución y será tan abrumadora la victoria que tendremos que, ni siquiera los títeres del reciente Consejo Supremo Electoral elegido a dedo, podrán negar, si no, les caerá la afrenta pública y ni el tirano los podrá salvar.
Todos queremos y buscamos justicia y cuando la alcancemos tendremos allanado el camino para una Nicaragua libre. Lo primordial es ganar, pero para ello falta unidad y con la victoria se implementarán los programas de ambos bloques, se afinarán estrategias, se nombrarán asambleístas para depurar a un gobierno corrupto donde no existe la institucionalidad.
Deben de actuar con humildad para hacer dejación de imposiciones particulares, tener altura ética a fin de quitarle al tirano el poder político.
Está en sus manos que a los 325 muertos de Abril no se sumen más muertes, pobreza y lágrimas en los hogares nicaragüenses. ¡Allá afuera hay un tirano que derrocar! UNIDAD, UNIDAD, UNIDAD
Guillermina Fonseca
Sus palabras la retratan
En el Diario LA PRENSA de fecha viernes 30 de abril del presente año, aparece publicada parte de la entrevista que doña Kitty Monterrey concediera a Santiago Aburto, en cuya entrevista ella dice: “Solamente que un milagro sucediera y ellos (CN) decidieran venirse a incorporar a esta Alianza Ciudadana, cosa que nosotros aceptaríamos con todo gusto…”. Y en ese mismo día aparece la Caricatura de la señora Monterrey expresando “la casilla por encima de todo… y la casilla soy yo”, de Manuel Guillén. Caricatura que produjo el enojo y una protesta del estado mayor de CxL.
En mi humilde opinión de ciudadano nicaragüense, el Diario LA PRENSA o el Consejo Editorial no pueden adoptar acciones de desagravio a la persona cuya dignidad supuestamente ha sido mancillada por la referida publicación, léase caricatura. Señora Kitty las palabras dichas a Santiago Aburto la retratan de cuerpo entero en la caricatura por su sectarismo y puritanismo político que doña Kitty expresó, y que a mi criterio raya en fascismo, todo dentro del fascismo nada fuera del fascismo, decía Mussolini, principio adoptado por el Nacionalsocialismo de Hitler, y más recientemente por Fidel Castro, todo dentro de la Revolución nada fuera de la Revolución.
Doña Kitty sabe que los milagros en política no existen, lo que existe es voluntad política que usted tácitamente señala no habrá unidad, y punto, y si quieren unidad vengan a mí. Su arrogancia crispa a la sociedad nicaragüense, y la deja más vulnerable de la que ustedes los políticos han sumido a Nicaragua. El abogado y economista Edmundo Jarquín, en un sesudo artículo publicado sábado 1 de mayo del presente año, con toda verdad, dice: “El hombre que tenemos enfrente en el gobierno, si no es suficiente razón para la unidad, es muy difícil imaginar cual sería otra razón”; Daniel es la razón y motivo mayor para la unidad no su arrogancia fascista, por eso LA PRENSA ni su Consejo Editorial tienen que presentarle disculpas a doña Kitty, menos que Guillén sea amonestado, ni en broma, porque la caricatura la retrata por sus palabras dichas. Si doña Kitty tiene su trompo político enrollado hágalo saber que va a merecer una caricatura angelical. Le advierto, no tengo ideología política que defender ni pertenezco a ningún partido, mi divisa es defender la democracia como bien común, y lo primero es unidad para rescatar a Nicaragua, para llenarla de democracia, y volverá a ser República.
Franklin Mateo Tórrez
Estamos gobernados por psicópatas
La psicopatía es una enfermedad mental que tiene múltiples y variadas manifestaciones. La principal es el rechazo de la realidad; ese rechazo puede ser pasivo como cuando no se acepta el fallecimiento de un ser muy querido, o activo o incluso violento como se acostumbra a presentar en el cine, para dar un mayor interés o dramatismo a las películas, como sucede en Psicosis, del director Alfred Hitchcock o El silencio de los corderos de Jonatan Demme.
Hace unos días, la española Rosa Díez, fundadora de UPyD, expresaba en un artículo su convicción de que el presidente del gobierno Pedro Sánchez es un psicópata activo que no solo no acepta la realidad, sino que trata constantemente con todos los medios a su alcance modificarla y adaptarla a sus intereses de poder político, mediante la mentira, la traición y la alianza con los comunistas, los independentistas, los filo-etarras y demás políticos de parecida ralea.
Pero no solo él, sino muchos de sus ministros que le secundan en el Gobierno incurren en psicopatías evidentes, como cuando la ministra de Educación, Celaá, dijo en una ocasión que “los hijos no son de los padres” y por consiguiente se entiende que son del Estado y este puede hacer con ellos lo que quiera.
El ministro del Interior, Grande Marlaska, es también un psicópata que dirige la Policía Nacional y la Guardia Civil, no para imponer el orden y el respeto de las personas y sus bienes, sino obligando a sus miembros a no defenderse de los ataques de manifestantes violentos.
Y no digamos del exvicepresidente Pablo Iglesias quien afirma disfrutar cuando ve apalear a los policías o declarando la incapacidad de los jubilados para emitir un voto útil, el suyo, y confiar en la próxima desaparición por fallecimiento de muchos de ellos para “el bien de la democracia”.
Por último la ideología LGBTI es una solemne psicopatía aprobada por todas las Comunidades Autónomas, porque impone mediante la Ley su visión alejada de la realidad defendiendo el rechazo radical de la naturaleza humana, afirmando que las personas son del sexo que sienten, no el biológico que han recibido al nacer.
Roberto Grao Gracia