Confieso que me ilusioné por un día. Recibí la notificación de la presentación de un proyecto ambicioso en el cual estarían unidos tres frentes: Fenifut, IND y Liga Primera. De inmediato se me ocurrió que mi título sería: El futbol le da una bofetada al beisbol, porque nunca antes se había hecho algo similar desde la época de Carlos García en una disciplina deportiva. No obstante, me sentí como una víctima más del “Estafador de Tinder”, te invitan a un hotel lujoso, te montan en un avión privado, comes en restaurantes exóticos, pero el final es amargo cuando se pincha la burbuja.
El proyecto promete que Nicaragua clasificará al Mundial de 2026 que será en México, Canadá y Estados Unidos. El problema no solo es el tamaño de la ambición, sino los cimientos en las cuales se construye. Se habla de captar a todos los jugadores con descendencia nicaragüense, algo que ya Juan Vita lo estaba realizando y encontró muchos problemas; organización de giras internacionales por Sudamérica y Europa, además de la exportación entre 10 y 12 jugadores a la Conmebol y la UEFA. En papel se pueden decir maravillas, pero la realidad es otra. Anunciaron la salida de Juan Vita como técnico de la Selección Nacional y ni siquiera tienen los 30 mil dólares que le deben al argentino. También, Marlon Torres, director del IND, admitió haberse dado cuenta hace dos semanas y que la institución no aportará absolutamente nada porque el presupuesto 2022 ya está aprobado. Torres no se vio muy augusto en dicha presentación, un viejo zorro como él, olfatea rápidamente cuando hay mucho humo en el ambiente.
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Otra de las grandes explicaciones de por qué Nicaragua irá al Mundial de 2026 fue que la planificación deportiva de El Salvador, Honduras y Jamaica están por el piso y por ende Nicaragua estará por encima de ellos. Solo Jamaica tiene 25 jugadores entre la primera categoría y la cuarta de Inglaterra; Honduras solo en la MLS tiene a cuatro jugadores y a cuatro más entre la primera y tercera división española; mientras que El Salvador tiene a 14 jugadores entre la MLS y la segunda división de Estados Unidos. Las palabras de esa conferencia fueron una verborrea para todos los presentes. Una burla para la ilusión del aficionado nicaragüense.
Me cuentan que los personajes detrás del proyecto son en parte los mismos que pretendían venderle al Comité Olímpico el proyecto del primer nicaragüense ganador de medalla Olímpica y la creación del siguiente ídolo nacional, el problema no era la idea, la cual estaba soportada por un planteamiento endeble, sino que creían conseguirlo cuatro meses antes de los Juegos Olímpicos de Río 2016.
A Panamá le costó más de 40 años su lucha por ir al primer Mundial en Rusia 2018 y solo en ese año gastaron casi 10 millones de dólares en armar al equipo, el proceso de Canadá lleva cerca de 18 años en evolución. Asústense. Alemania tras quedar eliminada de Francia 1998 implementó un proyecto futbol de nación que en teoría daría resultados ocho años después, en el Mundial Alemania 2006, invirtiendo 1.2 millones de euros en cada uno de los 114 centros de formación; obligaron a los 18 equipos de la Bundesliga a tener su propio centro de formación con una inversión de 114 millones de euros e incrementó el presupuesto en 14,000 millones de euros para la formación de 600,000 niños y jóvenes, según el libro Das Reboot que habla de cómo el futbol alemán fue reinventado. Y ahora unos tipos que no tienen los 30 mil dólares para indemnizar a Juan Vita presentan una burla para ir al Mundial en 2026 con solo dos años y seis meses de tiempo por delante para el inicio de las eliminatorias.
Mi ilusión duró tan solo un día…