La toma policial que Daniel Ortega mantiene en el Diario LA PRENSA, desde hace ya ocho meses, no solo mandó al desempleo a más de 130 personas, afectó a una empresa familiar con más de 96 años de existencia y lesionó las libertades de expresión y de prensa en Nicaragua, sino que también está produciendo un enorme daño a la documentación histórica del país.
Casi un siglo de la historia de Nicaragua está contado en las páginas del Diario LA PRENSA, las cuales están archivadas en una oficina que está al fondo del edificio del periódico: la Hemeroteca.
Ahí, en varios anaqueles, está la colección de todas las ediciones impresas de LA PRENSA, desde la primera, del 2 de marzo de 1926, hasta las últimas de los primeros meses del pasado año 2021.
Acostumbrado a alterar la historia, se duda de que Ortega haya instruido tener cuidado con los archivos del periódico.
Un directivo del periódico lamenta que, no solo hay ediciones de LA PRENSA, sino también de otros diarios y revistas que fueron importantes en el país, como El Comercio, que se editaba desde inicios de los años 1900, así como La Flecha, La Noticia, Novedades, Barricada, El Nuevo Diario, La Crónica, El Semanario y Magazine.
“No se sabe cómo están esos periódicos, así como no se sabe nada de lo que está pasando dentro del edificio”, lamentó el directivo, quien agregó que también se están deteriorando la rotativa en la que se imprimía LA PRENSA y varias máquinas e imprentas offset en las que se imprimían revistas, libros y afiches publicitarios.
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“El daño es enorme. Se está perdiendo parte de la historia de Nicaragua”, señala otro directivo, quien añade que en la Hemeroteca también hay colecciones importantes de fotografías tanto de personajes, lugares y eventos de la historia del país, como imágenes de la familia Chamorro y de la familia Somoza.
Desde el 13 de agosto del pasado año 2021, cuando en horas del mediodía la Policía orteguista se tomó las instalaciones del periódico, no se sabe lo que ha pasado dentro.
Un cuidado especial
Los periódicos están hechos de pulpa de madera y tienen grandes niveles de acidez. Expuestos al aire o la luz, suelen quebrarse fácilmente. Para preservar bien un periódico y evitar que se rompa, hay una serie de medidas mínimas que deben tomarse.
La zona de resguardo debe estar limpia, seca y debe ser un lugar fresco y oscuro. Además, los periódicos deben ser protegidos de roedores, hongos y polilla. No deben estar expuestos a una manipulación inadecuada, especialmente aquellos que tienen más tiempo de haber sido impresos.
Los trabajadores de LA PRENSA a cargo de la Hemeroteca llegaban todos los días muy temprano a encender el aire acondicionado, para que el calor del día no mellara la integridad de los periódicos.
“En estos momentos el calor insoportable le está haciendo un gran daño a los periódicos, lo caliente”, expresó uno de los administradores de LA PRENSA, quien advirtió que se desconoce si actualmente el edificio cuenta con energía eléctrica o si los policías entran a la Hemeroteca a “curiosear”.
Además del calor, otros elementos que estarían deteriorando los periódicos impresos son los roedores, los hongos y la polilla.
Antes de la toma policial, el personal del periódico estaba en constante cuido de la Hemeroteca, a la cual con frecuencia llegaban investigadores, historiadores y otros intelectuales a revisar las páginas de los periódicos archivados.
“Por ejemplo, LA PRENSA LITERARIA era un recurso de consulta muy grande para los intelectuales de todo el país. Allá llegaban grandes personalidades, historiadores, como Mario Alfaro, Jorge Eduardo Arellano, Nicolás Bolaños Geyer, Francisco Arellano Oviedo. Muchísimos investigadores llegaban”, explicó un trabajador del periódico.
Uno de los directivos del periódico explicó que, entre los historiadores, la fuente primaria para sus investigaciones “son los periódicos”. “Toda esa riqueza se está perdiendo por falta de cuido”, indicó.
En el caso de que los policías entren a la Hemeroteca, se desconoce si estos manipulan el periódico de manera inadecuada, externó el trabajador del periódico, quien advirtió que no cualquiera puede manipular un periódico de vieja data. “Se debe de tener un gran cuidado. Muchas personas son dadas a mutilar los periódicos porque desconocen su valor histórico”, manifestó.
Otros “tesoros”
Además de archivos de periódicos, dentro de la Hemeroteca de LA PRENSA existen otros documentos históricos de gran valor, como una colección de diarios oficiales La Gaceta, fotografías que los fotógrafos del periódico han tomado desde los años setenta del siglo pasado, y otras colecciones de fotografías.
Los directivos del Diario comentan que don Jaime Chamorro Cardenal, recientemente fallecido, adquirió unos microfilmes de las ediciones de LA PRENSA entre 1956 y 1986, así como un álbum como de 300 fotografías de la familia Somoza, tanto de eventos íntimos como públicos, además de que ahí está otra colección de imágenes de la familia Chamorro, los dueños del periódico.
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En las últimas dos décadas, LA PRENSA adquirió tres índices computarizados en los cuales se fueron archivando todas las noticias, reportajes, crónicas, artículos de opinión, editoriales y otros artículos periodísticos que se iban publicando en el periódico, de tal manera que sirviera como un recurso digital para las investigaciones. Es decir, en esos índices estaban transcritos todos los artículos que aparecían en la edición impresa. Hasta hoy se desconoce el estado de esos índices, los cuales se presume también estarían deteriorados.
La rotativa y la imprenta
En 1972, el terremoto del 23 de diciembre arrasó los edificios de LA PRENSA, que casi ocupaba una manzana en la calle El Triunfo. El sismo destruyó totalmente la rotativa principal, una prensa Hoe de cuatro unidades capaz de producir 64 páginas.
Los dueños del periódico lograron rescatar algunos equipos, así como cuatro unidades de una moderna prensa offset que solo sufrió daños, y 69 días después se pudo reinstalar la rotativa también con donaciones de equipos usados de periódicos extranjeros.
LA PRENSA volvió a circular el 1 de marzo de 1973, ubicándose donde está actualmente en el kilómetro cuatro y medio de la Carretera Norte, en un edificio de hierro perteneciente a la compañía Cymsa.
Los gastos del traslado, así como el pago del terreno y una rústica construcción, se pudieron sufragar “usando la indemnización que pagó a LA PRENSA el seguro que tenían, la cual fue recibida por los daños cuantiosos sufridos en las instalaciones y maquinarias en el terremoto de 1972”, explicó un directivo actual.
Hasta el 12 de agosto de 2021, LA PRENSA se imprimía en una moderna rotativa de las mejores de Centroamérica. Hoy se desconoce el estado de la misma.
Un trabajador del periódico indicó que el día de la toma por parte de la Policía orteguista, el personal de mantenimiento logró dejar limpias y apagadas las máquinas del periódico.
Todos los días, por las mañanas, los trabajadores de la rotativa le cambiaban la tinta con la que la noche anterior habían impreso el periódico y le hacían otros cuidados, como limpieza, revisión del nivel de aceite y de las balineras, entre otros.
Una vez a la semana, a la rotativa se le hacía un mantenimiento más profundo y, cada cierto tiempo, otro mantenimiento más profundo aún.
La preocupación de los directivos del periódico es mayúscula. “Cualquier máquina en desuso sufre daños”, dice uno de ellos.
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Igual ocurre con las máquinas impresoras offset, con las que se imprimían revistas, libros y folletos publicitarios. En esa área, además de impresoras, hay otras máquinas para dar acabado, como troquelar, doblar páginas, engrapado y otros.
“No se sabe qué ha pasado con esas máquinas”, explica el administrador del Diario, quien agrega que todas las computadoras y demás equipos electrónicos, así como los servidores, fueron sacados del periódico por los policías.
“Lo más grave es el daño a la libertad de expresión”
Con la toma policial de LA PRENSA, la dictadura orteguista también está lesionando importantes derechos colectivos del pueblo nicaragüense, lamentaron los directivos del periódico. “Lo más grave es el daño a la libertad de expresión, que está totalmente controlada”, indicó uno de ellos.
“También existe un perjuicio a la empresa privada, que produce trabajo y prosperidad a la sociedad nicaragüense”, agregó la fuente.
La primera acción que tuvo que tomar la administración del periódico, luego de que la Policía ocupó el edificio, fue reducir en un 70 por ciento la planilla de la empresa, en la cual también está la imprenta comercial que daba servicio a muchas otras empresas en Nicaragua.
“Más de 130 personas perdieron su sustento, además de todos los servicios que recibíamos de otras empresas que nos brindaban servicios para nuestro funcionamiento, incluyendo servicios gubernamentales como el seguro social de esos colaboradores”, comentó el directivo.
La preocupación por el edificio se agrava con la llegada del invierno. “Habrá goteras que dañarán todos los activos, incluyendo muebles y, lo más valioso, la Hemeroteca”, lamentó.