Así lo dijo el presidente electo de Costa Rica, Rodrigo Chaves, el recién pasado domingo 3 de abril por la noche, en el discurso que pronunció después de conocer que había ganado la elección presidencial.
Ciertamente, los costarricenses no le han fallado a su país, pero tampoco a Centroamérica, al renovar una vez más su ejemplar sistema político democrático en unas elecciones cristalinas, como las vienen realizando cada cuatro años desde los cincuenta del siglo pasado, después de la Guerra Civil de 1948.
Sin duda que para los costarricenses es muy importante la persona que gana la elección presidencial, sin perjuicio de la elevada abstención que esta vez fue más del 43 por ciento. Sin embargo, para quienes los vemos desde afuera eso es secundario, lo interesante es que Costa Rica mantiene su tradición de elecciones libres y limpias y que funcionan las instituciones democráticas. De manera que como muy bien lo dijera el presidente electo Rodrigo Chaves, el pueblo costarricense ha cumplido otra vez su tarea de resguardar y fortalecer la democracia.
Cabe advertir que el mensaje de Chaves el domingo pasado en la noche fue conciliatorio, en contraste con el discurso rupturista que manejó durante la campaña, inclusive agresivo contra la prensa y los partidos democráticos tradicionales. Tal vez la agresividad verbal fue solo una estrategia de campaña, o es que ahora debe enfrentar la dura realidad de que solo tendrá 10 diputados, de los 57 que integran la Asamblea Legislativa. O sea que obligatoriamente tendrá que negociar y pactar con los partidos tradicionales, Liberación Nacional y Unidad Socialcristiana, que entre ambos suman 28 diputados, casi la mitad del Parlamento.
En cuanto a la posición con respecto a Nicaragua que tendrá el presidente electo tico, LA PRENSA informó que el mismo domingo 3 de abril los periodistas se lo preguntaron, pero Chaves se limitó a decir que enviaba “un abrazo al pueblo hermano… queremos comerciar y vivir en paz”.
Sin embargo, LA PRENSA recordó que el 19 de enero de este año, en una declaración para el medio la Voz de Guanacaste el entonces candidato Chaves calificó al régimen de Nicaragua como “una dictadura que se disfraza de marxista y que les entregó el país a grupos económicos privados muy grandes”. Aunque matizó esas expresiones agregando que “Costa Rica no tiene enemigos ni amigos”.
Chaves fue más preciso el 11 de marzo pasado, cuando habló ante los miembros de la Cámara de Exportadores de Costa Rica y les dijo que esperaba “tener una relación muy cordial con don Daniel Ortega”. Y este lunes, en su primera conferencia de prensa como presidente electo, Chaves aseguró que nombrará embajador en Nicaragua (actualmente no lo hay) porque “no estamos en guerra”. “Qué es eso que estamos en relaciones diplomáticas, pero no hay embajador”.
Chaves dijo que mantendrá relaciones con todos los gobiernos legítimos, y cuando se le recordó que la OEA no reconoció como legítimas las elecciones de noviembre pasado en las que Daniel Ortega se volvió a reelegir sin competencia, entonces el presidente electo tico dijo que “cuando expulsen a Nicaragua de la OEA vamos a ver”.
Obviamente, el tema político de Nicaragua no está entre las prioridades del próximo presidente de Costa Rica. Pero sin duda que más temprano que tarde tendrá que definir una posición.