Tan solo tiene 22 años y un país contenía la respiración esperando que alzara vuelo. Mucho peso sobre sus hombros y no defraudó. Gianluigi Donnarumma se encumbró como el héroe de la final de la Eurocopa deteniendo dos penales, entre ellos, el último de Saka, para dejar atónito a más de 65 mil aficionados en Wembley, quienes se daban cita para esperar la consagración de Inglaterra. El mejor equipo del torneo sonrió al final tras iniciar perdiendo. No basta con inventar el juego, hay que saberlo jugar y tras el 1-1, los italianos vencieron 3-2 en penales.
Los partidos se ganan con más atrevimiento, tomando riesgos y más cuando se tiene material para ejecutarlos. A Inglaterra le funcionó la inclusión de dos laterales como Trippier y Shaw. Southgate apostó por la modificación del dibujo táctico y ese desconcierto inicial lo aprovechó al máximo. Con tan solo dos minutos de tiempo recorrido Trippier centró a Shaw, quien de zurda dejó congelado a Donnarumma. No solo era la aprobación de una alineación del técnico sino el gol de la tranquilidad mañanera, el más rápido de la historia de una final y el que les estaba dando la primera Eurocopa a los inventores del futbol. Inglaterra quería tumbar a una Italia con 33 partidos consecutivos sin perder, pero no sucedió.
El gol condicionó el partido para los italianos. Se mostraron desesperados como si el duelo estuviera en el filo de los 90 minutos, mientras los ingleses mantuvieron el orden, sellaron los espacios y ejecutaban muy bien las contras con un extraordinario manejo de las salidas. Inglaterra gestionó la ventaja, pero sacrificó las oportunidades cerrando con un tiro a portería en los primeros 45 minutos, entretanto Italia buscaba abrir el mar con seis disparos a portería, sin embargo, no hizo daño en el área pequeña. Inglaterra mandó en su zona, obligando disparos de larga distancia del oponente.
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Cerca del minuto 25 Italia se adaptó y empezó a conseguir una mejor distribución del juego. Buenos toques con balón en corto y mucha precisión en balones largos, pero aún era insuficiente para romper las líneas inglesas. Chiesa fue el revulsivo italiano con una individualidad que pudo ser mejor, pero la pelota pasó rozando el poste izquierdo de Pickford.
En la segunda parte Italia siguió mejorando, mientras Inglaterra se dedicaba a defender el marcador. Grave error. Poco a poco la Azzurra enviaba señalas de aproximación al gol. Tiro libre de Insigne, Pickford se empezaba a notar tapando la zurda de Insigne, Chiesa tuvo el empate al 61’, pero nuevamente Pickford aparecía para tapar, hasta que al 66’ un balón suelto en el área tras un centro encontró a Verratti para el disparo de cabeza, rechace de Pickford y remate de Bonucci, quien entró solo para empatar el duelo y mandar a la prórroga. Italia hasta ese momento tenía 71 por ciento de la pelota, mientras Inglaterra 29 y dos disparos. Había que modificar algo, pero un Southgate extremadamente reservado solo agregó a Saka y Henderson, mientras estrellas ofensivas como Rashford y Jadon Sancho se veían decepcionados a la espera de una oportunidad.
En el primer tiempo extra lo más importante fue el centro de Emerson y la entrada de Belotti, que no logró coger la pelota. En el segundo agregado se dedicaron a mantener el 1-1 para forzar la tanda de penales. Southgate modificó su ofensiva para buscar mejores tiradores con Rashford y Sancho. Tenía algo de sentido, pero era incoherente que no los había usado en casi toda la competición aun cuando Kane o Sterling bajaban voltaje. No le salió la jugada a Southgate, sus dos cambios fallaron en la tanda de penales, además de Saka, quien erró el último, tras un lance magistral de Gianluigi Donnarumma. Por Italia falló Belotti y Jorginho, no obstante, apareció su héroe de 22 años que hará calentar banquillo a Keylor Navas.
Italia, justo campeón; Inglaterra desperdició sus balas en el banco.