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CONTENIDO EXCLUSIVO.Calcinado
En 1980 murió en Asunción, Paraguay, Anastasio Somoza Debayle asesinado por un comando dirigido por el argentino Enrique Gorriarán Merlo. Este ordenó el ataque al Mercedes Benz blanco de Somoza. Un lanzacohetes RPG-7, un fal y un fusil M-16 fueron usados en la emboscada. Al menos 18 balas penetraron el cuerpo del dictador que terminó calcinado tras la explosión del vehículo. Solo pudieron identificar el cuerpo de Somoza por sus pies.
Exiliado
Fulgencio Batista, “el hombre fuerte” de Cuba por al menos 25 años, huyó de la isla junto a su familia y cien millones de dólares el 1 de enero de 1959, tras seis años de dictadura. Primero buscó protección en República Dominicana. Ahí permaneció seis meses. Pero Rafael Leónidas Trujillo, dictador de ese país, no lo dejó vivir en paz. Otro dictador de la época, Francisco Franco en España, le ofreció refugio. Murió a los 72 años de un infarto al miocardio en 1973 y está enterrado en ese país. Desde el exilio se mantuvo al tanto de la política cubana y soñaba con regresar.
Viejo y senil
Uno de los militares más sanguinarios de Latinoamérica fue Efraín Ríos Montt, en Guatemala. El tahúr político y dictador murió en 2018 de un paro cardíaco a los 91 años. En 2013 fue condenado a 80 años de prisión por crímenes de lesa humanidad, pero el proceso fue anulado con argucias legales. En 2015 fue diagnosticado con demencia senil, lo que le evitó ir a un nuevo juicio. En los 17 meses que duró su dictadura en Guatemala (1982-1983), fueron asesinados miles de campesinos e indígenas. No fue a la cárcel, pero su vejez fue todo menos tranquila.
Mantenido
El dictador haitiano Jean Claud Duvalier “Baby Doc” asumió el poder con solo 19 años de edad a la muerte de su padre Francois Douvalier conocido como “Papa Doc”, en 1971, y fue derrocado en 1986. La dictadura de los Duvalier duró 29 años. Pidió asilo en Francia donde vivió unos 25 años hasta 2011. Al divorciarse de su primera esposa perdió la mayor parte de la fortuna que sacó de Haití y su segunda esposa prácticamente lo mantuvo hasta su muerte en 2014. Murió a los 63 años de un infarto al miocardio en Puerto Príncipe. Un año antes había sido acusado por la justicia de su país de corrupción y robo. No pudo ser juzgado por los crímenes de lesa humanidad.
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Acribillado
Unos 50 mil asesinatos fueron cometidos durante los 30 años del régimen de Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana. Su megalomanía era tal que se propuso como candidato al Premio Nobel de la Paz, bautizó con su apellido una ciudad y se autonombró “Benefactor de la Patria” entre media docena de títulos más impuestos por él mismo. Fue ajusticiado en una emboscada por un grupo de 11 rebeldes armados en 1961. De los 60 impactos de bala que recibió el vehículo a Trujillo le tocaron siete.
Sin honores
Uno de los dictadores más sanguinarios de Sudamérica, Augusto Pinochet, murió a los 91 años de edad de un infarto de miocardio en Santiago de Chile. Tras su muerte en 2006 todavía nadie entiende la ironía en la causa de su muerte, ¿tenía corazón? Entre 1973 y 1990 dirigió una dictadura que torturó a unos 28 mil opositores, sus agentes mataron a 3 mil doscientas personas y desaparecieron a mil 192 más, según datos oficiales. Antes del infarto estaba siendo procesado por algunos crímenes, pero fue sobreseído con su muerte. No recibió honores de Estado.
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Solo y miserable
El dictador panameño Manuel Antonio Noriega, derrocado mediante una intervención norteamericana en 1989, fue arrestado y condenado a 40 años de prisión por narcotráfico en una corte de Florida. Más tarde le reducirían la pena a 30 años. En 1986 según documentos desclasificados del escándalo Irán-Contras, Noriega le ofreció a EE.UU. matar a Ortega, a cambio de borrar las acusaciones por narcotráfico que había en su contra. La estrategia no le resultó. Un tumor cerebral le quitó la vida a los 83 años en 2017, mientras cumplía una condena de 20 años en su país por el asesinato del guerrillero sandinista Hugo Spadafora.