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Tras el desempeño que según Cadur tuvo este año, eso les permite estimar que el próximo año van por más de 2,000 unidades edificadas y colocadas

Esto deben tomar en cuenta los jóvenes si quieren independizarse económicamente

Las personas suelen dejarse llevar únicamente por el costo del alquiler, pero hay otros gastos que deben tomar en cuenta

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Cuando Marcelo Carvajal decidió dejar la casa de sus padres e irse a rentar un apartamento en una zona central de Managua, acababa de ser contratado en su primer trabajo. Su nuevo salario le permitía independizarse y costear el alquiler, pero confiesa que no pensó en los gastos extras.

“Cuando vi el recibo de luz me fui para atrás, y no solo eso, tenía que estar comprando comida y al final casi no me quedaba nada”, cuenta desde la nueva casa que alquila, un poco más barata. Esa fue la razón por la que decidió mudarse.

La misma situación vivió Karina Palacios hace dos años. Pensó que costear el alquiler y su comida serían los únicos gastos, pero le restó importancia al pago de servicios básicos, al transporte, “usaba mucho taxi”, dice, y también salía a divertirse, como toda joven de 24 años, pero a final de mes ya no le quedaba suficiente para sobrevivir. Tuvo que volver a casa de sus padres.

Antes de dar el paso para independizarse, lo primero es saber cuánto va a costar vivir solo o sola, advierte la especialista en temas financieros Gisella Canales. Usualmente las personas se guían nada más por el pago del alquiler, ya sea cuarto o casa, y piensan que con su salario podrán costearlo, pero no toman en cuenta los gastos extras como comida, servicios básicos, transporte, entre otros.

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Canales recomienda que el pago del alquiler no sea mayor al 30 por ciento del salario de la persona, porque se deben tener en cuenta los otros gastos. “Con el 30 por ciento solo te quedan dos tercios del salario para hacerle frente a lo demás. ¿Cuánto me queda a mí después de mis gastos fijos cada mes? Esa es la pregunta que hay que hacerse”.

Sin embargo, la experta también enfatiza en que el porcentaje es relativo al salario de cada quien, porque no es lo mismo el 30 por ciento de 8 mil córdobas al de 20 mil. Así que cada quien debe valorar cuánto está dispuesto a desprender de su salario para el alquiler sin olvidar los otros gastos.

Precisamente los gastos extras son los que no le han permitido a Madelaine Avellán Ortega independizarse. Asegura que desde hace tres años que empezó a ganar dinero ha querido dejar la casa de sus padres, pero “las cosas cada vez se ponen más caras y no he podido irme”.

También se debe tener en cuenta que en algunos lugares se pide el pago del primer mes adelantado y el depósito, o solamente el depósito como mes adelantado. Los alquileres de apartamentos o casas en la zona central de Managua se costean entre 100 y 300 dólares.

Hay otros que se elevan desde 450 hasta 800 dólares, amueblados, y hasta para tres o cuatro personas. El pago de servicios básicos es por aparte en la gran mayoría de alquileres.

En otras zonas como Villa Libertad, Carretera Norte, Monseñor Lezcano, Linda Vista o Sabana Grande, el alquiler puede ser un poco más accesible con servicios básicos incluidos. La desventaja “es que están muy largo”, valora Carvajal, por lo cual continúa rentando en la zona central de la capital.

Otros gastos

Quien decide independizarse también necesitará de electrodomésticos esenciales como refrigerador y cocina, además del tanque de gas. “Eso fue un dolor de cabeza. El tanque vacío vale como 1,200 pesos”, detalla Carvajal.

Hay ocasiones en que comprar la comida preparada puede salir más barato que cocinar en casa, por el gasto en gas, aceite e ingredientes, especialmente si es para una sola persona. “Siempre depende de donde comprés, pero no está tan alejado de cuando cocinás para una familia de tres o cuatro personas, que ahí diluís (el gasto) y podés preparar otro tipo de comida y mayor volumen”, explica Canales.

Cuando uno alquila y trabaja, muchas veces no le da tiempo a la persona de realizar las tareas en el hogar como limpieza, cocina, lavado de ropa, entre otras, y con el tiempo termina pagándole a alguien más para que se ocupe de estas tareas. Esto viene a representar un gasto extra.

Palacios lavaba su ropa y limpiaba el cuarto que alquilaba los fines de semana, pero también había momentos en que se le acumulaba bastante y le daba pereza lavarla, así que pagaba a una muchacha para que lo hiciera por ella, pero eso terminaba de rematar sus finanzas, recuerda.

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Gisella Canales recomienda tener un control y un presupuesto destinado y bien elaborado, de lo contrario pueden surgir baches que suelen ser rellenados con adelantos de salario, deudas e incluso créditos que después pueden ser más dañinos para las finanzas personales, y crearían un desbalance entre ingresos y gastos. “Hay muchos gastos que hay que tomar en cuenta y no dejarse ir solo con lo que va a costar el alquiler”.

De igual manera, hay que sumar los gastos de transporte. Una persona puede gastar 150 córdobas mensuales en pasaje de bus para ir y volver de su casa a su trabajo. Esta cifra puede variar si decide ir a otro lugar durante el fin de semana, o bien puede dispararse si en algún momento aborda un taxi, cuya carrera en Managua cuesta desde 60 córdobas a más.

Hay otras personas que tienen su vehículo propio y deberán tener en cuenta el consumo de gasolina y mantenimiento. También se deben anotar deudas con entidades financieras o personas naturales.

Renta dividida

Palacios está pensando en volver a independizarse en los siguientes meses. Quiere irse a vivir con una amiga para alquilar una casa entre las dos y dividir los gastos.

Hay personas que optan por rentar con un conocido y dividir el pago del alquiler. Para Canales, esto puede ser beneficioso porque se comparten otros gastos como el de servicios básicos e incluso la compra de artículos de limpieza, que por poco que parezca, también van sumando.

Dividir el alquiler con otro conocido fue lo que hizo Carvajal. También comparten el pago de servicios básicos, comida y la mensualidad de la señora que les lava la ropa, pues asegura que no le queda tiempo por su trabajo.

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Alquilar con otra persona es una opción llamativa para reducir gastos; sin embargo, se debe tomar en cuenta el lugar que se va alquilar con la otra persona, porque en dependencia de las características del cuarto o la casa, habrá que valorar cuánta privacidad se puede perder.

El otro riesgo es que si por cualquier motivo la otra persona se retira del lugar y deja de alquilar, será el otro quien asuma el ciento por ciento de la renta, advierte la experta Canales, por lo que recomienda hacer un contrato donde se defina qué va a asumir cada quien, así como las fechas de pago y demás detalles importantes. “Muchas veces solo hay un acuerdo verbal y después vienen las confusiones y los malos entendidos”, comenta.

Sin embargo, para Avellán Ortega, esta no es una opción. Lo ha pensado desde hace tiempo y vio que no iba a ser sostenible para sus finanzas, además de que prefiere vivir sola. La joven espera poder conseguir un aumento salarial en los próximos meses, y ahí valorar si finalmente podrá dejar la casa de sus padres.

Ahorrar para una casa propia

Otra opción que pueden tener los jóvenes es que en lugar de alquilar y asumir todos los gastos extras, se queden en casa de sus padres y ahorren para la prima de una casa; sin embargo, no es algo que a Karina Palacios le atraiga mucho.

“Es una buena opción, pero sería muy tardado. Quiero mi espacio ya”, comenta Palacios, y explica que un tiempo estuvo ahorrando para la prima de una casa, pero dejó de hacerlo porque se vio en la necesidad de ocupar el dinero para una emergencia médica, y hasta la fecha no ha retomado el hábito del ahorro.

Por su parte, Avellán Ortega expresa que ahorrar para la prima de una casa propia es una buena idea, pero “en un país tan inestable como Nicaragua no creo que me sirva de mucho”. La joven más bien cree que si va a ahorrar es para salir del país en un futuro.

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