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Jurista María Asunción Moreno. LA PRENSA/ ARCHIVO/ ÓSCAR NAVARRETE

María Asunción Moreno: “Se debe valorar la decisión definitiva de llegar o no al 7 de noviembre”

La jurista y precandidata presidencial explica que toda Nicaragua está secuestrada, amenazados los ciudadanos por las armas del régimen orteguista y que desde el exilio al menos se puede denunciar a la dictadura sin caer en manos de los torturadores

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María Asunción Moreno Castillo se encuentra en el exilio. Inmediatamente después de que fue mencionada como precandidata presidencial por la Alianza Cívica, el régimen de Daniel Ortega inició una persecución política contra ella que la obligó primero a refugiarse y luego a salir de Nicaragua.

La abogada, de 50 años de edad, ha sido catedrática de Derecho durante 21 años. En el 2018 se prestó como voluntaria, junto a un grupo de jóvenes, para apoyar a la CIDH en la recepción de denuncias realizadas por los familiares de los jóvenes asesinados en las protestas de abril. Luego se integró, también voluntariamente, al equipo de abogados defensores de los presos políticos manifestantes de abril. Desde septiembre del 2019 fue invitada a ser miembro de la Alianza Cívica.

Moreno Castillo compartió con la revista DOMINGO sus apreciaciones sobre el actual proceso electoral y revela detalles sobre lo que ocurrió con su precandidatura presidencial, en una conversación en la que se mostró relajada pero todavía afectada por la persecución política que le hizo la dictadura a través de la Fiscalía y la Policía.

¿Cuál es su situación actual?
Difícil y complicada. Dura, muy dura, como la de todo el que ha sido desarraigado a la fuerza de su patria. Pero no es peor que la de los más de 140 presos políticos, que la de todos nuestros hermanos de lucha que se encuentran privados de su libertad, aislados, incomunicados y silenciados por pensar diferente, por querer una Nicaragua mejor en libertad y democracia. Tampoco es peor que la de decenas de miles de hermanos exiliados, indocumentados que no saben si tendrán comida en su mesa mañana.

¿Cómo ve a Nicaragua?
Secuestrada, asediada, sin libertades y hundida en una crisis humanitaria como consecuencia de una generalizada y sistemática violación de derechos humanos, se vive en un estado de emergencia de facto, en el que prácticamente todos nuestros derechos fundamentales están suspendidos. La Policía y el Ejército, que juraron defender y cumplir con la Constitución y las leyes, están armados apuntando a la cabeza a todo ciudadano que se atreva a pedir justicia y libertad. Se percibe un futuro oscuro y sombrío, la dictadura quiere sostenerse en el poder con las armas contra el deseo expreso de más del 80 por ciento de la población que exige libertad. La situación actual de Nicaragua nos aleja de las democracias occidentales para parecernos cada vez más a Corea del Norte, a Venezuela o Cuba.

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¿Cómo evaluaría este proceso electoral?
Los principales líderes políticos que podrían ser excelentes presidentes y vicepresidentes están encarcelados dentro de un proceso electoral que hasta el día de hoy no ha cumplido los mínimos estándares internacionales democráticos. Pero, el hecho de que se participe en este proceso nos ha permitido evidenciar todas las acciones antidemocráticas y autoritarias de la dictadura de Ortega. Aún nadando contracorriente se debe seguir participando hasta que sencillamente estemos claros de que no es posible seguir en esta carrera de resistencia cívica electoral, porque no se puede participar solo para legitimar al régimen, sino que debe dejar en evidencia que se trata de un proceso electoral irregular y anómalo, sin precedentes en América Latina. En algún momento se debe valorar la decisión definitiva de llegar o no al 7 de noviembre. No obstante, creo firmemente que la salida cívica y pacífica a esta crisis sociopolítica y de derechos humanos debe ser por la vía electoral a través de unas verdaderas elecciones libres, en las que se respete la voluntad de la mayoría de los nicaragüenses.

¿Cómo surgió su precandidatura?
El viernes 9 de julio del 2021 se aprobó la propuesta de mi precandidatura presidencial por la Alianza Cívica ante la Alianza CxL como una decisión de consenso de todos los sectores que integran la Alianza Cívica. Asumí el reto pese a los riesgos, porque aún perduran en mi memoria las palabras de Juan Sebastián Chamorro y de líderes juveniles como Max Jerez y Lesther Alemán, quienes previo a sus secuestros nos pidieron el relevo del liderazgo de la oposición organizada.

¿Por qué se truncó, doctora?
En cuanto se conoció de mi precandidatura aparecieron mensajes en cuentas de Twitter de uno de los precandidatos inscritos en CxL y posteriormente algunos miembros del partido expresaron que las inscripciones estaban cerradas, que la selección se haría entre los dos precandidatos inscritos: Noel Vidaurre y Américo Treminio. El martes 13 de julio, se presentó la propuesta formal de mi precandidatura a CxL pero indicaron que la inscripción debía ser personal, pese a que era del conocimiento público que la Fiscalía ya había iniciado una investigación contra mi persona.

¿En ese momento se frustró todo?
La Alianza Cívica realizó varias solicitudes de reunión con el Comité Nacional de Enlace, integrado por cinco miembros de CxL y cinco de la Alianza, para dialogar y llegar a consenso sobre la fórmula presidencial y el incumplimiento de acuerdos con los integrantes de los territorios de la Alianza Cívica, pero no fue posible reunirnos con CxL. Por lo tanto, no hubo consenso sobre la fórmula presidencial ni se conoce la lista de diputados que CxL va a inscribir. Así que se trata de decisiones unilaterales tomadas por el partido.


“En algún momento se debe valorar si se toma la decisión definitiva de llegar o no al 7 de noviembre. No obstante, creo firmemente que la salida cívica y pacífica a esta crisis sociopolítica y de derechos humanos debe ser por la vía electoral, a través de unas verdaderas elecciones libres”. María Asunción Moreno Castillo, jurista.


¿Por qué se va del país?
La dictadura en su estrategia por impedir el ejercicio de nuestros derechos civiles y políticos, ha diseñado un guion para la persecución política contra sus posibles contendientes en un año electoral. Ese guion consiste en asedio, vigilancia, persecución policial y paramilitar, citación a la Fiscalía sin señalar la causa, detención y allanamiento violentos sin orden judicial, celebración de audiencias clandestinas y sin garantías legales y el secuestro o desaparición. En mi caso ese guion no se cumplió al menos en lo que respecta a la detención, secuestro, y desaparición porque decidí que los nicaragüenses debemos tener una opción distinta a la cárcel, el exilio, la muerte y la represión. Esa opción tiene que ser la libertad.

Sé que la comenzaron a perseguir y tuvo que refugiarse, pero ¿qué la hace finalmente irse al exilio?
Inmediatamente que se conoció sobre mi precandidatura, la Fiscalía me cita a una entrevista con el fiscal departamental de Managua. Esa cita es ilegal porque la dejan un día sábado a las 8:30 de la noche, y no indican cuál es la causa. A pesar de eso, y a problemas de salud que venía teniendo, pensé en asistir. Yo cambio de opinión el lunes porque me doy cuenta que iba a ser capturada antes de llegar a la Fiscalía. Cuando presento un escrito solicitando reprogramación de la cita, la Fiscalía no lo recibe y pidió que revelara el lugar donde estaba resguardada.

Fue demasiado sospechoso para usted…
Me asedian, me vigilan. Soy perseguida y me veo obligada a salir del país porque la dictadura Ortega Murillo, a través de la Fiscalía, solicitó mi conducción forzosa. Estuve clandestina algunos días y decidí salir del país para mandar un mensaje de aliento y esperanza de que no todo está perdido, que la dictadura tiene a todos los poderes del Estado, al Ejército, a la Policía y resto de instituciones del Estado para reprimir al pueblo, pero lo que no ha podido doblegar es la vocación y convicción de la mayoría de los nicaragüenses, un 70 u 80 por ciento, que quieren vivir en libertad. También para seguir alzando mi voz por los presos políticos, por el retorno seguro de los más de cien mil exiliados. Para denunciar la ola represiva de criminalización del derecho a la participación política que ha desatado la dictadura Ortega-Murillo en un contexto preelectoral.

¿Cómo vivió el allanamiento que hicieron en su casa?
Yo no estaba, pero sé que el allanamiento se hizo el sábado 24 de julio, de las 11:30 de la noche hasta el amanecer del día domingo. Unos 30 policías allanaron y destruyeron la cerca eléctrica, las puertas, muebles, pese a que se les dijo que se les abrirían las puertas. Golpearon a las personas que estaban ahí. No andaban orden de allanamiento e hicieron firmar un acta que no se sabe su contenido. También se robaron mi vehículo, un BMW, con la circulación y mi licencia de conducir.

¿En qué momento siente usted que Ortega comienza a perseguir a los opositores?
Desde que llegó al poder Ortega tenía las ideas claras de que instauraría una dictadura y mientras pudo hizo alianzas con los empresarios, aniquiló a los sindicatos opositores. Esto no es nuevo. Lo que pasa es que, en el 2018, el pueblo cansado de tantos abusos, alzó la voz y salió a las calles a reclamar sus derechos. En ese momento la dictadura exhibió su crueldad matando a jóvenes, reprimiendo las protestas, encarcelando a ciudadanos inocentes, usando la tortura para callar y reprimir a la mayoría de la población. Los Ortega Murillo están dispuesto a hacer lo que sea por permanecer en el poder, eso lo dijo Tomás Borge hace ya unos 14 años.

¿Qué opina sobre la fórmula presidencial que presentó CxL finalmente?
Deseo que hagan empatía con la gente, que ganen la simpatía de los nicaragüenses y poder ir a votar por ellos para derrotar a la dictadura. Nunca antes había escuchado el nombre de Berenice. Es una mujer joven que acompaña a un candidato presidencial exmiembro de la Contra. Espero la podamos conocer un poco más. A don Óscar lo he tratado desde enero de este año, sé que es un hombre que tiene una posición ideológica antisandinista, en los años ochenta expuso su vida en busca de una Nicaragua libre. Espero que su popularidad crezca y que el voto democrático se aglutine a favor de él. Ojalá se convierta en la fórmula ganadora el 7 de noviembre.

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¿Qué piensa hacer ahora?
Seguiré participando como miembro propietario en la Alianza Cívica, como una forma de continuar con mi compromiso con la lucha cívica por una Nicaragua libre y en democracia. Como una defensora de la ley, creo que una forma de resistencia cívica es no desistir del ejercicio de nuestros derechos y demandar y exigir su protección y garantía, ante los actos de represión cometidos por la dictadura Ortega Murillo, la cual está derrotada desde el 2018.

¿Cuál es su mayor deseo, doctora?
Que Daniel Ortega y Rosario Murillo pierdan el poder y podamos vivir en libertad.

¿Cómo está viviendo el exilio?
El exilio forzado te quita la libertad de actuar, te separa de tu familia, a quienes ya no puedes ver ni abrazar, dejas toda una vida cotidiana y profesional, y empiezas a vivir la incertidumbre de estar en otro país donde eres extranjera en todos los sentidos, y debes iniciar de nuevo sin saber cuándo podrás regresar. Pero al menos tu integridad y seguridad personal están fuera del alcance de los torturadores, quienes no pueden impedir que alce mi voz para denunciar a uno de los regímenes autoritarios más crueles que tenemos en América Latina, algo que no pueden hacer quienes están secuestrados y desaparecidos en las mazmorras de la dictadura de Ortega.

¿Qué pudo leer de la verificación?
Tengo mucha esperanza en que pronto habrá un cambio. He visto a casi tres millones de nicaragüenses salir a ejercer su derecho a la verificación ciudadana. La gente quiere salir a votar y elegir un nuevo gobierno, a pesar que los Ortega Murillo están cerrando la posibilidad de tener unas elecciones verdaderamente libres y con observación internacional.

A propósito, ¿cómo ve que están actuando los organismos internacionales?
La grave crisis de derechos humanos que vivimos, no solo en Nicaragua sino en la región, plantea un gran desafío a la comunidad y organismos internacionales, que tienen procedimientos burocráticos, lentos y complejos que están siento ineficaces para detener las actuaciones de los regímenes autoritarios en contra de sus pueblos. La comunidad internacional debe ser más proactiva a favor de la protección y garantía de los derechos humanos y no limitarse a la denuncia, informes, resoluciones y pronunciamientos contundentes que no han incidido en la realidad de la gente que vive bajo la represión y la violencia de gobiernos que siguen siendo parte de estos organismos pese a no cumplir sus obligaciones internacionales. Hay una especie de tolerancia que resulta inaceptable.

Desde el exilio, María Asunción Moreno trata de relajarse disfrutando de los Juegos Olímpicos de Japón. LA PRENSA/ ÓSCAR NAVARRETE

Plano personal de María Asunción Moreno

Nació en Jinotega, el 25 de diciembre de 1970. Tiene un doctorado en Derecho realizado en España.

De niña sufrió bullying por su voz. “Las niñas me decían que hablaba como hombre, así que no quería ir a clases y mi madre me obligó a regresar al colegio y me dijo que nunca permitiera que me apagaran mi voz”, cuenta.

Tiene dos hermanas y un hermano. “Son la bendición y compañía que mi madre me dejó”, explica.

Le gustan los deportes. Es seguidora del Barcelona. Disfruta los torneos de tenis. Le encantan los Juegos Olímpicos, de los cuales disfruta el atletismo, la natación y la gimnasia. “Me hubiese gustado ser una gimnasta”, expresa.

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Declara tener un sentido común muy agudo, intuición. Se define apasionada por el derecho y con cero tolerancia a las injusticias y la discriminación.

Es católica. “Soy soñadora y creo en los milagros porque hay un Padre Todopoderoso que protege y cuida a sus hijos”, finaliza.

La Prensa Domingo exilio María Asunción Moreno

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