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“En espíritu unidos, en espíritu y ansias y lengua”

Las palabras de este título son un verso del poeta nacional Rubén Darío, inscritas en el escudo de la Academia Nicaragüense de la Lengua. El escudo muestra además las figuras del cacique Nicarao y el conquistador español Gil González Dávila, conversando amistosamente debajo de un árbol florido. Representa el diálogo entre dos culturas que fue la motivación de los fundadores de la Academia en 1928.

Ahora, la casi centenaria Academia Nicaragüense de la Lengua ha sido prácticamente liquidada por el régimen, que este martes 31 de mayo suprimió su personería jurídica junto a otras instituciones y organismos de la sociedad civil.

La liquidación de la Academia Nicaragüense de la Lengua es, en el ámbito cultural, tan lamentable o aún más que la del Festival Internacional de Poesía de Granada, la Biblioteca Enrique Bolaños Geyer, los centros de pensamiento y las universidades que también fueron despojadas de sus personerías jurídicas.

La verdad es que no se puede entender la liquidación de instituciones culturales que son absolutamente apolíticas y tan útiles a la sociedad, como la Academia Nicaragüense de la Lengua.

La Real Academia Española (RAE) y otras entidades miembros de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Asale), se pronunciaron antes de que su filial de Nicaragua fuese despojada de su personería jurídica, pidiendo que no se cometiera semejante despropósito.

La RAE recordó que la Academia Nicaragüense de la Lengua ha hecho grandes aportes al cuidado y desarrollo del idioma, en Nicaragua y todo el mundo de habla hispana. Su labor, dice la RAE, ha sido “fundamental para el cuidado de la lengua que han llevado a su más alto grado de excelencia escritores del país, como Rubén Darío, Alfonso Cortés, Ernesto Mejía, José Coronel Urtecho, Lisandro Chávez, Ernesto Cardenal o Pablo Antonio Cuadra, entre otros”.

Pero la apelación de la RAE y demás academias ha sido inútil. Sin embargo, todavía es tiempo de que los que toman las decisiones de Gobierno reflexionen y rectifiquen. Simplemente, sacando a la Academia Nicaragüense de la Lengua de la lista que se debe publicar en La Gaceta, diario oficial.

Ojalá que lo hicieran. Deberían considerar que incluso en Cuba comunista, cuyo régimen político es absolutamente totalitario, existe la Academia Cubana de la Lengua con el lema “Letra y espíritu”, que evoca el verso de Rubén Darío.

“La vida interna de un pueblo se revela en su lenguaje, que es un modo de ser: su inteligencia, su pensamiento, su elemento esencial de existencia, su patria, su todo”, sentenció Félix Ramos y Duarte, gran maestro cubano del español, lexicólogo, filólogo y escritor (1848-1924).

Esta cita formidable se puede leer en la página web de la Academia Cubana de la Lengua. En la que también se dice que “la cultura no es un lujo, es una necesidad: no una contemplación, sino una energía”.

Ojalá que pudieran entender eso los gobernantes de Nicaragua.

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