14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

La matanza de niños en Uvalde y la Segunda Enmienda

Es imposible no conmoverse ante una tragedia como la ocurrida en Uvalde, la pequeña ciudad del estado de Texas en Estados Unidos (EE. UU.), donde 19 niños de una escuela primaria y dos de sus maestras, fueron asesinados a balazos por un perturbado mental y malvado asesino, de 18 años de edad.

CNN en Español ha transmitido imágenes y datos de los niños y las maestras asesinadas, así como conmovedoras declaraciones de sus madres, padres y otros parientes cercanos. Es un crimen colectivo que nunca se puede perdonar ni olvidar.

Por desgracia, este tipo de matanzas ocurren con alarmante frecuencia en EE. UU. Según la ONG estadounidense Gun Violence Archive, en lo que va del año 2022 se han registrado 21 tiroteos de mayor y menor magnitud, en los que cuatro o más personas han resultado muertas y heridas. Son más o menos cuatro incidentes cada mes. Mucho más que en períodos iguales de los años anteriores.

Pero que ocurran con frecuencia no significa que hay que acostumbrarse a esos tiroteos mortíferos. No vale considerarlos hechos comunes y corrientes, ni mucho menos manifestación de la cultura social de EE. UU., porque no es así.

Como ocurre siempre en estos casos, después de la matanza de Uvalde se han hecho diversas especulaciones sobre sus causas puntuales y señalamientos de supuestos culpables, directos o indirectos. Pero lo que está claro es que en el trasfondo de estas tragedias se encuentra la asombrosa facilidad con la que en ese país se puede adquirir y usar armas de fuego, inclusive de gran calibre y capacidad para matar.

Se conoce que el rifle AR-15 que usó el asesino de Uvalde —y que ha sido utilizado en otras matanzas parecidas—, es un arma de fuego hecha para causar la mayor cantidad de víctimas en el menor tiempo posible. Sin embargo, se consiguen en el comercio legal de armas con increíble facilidad.

Es fácil entender que si el comercio de armas de fuego fuera prohibido, o al menos restringido rigurosamente, los tiroteos mortales seguirían ocurriendo, pero no con la misma frecuencia sistemática y consecuencias letales masivas.

La tenencia de armas de fuego es común en EE. UU. Es el único país en el mundo donde hay más armas en poder de civiles que habitantes: 120 armas de fuego por cada cien personas.

Para muchos estadounidenses tener estas armas es un derecho sagrado, porque así está consagrado en su Constitución. La segunda enmienda constitucional, redactada por el mismo padre de la patria James Madison y aprobada por el Congreso en 1778, establece lo siguiente: “Siendo necesaria una milicia bien ordenada para la seguridad de un Estado Libre, no se violará el derecho del pueblo a poseer y portar armas”.

Pero eso fue dictado cuando recién estaba naciendo la República, las autoridades de seguridad no estaban todavía debidamente formadas y consolidadas; y por lo tanto era imperiosamente necesario que los ciudadanos estuvieran armados para defenderse ellos mismos.

Ahora eso no es necesario, aunque muchos sigan aferrados a la anacrónica costumbre de poseer y usar armas de fuego. Que además y dicho sea de paso, ya no son mosquetes como cuando se aprobó la segunda enmienda, sino poderosos fusiles y ametralladoras que en segundos matan a mucha gente.

Si por el sistema legal estadounidense no es posible abolir esa enmienda constitucional, al menos deberían aprobarse leyes para controlar eficazmente la tenencia de armas de fuego, y disminuir drásticamente su uso.

Así se podrían salvar muchas vidas, como las de los infantes de Uvalde y todas las que con frecuencia son segadas por dementes asesinos, que adquieren armas de fuego con la misma facilidad con la que pudieran comprar herramientas de trabajo.

Editorial Texas Uvalde
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí