El capitán del Diriangén, Erick Téllez, no ha podido disfrutar como el resto de sus compañeros el título 28 del Diriangén. Junto a toda a Diriamba, el central festejó el éxito acompañando la caravana en el recorrido hasta la Basílica y ahí decidió regresar a la casa, cuenta su esposa Tanya Elizabeth Quintanilla desde la habitación del Hospital Carlos Roberto Huembes donde lo trasladaron de Jinotepe la madrugada del domingo.
“Llegamos a la casa y orinó sangre. En el hospital de Jinotepe nos dijeron que le miraban una anomalía en el riñón, aquí en Managua nos dijeron que era un coágulo de sangre de tres centímetros y que tienen que hacerle una resonancia para ver si eso no tapa ninguna otra lesión en el riñón”, explica Tanya Elizabeth, quien dijo que el doctor les dijo que esa inflamación se la pudo provocar un movimiento brusco.
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Tanya Elizabeth cuenta que Téllez le indicó que en una jugada en el primer tiempo chocó con Lucas Dos Santos, delantero de Managua, y sintió un dolor como que le sacaron el aire, pero siguió jugando porque no quería dejar solo al equipo. “Se encuentra estable en este momento gracias a Dios. Tenía programado el examen en la mañana, pero tenía muy alta la creatinina y necesitaban bajarla para hacerlo”, señala la esposa de Téllez, quien agradeció el apoyo de los dirigentes del equipo.
Téllez debutó en el Diriangén en el 2008 y toda su carrera la permanecido ahí, a pesar de tener sobre la mesa mejores ofertas económicas de otros clubes cuando los Caciques pasaban amargos momentos deportivos y financieros. Desde entonces, la del sábado es la primera final que el central de 32 años le tocaba vivir desde el terreno de juego porque en el 2018, cuando el equipo rompió una racha de 12 años sin festejos, no pudo jugarla.