Hay imágenes difíciles de olvidar en la memoria de un cronista deportivo. Una de ellas es ver marcar a un boxeador la categoría. En esa escena se comprime los meses de preparación o de falta de preparación, la báscula castiga al fuerte y lo hace dar lástima. Cuando Chocolatito peleó por primera vez título mundial en Japón frente a Yutaka Niida, el hambre y la sed lo estaban aniquilando lentamente, era tanto la petición de su estómago por ingerir algo que tomó un poco de jugo de naranja a días del pesaje, ese sorbo propició aún más la tortura, casi fue su final, aunque marcó 104.5 libras, su figura era la de un cadáver tendido en la cama. Chocorroncito tendrá ese reto de hacerlo por primera vez en casi cuatro años desde que enfrentó en Japón a Hiroto Kyoguchi.
Buitrago tiene 29 años y fue hace 13 cuando debutó en el boxeo profesional contra Oscar López. Apenas tenía 17 años y el sufrimiento por el peso era tolerable, empezó su carrera en 105 libras y así la fue desarrollando hasta el punto de quiebre, el cual fue ante el japonés Kyoguchi. Recuerdo haberlo entrevistado antes y después de la pelea. Chocorroncito estaba entusiasmado por el nacimiento de su primer niño, Abrahán, a él le dedicaría el combate. Pasó por Miami, Florida, a culminar su preparación e hizo magia para exprimirse y marcar el peso. Tras ser noqueado ese 31 de diciembre de 2017 en Japón, el nicaragüense dijo no más: “me iré de las 105 porque mi cuerpo no la soporta, no me recupero como tiene que ser”. Es normal, el cuerpo se desgasta y el peso de los años pasa factura.
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Seis meses más tarde, Chocorroncito había cumplido su palabra. Saltó a las 108 libras para medirse a Ángel Acosta. Se vio mejor que en la pelea anterior, sin embargo no tenía las condiciones suficientes como para confiar en que podía sostenerse y arriesgar contra un pegador como el boricua. Finalmente, Buitrago fue noqueado en el último asalto y decidió subir de categoría. Derrotó a Gilmer Baules en Costa Rica fácilmente, para luego mandar a la lona a McWilliams Arroyo en las 112 libras, pero el boricua se levantó y enderezó la pelea para ganarla por decisión unánime. A Buitrago le había faltado la garra del cazador cuando olfateaba la sangre de su presa.
A Buitrago le recomendaron volver y estacionarse en las 108 libras. Así pasó en 2019 ante Félix Moncada y en 2020, cuando perdió su sexta oportunidad titular frente a Elwin Soto. Ahora lo tomaron por sorpresa, pero fuentes cercanas al peleador aseguran que no tendrá problemas para marcar las 105 libras el próximo viernes tras pasar tres años y ocho meses sin haberlo hecho. Lo cierto es que oportunidades como estas no se pueden dejar pasar, no descartemos una sorpresa ante Wilfredo Méndez, campeón de las 105 libras de la Organización Mundial de Boxeo (OMB). Sería algo similar a lo de Rey Márquez y Juan Mata.