El crecimiento de Jonathan Loáisiga se reflejó una vez más en su última salida contra Toronto. Para él enfrentar a Vladimir Guerrero Jr., Lourdes Gurriel o Bo Bichette es parte de su normalidad. Con ese dominio se convirtió en el lanzador de la Liga Americana con 11 partidos de 1.1 entradas o más sin permitir carrera. Loáisiga entendió el juego, interpretó las señales que enviaban los bateadores en el cajón, domó los caballos de fuerza de su brazo y afinó cada uno de sus lanzamientos. Da igual si el derecho de las Sierritas de Santo Domingo suelta un sinker, cambio, curva, slider o recta, porque confía enormemente en su capacidad para desarticular al rival, aunque últimamente su píldora preferida es el sinker para provocar roletazos.
Solamente el sorprendente novato de los Medias Rojas de Boston Garret Whitlock empata al nicaragüense con esa cifra de 11 partidos sin permitir anotación. La diferencia es que al relevista de Boston ha sido usado en cinco partidos con el marcador prácticamente definido, sin esa presión encima que significa sostener una ventaja, aunque eso no quita sus impresionantes números de 1.67 en efectividad en 32.1 entradas lanzadas, permitiendo seis carreras limpias y propinando 34 ponches, además que gana dos encuentros y pierde uno.
El veterano Andrew Kittredge, de Tampa Bay, los escolta con 10 salidas de 1.1 entradas o más sin permitir carrera. Kittredge tiene números impactantes: 1.39 de efectividad en 32.1 entradas, posee 5-1 en ganados y perdidos y dos salvados. Completan la lista: Joel Payamps (10) de Toronto, Chad Green (9) de los Yanquis, John King (9) de Texas y Cal Quantrill (9) de Cleveland.
Más roletazos
La transformación de Loáisiga se grafica en sus números si se compara con otros años. En 2021 posee la tasa más alta de roletazos de su carrera. Actualmente posee un 63.7 por ciento de los bateadores que enfrenta sacan rodados, mientras que su cifra más alta había sido en 2018 con 52.4 por ciento. Además logró bajar los elevados de 25.8 por ciento en 2020 a 13.7 en esta campaña. Asimismo el salto de confianza del mánager Aaron Boone es enorme. En 2020 le heredaron solo cuatro corredores, mientras ahora tiene 15 cuando ni siquiera se ha llegado a la mitad de la temporada. Sin embargo, no basta recibir corredores, sino que le anotan un 20 por ciento, es decir tres de ellos; entretanto, en 2020 le anotaron dos de los cuatro que heredó.
Los Yanquis le dieron un voto de fe cuando contrataron a Loáisiga, mantuvieron las esperanzas luego de la operación Tommy John, tuvieron paciencia tras su debut y ahora recogen los frutos de la semilla fértil.