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La función democrática de la empresa privada y del Cosep

Ha causado muy buena impresión que el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) restableciera en sus Estatutos la regla de que su presidente será elegido por dos años, con la posibilidad de una sola reelección.

El Cosep es una organización gremial empresarial, pero no es una empresa privada propiamente dicho. Es una cámara de cámaras empresariales, una institución de poder económico y de influencia social y política, y por lo tanto de interés público.

Fue por eso que cuando en 2008 el Cosep reformó sus Estatutos, para establecer la reelección por tiempo indefinido de su entonces presidente, José Adán Aguerri, la decisión fue calificada públicamente como antidemocrática y criticada con mucha fuerza.

Por aquella decisión errónea y antidemocrática, Aguerri (quien ahora está en la cárcel en condición de preso político), ejerció la presidencia del Cosep durante trece años mediante varias reelecciones consecutivas. Aguerri fue sustituido en 2020 por Michael Healy, pero este solo pudo desempeñar el cargo durante un año, porque el 21 de octubre de 2021 también fue encarcelado como preso político y condenado, el 10 de mayo de 2022, a 13 años de prisión.

Pero no fue solo por las reelecciones de Aguerri en la presidencia del Cosep que la cúpula empresarial mereció la crítica pública. El rechazo principal fue por su alianza corporativa con el régimen, que muchos calificaron como sumisión política, a pesar del alegato de José Adán Aguerri de que en el Cosep siempre “se luchó y defendió la institucionalidad del país”.

El Cosep como institución y José Adán Aguerri en lo personal, rompieron drásticamente con el régimen en abril de 2018. Después formaron parte de las mesas de diálogo nacional en que se buscaba solución a la crisis socioeconómica y política del país. Por eso es que sus tres principales exdirectivos, José Aguerri, Michael Healy y Álvaro Vargas, son ahora presos políticos, condenados a varios años de prisión.

El Cosep se encuentra actualmente en una situación muy difícil, igual que la Iglesia católica, los partidos políticos opositores y la sociedad civil independiente. Pero además el Cosep es visto con desconfianza por los sectores radicales de la oposición que tienen gran presencia e influencia mediática. Algunos aseguran que a pesar de que sus anteriores líderes principales están presos, el Cosep sigue siendo cómplice solapado del régimen. Pero evidentemente esto no es cierto y la mayor parte de los ataques de ahora contra los empresarios son infundados e injustos.

La función de la empresa privada es clave para la recuperación, el crecimiento y el desarrollo económico y social del país. La empresa privada es una dinámica generadora de empleo formal y productivo; y de ingresos al Estado para el financiamiento del aparato burocrático y de los programas sociales.

Y la representación gremial de la empresa privada, el Cosep, sin necesidad de ser un factor político partidista es un componente básico de la democracia; la que ahora está en sus horas bajas, pero que en algún momento podrá y tendrá que recuperarse.

Editorial cosep Empresa privada Nicaragua
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