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CONTENIDO EXCLUSIVO.La Fuerza para el Mantenimiento de la Paz, mejor conocida como “Cascos Azules” es una facción militar de la Organización de Naciones Unidas (ONU) compuesta por efectivos militares de todo el mundo. Su mando y control está adscrito a la ONU y su Consejo de Seguridad desde su creación en 1948. Están desplazados en los puntos más conflictivos del planeta. Para ser miembro de los cascos azules, primero se debe ser miembro del Ejército de su país. Te presentamos 10 cosas que probablemente no conocías sobre los cascos azules.
Tiempo: Los cascos azules no tienen una reserva de tropas permanente, por lo que necesita reclutar a todo el personal que participará en una misión. Solamente pueden operar con la autorización del Consejo de Seguridad de la ONU. También el Estado al que será enviada la tropa debe autorizar su entrada al país. Todo esto puede tardar más de seis meses a partir del visto bueno del Consejo de Seguridad.
Israel: La misión más antigua que tienen los cascos azueles en vigencia es la que se lleva a cabo en Israel desde 1948. Esta es la misión con que nació este brazo armado de la ONU y hasta la fecha continúa en el terreno para tratar de mediar en el conflicto entre palestinos e israelís.
Abusos sexuales. Los cascos azules han sido señalados de cometer abusos sexuales en distintos países donde han ejecutado misiones. Una investigación de Associated Press (AP) reveló al menos 2,000 denuncias por abuso sexual contra miembros de los cascos azules. En al menos 300 casos, las víctimas eran menores de edad. Por esta razón, en Haití, todas las tropas tuvieron que ser sustituidas por militares mujeres.
Un millón. En sus 72 años de existencia, más de un millón de hombres y mujeres han servido bajo la bandera de la ONU en más de 70 operaciones de mantenimiento de la paz. Según cifras de la misma ONU, más de 100,000 miembros de su personal militar, policial y civil de 125 países sirven actualmente en 14 operaciones distintas en todo el mundo.
Bajas. Desde el inicio de estas operaciones en 1948, un total de 3,828 integrantes han fallecido en ejercicio. En 1993 fue el año donde más personal de Naciones Unidas falleció siendo parte de estas misiones de paz, con 252 muertos ese año.
Nicaragua. Los cascos azules estuvieron en Nicaragua como observadores militares y para apoyar el desarme de la Contrarrevolución. Su mandato inicial, desde noviembre de 1989, era que los países centroamericanos no prestaran su territorio para que fuerzas irregulares atacaran a otros estados. Su mandato se amplió hasta 1992 e incluyó la supervisión para el desarme de la Contra.
Cólera. Auditorías internas de la ONU hechas entre 2014 y 2015 revelaron que soldados nepalís miembros de los cascos azules llevaron el cólera a Haití, lo cual cobró la vida de al menos 10,000 haitianos. El exsecretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió disculpas en 2016 por este hecho y por las constantes denuncias de abuso sexual en contra de miembros del cuerpo militar de Naciones Unidas.
Nobel de la paz. Los cascos azules recibieron premio Nobel de la Paz en 1988, “por su contribución, muchas veces en condiciones muy difíciles, a la reducción de las tensiones en lugares de conflicto donde se había alcanzado un armisticio, pero sin haber establecido todavía un tratado de paz”, dijo Egil Aarvik, expresidente del comité Nobel encargado de decidir sobre el premio en esa ocasión.
Coronavirus. Por la pandemia del coronavirus, Naciones Unidas tuvo que tomar medidas para que los cascos azules no propaguen el virus en los países donde se encuentran cumpliendo misión. Entre las medidas está la suspensión de nuevos despliegues y el relevo de tropas, por lo cual, los militares en servicio debieron alargar sus estancias en las zonas de conflicto.
Fracasos. En Sudán del Sur, mujeres denunciaron haber sido violadas por soldados de la etnia dinka frente a las torres de vigilancia de los cascos azules en 2016. En Bosnia, cascos azules holandeses permitieron la entrada de militares serbios de Retko Mladic al enclave seguro de Srebrenica, dejando un total de 8,372 civiles muertos en 1995. En Ruanda no pudieron evitar un genocidio en 1994 que acabaría con casi el tercio de la población de ese país. Estos y otros casos son considerados como fracasos de los cascos azules.