Si Rusia invadiera a Ucrania otra vez para arrebatarle más territorio, y por eso estallara la guerra en Europa del Este, los ucranianos sin el respaldo efectivo del occidente democrático serían fatalmente derrotados.
Rusia ya invadió impunemente a Ucrania en 2014 y se adueñó de la Península de Crimea, porque Estados Unidos y los aliados de la OTAN no acudieron en ayuda de los ucranianos. Eran los tiempos de la timorata política internacional de Barack Obama y los países democráticos aliados se limitaron a hacer declaraciones retóricas y a no reconocer como legítima la anexión de Crimea a la Federación de Rusia.
Ahora Rusia tiene más de 127 mil soldados desplegados cerca de la frontera con Ucrania. Decenas de miles más serán enviados antes del 10 de febrero, cuando comenzarán unas provocativas maniobras militares conjuntas de Rusia con Bielorrusia.
Las tropas rusas desplegadas en la frontera con Ucrania están respaldadas con gran cantidad de cañones autopropulsados, tanques y carros de combate, misiles tácticos operativos y más de 21 mil efectivos de las fuerzas aéreas y marítimas.
Aparte de eso, la superioridad del poder militar de Rusia sobre Ucrania es enorme. Una investigación del medio digital español El Confidencial revela que en el ranking de 2022 de Global Firepower, Rusia es el segundo país del mundo con mayor poder militar, solo después de EE. UU. Ucrania ocupa el puesto 22.
Rusia tiene un millón cien mil soldados, de ellos 850 mil activos; Ucrania solo 450 mil, de los cuales 200 mil en actividad. El imperio ruso cuenta con 772 mil aviones de combate y Ucrania únicamente 69. La diferencia a favor de Rusia en helicópteros de ataque es de 544 contra 34. La de tanques es de 12,420 sobre 2,596, y de otros vehículos blindados es de 30,122 sobre 12,303. Además Rusia dispone de 70 submarinos, mientras que Ucrania no tiene ni uno.
La única ventaja de Ucrania sobre Rusia es la superioridad moral, pues los soldados ucranianos luchan en defensa de su patria y los rusos son invasores y agresores extranjeros.
Sin embargo, la superioridad moral no impediría que Rusia se tragara a Ucrania, o que le arrebatara como es su interés la extensa y rica región fronteriza del Donbass, integrada por Donetsk y Lugansk; así como ya le arrebató la Península de Crimea.
Ucrania solo podría contener a Rusia e incluso derrotarla, si EE. UU. y los países europeos de la OTAN se involucraran plenamente en el conflicto, no solo dándole a los ucranianos armamento y técnica militar defensiva.
La OTAN tiene actualmente cuatro batallones multinacionales de combate en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia, países cercanos a Ucrania. EE.UU. envió dos cargamentos de armas a los ucranianos, incluyendo 300 misiles antitanques, 800 bombas antibúnker y centenares de miles de cartuchos. Y la República Checa enviará —o ya envió— 4 mil proyectiles de artillería de calibre 152 milímetros.
Pero eso no es suficiente. Es cierto que el Occidente democrático debe agotar los recursos diplomáticos en defensa de Ucrania y el mantenimiento de la paz. Pero si esto no resulta y el gigante ruso desata la guerra, EE. UU. y la OTAN deberían enfrentarlo valientemente en el terreno militar y derrotarlo de una vez por todas.