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El epidemiólogo Leonel Argüello se encuentra en el exilio debido a la persecución del régimen de Daniel Ortega. LA PRENSA/ ARCHIVO/ ÓSCAR NAVARRETE

Epidemiólogo Leonel Argüello: “Han politizado la pandemia y criminalizado a los que hemos cumplido con nuestro deber”

El epidemiólogo Leonel Argüello considera, en entrevista con la revista DOMINGO, que la situación de Nicaragua es grave ante el Covid-19 porque continúan las aglomeraciones, no hay una buena vacunación y el gobierno no es transparente con la información, entre otras muchas fallas que se le atribuyen

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El epidemiólogo Leonel Argüello Yrigoyen está en el exilio debido a la represión que el gobierno de Daniel Ortega ejerce contra todas las voces que critican su gestión. En el caso de Argüello, por hablar sobre el mal manejo por parte de la dictadura de la pandemia del Covid-19 y otras afecciones. A una ONG que fundó le quitaron la personería jurídica los diputados orteguistas en la Asamblea Nacional.

Argüello, de 63 años de edad, fue director de Higiene y Epidemiología en el Minsa, es un estudioso constante y una voz autorizada para hablar de epidemias en Nicaragua. En esta entrevista con la revista DOMINGO, a través de Zoom, Argüello explica qué está pasando en Nicaragua con la nueva variante del Covid-19.

¿Cómo se está comportando esta nueva ola del Covid-19?
Va subiendo gradualmente. Es como si estás escalando una montaña. Va para arriba, no hemos llegado a la cumbre. Tiene características diferentes. La primera epidemia fue explosiva, la segunda es más lenta pero progresiva. Ya tenemos de hecho más casos que el año pasado. Yo te diría que estamos peor que el año pasado. En este momento Nicaragua tiene más riesgos de padecer la Covid-19.

¿Por qué lo dice?
Antes se enfermaba una, dos personas por familia. Ahora ves familias enteras. He estado tratando familias enteras, hasta a las asistentes del hogar. Así no era el año pasado. El año pasado murió muy poca gente joven, ahora han muerto varios, de 22 años, 30, 27, 40 años. Antes era gente mayor de 60 años.

¿Cómo es la variante delta del nuevo coronavirus?
El doble de contagiosa. Es más agresiva. Antes la persona se complicaba entre el séptimo y el décimo día. Eran los días peligrosos, que nosotros estábamos atentos. Ahora, entre el tercero y el quinto día. Además, nos afecta las defensas del cuerpo, porque las vacunas actuales te siguen protegiendo contra las complicaciones y la muerte, pero no te protegen contra la enfermedad. Si estás vacunado, la variante delta te va a dar la enfermedad.

¿Hay síntomas diferentes?
Son similares, muy similares. Unos dicen que tiene más cosas pero la verdad es que hasta ahorita no hay una publicación científica seria que te diga las diferencias. La prevención es similar y el tratamiento es igual. No hay tratamiento preventivo, no hay tratamiento curativo. El tratamiento es con base a síntomas o malestares. ¿Para qué te voy a dar un tratamiento antidiarreico si no tenés diarrea? Es locura. En medicina la primera ley es no hacer daño.

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Me parece que la gente busca maneras de combatir esa enfermedad…
Da pesar ver la cantidad de gente que gasta en exámenes o que compran un montón de cosas que no funcionan. Exámenes que solamente le tenés que hacer a un paciente que está hospitalizado. La gente manda los exámenes, llama y dice: léame los exámenes. Y le sacan la ferritina, el no sé qué, el no sé cuánto, un montón de cosas que no son necesarias.

¿Qué es lo correcto que debe hacer la gente?
Primero, si uno tiene síntomas, aislarse. Si no tenés otro cuarto, por lo menos estar separado a tres metros de distancia, para no contagiar a otras personas. Segundo, con base a los síntomas que tengás tiene que ser el tratamiento. Si tenés dolor de cabeza, analgésico. Si tenés fiebre, antifebriles. Si tenés diarrea, antidiarreico. Tenés que monitorear la saturación de oxígeno. Esta es una enfermedad en que el oxígeno se te baja. Normalmente, uno oscila entre el 95 y el 100 por ciento. Si se te baja al 93 por ciento, necesitás oxígeno para que tu pulmón no tenga que estar haciendo tanto esfuerzo. Desde el punto de vista clínico, es que yo me siento bien, estoy perfecto. Pero si me tomás la saturación de oxígeno y la tengo baja, no lo sentís sino hasta que el pulmón ya se descompensó y no tuvo capacidad para seguir metiendo la cantidad de oxígeno que vos requerís.

¿Qué deben hacer los enfermos crónicos?
Si tenés diabetes, lo primero que tenés que hacer es asegurarte de que te estés tomando tu tratamiento y que esté controlada la diabetes, la presión alta o cualquier otra enfermedad que tengás.

Esta enfermedad causa angustia, mucha gente con miedo.
Hay cuatro cosas. Primero, hay que estar tranquilo. La mayor parte de la gente, el 80 por ciento, no se va a complicar. Segundo, uno tiene que seguir comiendo. Es un error comer menos cuando uno está enfermo. Cuando uno está enfermo, el cuerpo requiere mucha energía. Si le quitás la energía, es como si vas a Masaya sin gasolina. Hay que comer bien, tener muchos colores en el plato, que sea alegre ese plato, la mayor parte vegetales y frutas. Lo otro es, fundamental, tomar muchísima agua. El agua te permite que todos los procesos metabólicos del cuerpo funcionen. Y lo otro son las medidas higiénicas, que son fundamentales para que no entre nada más y no te enfermés.

¿Cómo actuar en la calle?
Tenés que estar claro que vas a salir a un lugar que está contaminado. Tenés que salir con una toallita de mano, con una botellita con agua, con un pan de jabón para lavarte las manos. Si tenés recursos, podés utilizar alcohol gel o alcohol líquido al 70 por ciento. Tenés que llevar tres mascarillas, de tela preferiblemente, que son reutilizables. Al estar hablando la mascarilla se moja, al mojarse ya no funciona. Si podés tener la careta facial, mejor. Te protege más. Si te toca estar cerca de una persona, tratar de mantener la distancia al menos dos metros entre persona y persona.

¿Y los que se tienen que subir al bus?
Entrás con tu mascarilla bien puesta. Ojalá podás buscar al lado de una ventana siempre. Cuando te bajás, te lavás las manos con agua y jabón o con alcohol. No tocarte la cara. Los buses deberían de estar ventilados, con las ventanas abiertas; exigido que todo el que esté ahí tiene que estar con la mascarilla, incluyendo el chofer. Los buses tienen que desinfectarse cada vez que terminan la ruta.

Eso no ocurre.
Los buseros son responsables de que la gente se contagie porque ellos están haciendo aglomeración. No solo el gobierno hace aglomeración cuando invita a actividades públicas, sino que también los buseros están contribuyendo a esas aglomeraciones. Los restaurantes, las discotecas y demás. Lo que pasa es que en Nicaragua no hay una orientación de prevención ni una exigencia a los negocios. Todo el mundo anda contagiando a todo el mundo. ¿Cómo vas a controlar la enfermedad? Sembramos la enfermedad y cosechamos después los sufrimientos humanos, las muertes y los daños posteriores. Esta es una enfermedad bien compleja, que te daña los diferentes órganos. Entre el 35 y el 70 por ciento de la gente va a quedar con complicaciones posteriores. Vamos a tener un pueblo enfermo.

¿Esta es la peor pandemia que hemos tenido?
En los últimos 100 años, en el mundo, no ha habido una enfermedad que haya sido tan contagiosa como esta, tan difícil de abordarla. Aquí hay una serie de intereses. ¿Cómo es posible que el 50 por ciento del mundo desarrollado esté vacunado y nosotros que vivimos en un país en vías de desarrollo apenas tengamos uno por ciento de vacunación en términos globales? Eso te demuestra la injusticia y la diferencia. La otra cosa es que el acceso a información es mayor en otros países que lo que tenemos en Nicaragua. En Nicaragua no tenemos acceso a exámenes de laboratorio que son fundamentales. Si vos querés controlar una enfermedad, hay que identificar a las personas que tienen el virus o no. Me preocupa el 50 por ciento de los adultos que no presentan síntomas, me preocupa el 80 por ciento de los niños que no presentan síntomas pero que pueden contagiar la enfermedad. Esas personas me preocupan también porque pueden tener daños o secuelas.

Me decía que el gobierno ha propiciado aglomeraciones. ¿Qué más le señalaría?
Las aglomeraciones es lo peor que ha ocurrido en Nicaragua. Desde el primer día se hicieron aglomeraciones, burlándose de la Covid-19 y es una lástima que haya prevalecido la política partidaria y no la ciencia. Yo no puedo llegar donde vos que tenés una infección urinaria, que ya hice un cultivo tuyo y ya sé que este antibiótico le sirve a esta bacteria que vos tenés en el riñón, no puedo llegar a darte una charla política que te vas a curar con eso. No es cierto, te vas a morir o te vas a complicar por no darte el tratamiento adecuado. La política partidaria prevalece sobre la ciencia. El Ministerio de Salud lo sabe. Lo que pasa es que los despiden si hablan.

¿Qué explicación encuentra a la actuación del gobierno?
Están con los anteojos políticos partidarios. Uno se tiene que poner los anteojos de la ciencia. Los anteojos humanitarios. Es un desastre nacional la Covid-19.

¿Han politizado a la pandemia?
La han politizado y han criminalizado a los que hemos cumplido con nuestro deber, con nuestra ética y moral de decirle a la gente: “cuídese, prevenga, esto es lo que hay que hacer”. En las prevenciones que se hacen nunca se habla del distanciamiento físico, porque si hablan de distanciamiento físico no podrían hacer las aglomeraciones. No ves distanciamiento físico en los centros de salud. Los centros de salud se vuelven centros de contagio.

¿Cómo ve la vacunación en Nicaragua?
Nunca se ha visto como una urgencia. Desde el principio la vacunación debe ser una urgencia porque estás frente a un desastre. En Nicaragua tenemos la experiencia para atender los desastres. Cuando hay temblores hasta paran las escuelas por las réplicas. ¿Dónde está esa mentalidad preventiva con la Covid-19? Lo que hay es una contradicción, contagiás por un lado y ponés vacunas por el otro. La urgencia de vacunación significa vacunar a la mayor cantidad de gente posible en el menor tiempo posible. Lo que se ha vacunado en Nicaragua, Nicaragua lo puede hacer en cuatro días. Tenemos la capacidad y la experiencia.


“Las aglomeraciones es lo peor que ha ocurrido en Nicaragua. Desde el primer día se hicieron aglomeraciones, burlándose de la Covid-19 y es una lástima que haya prevalecido la política partidaria y no la ciencia”. Leonel Argüello, epidemiólogo.


¿La situación de los médicos cómo está?
Ha habido una criminalización de los médicos. Nos han llamado diciendo que no podemos hablar de la Covid, nos han amenazado que nos van a quitar la licencia para poder trabajar como médicos, que nos van a aplicar la Ley de Ciberdelitos, que van cuatro años presos. Hay gente que la están amenazando con que les van a poner multa por estar atendiendo a pacientes de Covid-19. No puede ser. En vez de agradecer a la sociedad civil, a los médicos y médicas independientes, a la Iglesia católica, a la empresa privada, a todos los que estamos haciendo prevención, en vez de agradecernos nos atacan. No puede ser. Estamos haciendo el trabajo que el gobierno debería estar haciendo.

Ante esa posición del gobierno, ¿qué están haciendo los médicos?
No pueden decir nada. Si hablás de la Covid-19, vas preso o ya no podés seguir trabajando como médico. ¿Cómo vas a comer?

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¿Usted por qué se atreve a hablar?
Porque yo estoy en el exilio. Tengo que ser la voz de los médicos que están en Nicaragua, que no pueden hablar.

¿Qué expresan los médicos que están en Nicaragua?
Todos los médicos se dan cuenta de todo lo que está sucediendo. Inclusive, que dentro de los colegas algunos médicos están dando ivermectina o colchicina, son medicamentos que no funcionan. Ahí anda el Ministerio de Salud, casa a casa, distribuyendo medicamentos que no funcionan.

¿Qué debe hacer el gobierno si quiere controlar esta epidemia?
Primero, alertar a la población y decirle dónde están los casos y cómo está la situación para que puedan ver la magnitud que tiene esto. Segundo, garantizar acceso a las pruebas de laboratorio. Aquí se han prohibido las pruebas de laboratorio, solo el Minsa las puede hacer y las pruebas rápidas están prohibidas. Tercero, toda persona que es positiva debe aislársele. La vacunación no se hace con carácter de urgencia. No estás viendo exigencia del cumplimiento de protocolo, ni de los mismos protocolos del Ministerio de Salud, si es que tuviese. No hay exigencia en los buses. Todo lo que no debés hacer. En Nicaragua es un peligro enorme, yo estoy seguro de que en Nicaragua van a surgir variantes que no han nacido en otras partes del mundo por la cantidad de gente que se contagia.

Sus colegas que están en el Minsa, ¿qué dicen?
No hablan. Cortaron relación con todo el resto de médicos. Muy poca gente consciente que te puede dar información o conscientes de que lo que se está haciendo es incorrecto y tratan de hacer lo mejor dentro de ese espacio limitado que tienen. Recordemos que al principio a los médicos y enfermeras les quitaban las mascarillas, Fetsalud les quitaba las mascarillas. Les quitaban los guantes. Si al trabajador de la salud le dan una mascarilla descartable al día, eso no es nada, necesitan tres. Y si están en áreas donde hay pacientes con Covid, deberían tener una N95. No se están dando a los trabajadores de salud los equipos de protección.

¿Cómo saben eso?
Lo ves en la cantidad de fallecidos que hay. Para el 15 de agosto nosotros teníamos 75 médicos, ahorita tenemos 89 médicos y médicas fallecidos. La situación es grave.

¿Entre la población ha habido más muertes?
Sí. Y muchos más casos que el año pasado. Según instituciones serias, que hacen investigaciones, el año pasado Nicaragua tuvo un exceso de mortalidad de alrededor de nueve mil personas. Este año no lo sabemos todavía.

Hay un llamado del Observatorio a hacer cuarentena, pero la gente dice que tiene que salir para ganarse la vida.
Si vos estás pensando que la economía es más importante que la vida, nos estamos enredando totalmente. La omisión de las medidas de prevención es lo que nos lleva a las muertes evitables. La mayor parte de las muertes, sino todas las que han ocurrido por Covid-19, eran muertes evitables. Las que están ocurriendo ahorita y las que van a morir en el futuro son absolutamente evitables. Nadie tiene por qué morir por Covid-19 si es una enfermedad prevenible.

Un mensaje a los ciudadanos de parte suya.
La situación que tenemos en Nicaragua es grave. Un desastre económico, social, sanitario, de salud mental. Como nunca lo hemos tenido. No podemos seguir ni con los ojos cerrados ni con los oídos tapados ni con la boca cerrada. Tenemos que educarnos entre nosotros porque si el gobierno no está cuidando para salvarnos la vida, entonces nosotros lo tenemos que hacer. Las recomendaciones de mantener la distancia de dos metros entre persona y persona como mínimo, de no tocarse ojos, ni la nariz ni boca, de lavarse las manos con agua y jabón por más de 40 segundos, de salir a la calle con mascarilla que te cubra bien la nariz y la boca. Una careta facial si es posible. Que estés en lugares ventilados y que te vacunés; si vos cumplís esas recomendaciones, esto se controla. Esta es una enfermedad que se pasa de una persona a otra.

Argüello fue candidato a vicepresidente de la República en 1996, compañero de fórmula del escritor Sergio Ramírez, por el MRS. Actualmente tiene más de 10 años retirado de la política. LA PRENSA/ ARCHIVO/ ÓSCAR NAVARRETE

Plano personal del epidemiólogo Leonel Argüello

El médico y especialista en epidemiología Leonel Argüello Yrigoyen nació en Managua el 21 de diciembre de 1957. Sus padres son Leonel Argüello, de 89 años de edad y Ángela Irigoyen, de 88.

Está casado y tiene tres hijos varones. “No tuve la dicha de tener niñas”, lamenta.

Le gusta leer, más literatura sobre medicina en este momento por la situación. Y ve televisión.

Hace ejercicio, sale a pasear en bicicleta y come de todo, aunque trata de cuidarse. “Nunca he visto deporte”, asegura.

Se considera una persona tranquila, de pensamiento rápido y le apasiona servir. “Sirviendo es la mejor manera de poder uno sentirse mejor”, explica.

Es ateo. Aunque tiene excelentes relaciones con los sacerdotes y pastores evangélicos. “Creo mucho en la capacidad que tiene la gente”, expresa. Agrega que sí agradece las oraciones de las personas, especialmente de sus pacientes.

Fue simpatizante del FSLN durante la Revolución sandinista y fue enviado a estudiar a Cuba a hacer una especialidad.

En 1994 se separó del Frente y fue fundador del MRS, ahora Unamos. Fue candidato a vicepresidente de Sergio Ramírez Mercado en las elecciones presidenciales de 1996.

En el Minsa fue director general de Higiene y Epidemiología.

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