LA PRENSA conmemora este miércoles 2 de marzo el 96 aniversario de su fundación, con sus instalaciones físicas tomadas por la fuerza policial e impedida de ser publicada en papel, aunque siempre llegando a sus lectores y amigos en la edición digital.
Es la segunda vez que LA PRENSA conmemora su aniversario en una situación tan dura como esta, pero siempre sostenida en la fe, en la moral y la vocación de informar con la verdad.
La primera vez fue en 1987, cuando cumplió 61 años. LA PRENSA había sido cerrada definitivamente por la primera dictadura sandinista, en julio de 1986, pero después de 462 días tuvo que permitir que volviera a circular, obligada por los Acuerdos de Esquipulas II. Sin embargo, en aquella ocasión las instalaciones de LA PRENSA no fueron tomadas por la fuerza policial, solo ahora ha ocurrido semejante barbarie.
Este martes 1 de marzo, un día antes de su 96 aniversario y al cumplirse 200 días del asalto de la Policía a sus instalaciones y del encarcelamiento de su gerente general, Juan Lorenzo Holmann Chamorro, LA PRENSA publicó una foto de la Bandera de Nicaragua de gran tamaño que está colocada en elevada asta a la entrada de su edificio principal. Lógicamente, la bandera está hecha un andrajo después de tanto tiempo de abandono.
La impresionante fotografía motiva un triple sentimiento. El primero es tristeza, por el lamentable estado en que se encuentra allí el pabellón nacional. El segundo es indignación, por el secuestro de las instalaciones físicas de LA PRENSA, la cual como dijo una eminente periodista internacional, es un templo de la sagrada libertad de información. Y el tercer sentimiento es el orgullo de ver cómo a pesar de que esa bandera nacional ha sido convertida en harapo por la ocupación policial, está enhiesta y flamea con dignidad, como desafiando a la represión.
Cabe recordar al respecto que don Jaime Chamorro Cardenal (q.e.p.d.) en su inédita Historia de La Prensa para la familia, relata que el 12 de junio de 1979, un día después de la destrucción de las instalaciones de este periódico por el bombardeo de la artillería somocista, un grupo de la familia Chamorro llegó a ver los escombros. Juan Lorenzo Holmann Chamorro —el ahora gerente general de LA PRENSA encarcelado injustamente—, se metió donde estuvieron los vestidores y entre unos armarios aplastados y calcinados por el fuego, encontró intacta “una Bandera de Nicaragua ahumada que increíblemente no estaba quemada”. Eso era una señal de que LA PRENSA, como el Ave Fénix, siempre renace de las cenizas.
Por otra parte, este nuevo aniversario de LA PRENSA ha coincidido con el Miércoles de Ceniza, la solemne celebración cristiana que da comienzo a la Cuaresma, los cuarenta días antes de la crucifixión de Jesucristo en el Calvario. Esta es una señal auspiciosa para la familia Chamorro, propietaria de LA PRENSA, que se distingue por su honorable trayectoria y por su profunda y firme fe católica.
Una familia que ha padecido mucho a lo largo de la historia de LA PRENSA, por ser representativa del periodismo nacional y abanderada de la libertad de prensa, que ahora sufre el calvario de la represión y de la injusticia, con tres de sus miembros injustamente encarcelados y procesados por falsas acusaciones.
Una familia, la Chamorro Barrios, Holmann Chamorro y Chamorro Argeñal, que a pesar del sufrimiento se sostiene con firmeza en los pilares de su fe, y de la esperanza que ahora también saldrá triunfante, como salió tantas veces en los últimos 96 años.