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Ataque a la obra social de la Iglesia católica

La mayor repercusión mediática de la masiva cancelación de personalidades jurídicas ejecutada por el régimen esta semana ha sido la de las universidades privadas. Sobre todo porque algunas de ellas fueron focos de la sublevación y la resistencia antigubernamental en 2018, o la respaldaron de alguna manera.

Esto se comprende por las consecuencias que tendrá, necesariamente, para el presente y el futuro de Nicaragua, la desaparición de esas universidades o su sometimiento al control del Estado.

Pero también es muy importante la cancelación de las personalidades jurídicas de numerosas organizaciones de la sociedad civil, dedicadas a un servicio social despojado de interés político y ajeno a la lucha por el poder.

En la masiva cancelación de organismos no gubernamentales, hay que lamentar particularmente la de los  vinculados a la Iglesia católica de Nicaragua, ejecutores de su política social. Nos referimos a la Asociación Instituto Agropecuario de la Diócesis de Estelí, Asociación de colegios parroquiales de la Diócesis de Estelí, Cáritas Diocesana de Estelí, Familia Padre Fabretto, Asociación Comisión de Justicia de la Diócesis de Estelí, Asociación Centro Cultural Católico del Norte de la Diócesis de Estelí, Fundación Michelangelo Foundation, Asociación Pro Desarrollo de Estelí y la Asociación de Fomento Creación de Empresarios Graduados, todos ellos liquidados por el régimen.

Esos organismos solo beneficios han brindado a la gente, sobre todo a la más humilde y necesitada, como es el caso  de la Asociación Familia Padre Fabretto. Esta fue constituida legalmente en 1990 al fallecer el misionero salesiano y sacerdote católico Rafael María Fabretto, quien llegó a Nicaragua en 1948 procedente de su natal Italia y su presencia en el norte segoviano fue una bendición para la gente, católica o no.

El padre Fabretto, conmovido por la extrema pobreza y exclusión social de gran parte de los niños de Las Segovias, se dedicó a fundar escuelas y hogares infantiles, mejor conocidos como “Oratorios”, en las comunidades más remotas de Nicaragua.

Como se dice en el sitio web de la cancelada Asociación Familia Padre Fabretto, los centros infantiles fundados por el ejemplar sacerdote católico italiano  han educado y hecho la vida mejor para muchos niños nicaragüenses. La obra del padre Fabretto continuó después de su muerte como una muestra, humilde pero luminosa, de la inmensa labor social de la Iglesia católica.

La doctrina social de la Iglesia se manifiesta en obras, no en demagogias politiqueras. Se centra en el enaltecimiento de la dignidad de la persona humana y se funda en el principio de que “los pobres y oprimidos no deben ser (solo) objeto de compasión, sino agentes del cambio, en la lucha por erradicar una pobreza que deshumaniza…” De manera que es una inhumanidad atacar desde el poder político a las instituciones de la Iglesia católica que se dedican a la obra social y a convertir en realidad el evangelio cristiano, como lo han hecho los organismos adyacentes de la Diócesis de Estelí que lamentablemente han sido cancelados.

Editorial Iglesia Católica
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