En su edición del lunes 18 de julio corriente, LA PRENSA reportó que en el fin de semana anterior falleció Erwin Krüger Maltez, eminente economista, catedrático de ciencias económicas, escritor de artículos de opinión sobre economía, excelente ciudadano y ejemplar jefe de familia.
Erwin Krüger Maltez fue hijo del eximio compositor Erwin Krüger Urroz, llamado “el acuarelista musical” por la exquisitez de sus composiciones. Él fue autor de canciones que se hicieron representativas de la identidad cultural nicaragüense, como Barrio de pescadores, Palomita guasiruca, El sabanero, y Queja india, considerada esta como la primera canción de protesta en la historia musical de Nicaragua.
Pero su hijo, Erwin Krüger Maltez, brilló con luz propia, no en el mundo de la música pero sí en el de la economía. En este campo Krüger Maltez hizo a principios de la década noventa del siglo pasado, un invaluable aporte a la reconstrucción de la economía nacional, que había sido arruinada por la revolución y la guerra.
Por sus credenciales académicas, como doctor en Economía y catedrático universitario en Estados Unidos (EE. UU.) y por su experiencia práctica como alto funcionario de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Erwin Krüger Maltez fue escogido para formar parte del gabinete económico del gobierno democrático de doña Violeta Barrios de Chamorro, que se instaló el 25 de abril de 1990 con el complejo reto de reconstruir la economía y lograr la reconciliación nacional.
Antonio Lacayo escribió en su libro La difícil transición nicaragüense, que Krüger fue nombrado para “la dirección de todas las empresas estatizadas, agrupadas luego en la Cornap”, o sea la corporación de las empresas del sector público creadas por el régimen sandinista a partir de las expropiaciones y confiscaciones de las propiedades privadas.
Krüger pronto pasó a ser ministro de Cooperación Externa, con la responsabilidad de gestionar y reducir la deuda externa heredada por el régimen sandinista, de más de 12 mil millones de dólares. Era una deuda descomunal y prácticamente impagable, por el tamaño de la economía del país y su estado ruinoso. Pero Krüger fue a todos los países acreedores de Nicaragua, puso su cara en vergüenza y logró reducir la deuda en 8 mil millones de dólares.
Erwin Krüger Maltez fue también un líder de la empresa privada. Inclusive fue presidente del Cosep, posición desde la cual sostenía que el sector privado como tal no debía involucrarse en la política partidista, que eso tenía que ser una opción personal de cada empresario.
Él era el presidente del Cosep en el año 2006, cuando la elección presidencial la ganó Daniel Ortega con solo el 38 por ciento de los votos y una buena porción de ellos que no fueron contados y hubieran mandado los comicios a una segunda vuelta.
Los empresarios, igual que todos los demás nicaragüenses partidarios de la democracia, se dividieron en el respaldo a los dos candidatos liberales, José Rizo y Eduardo Montealegre, quienes entre ambos sumaron más de cincuenta por ciento de los votos. Pero perdió la democracia por la división política. Lo ocurrido a partir de entonces es una historia muy conocida.
Aparte de eso, hay que reconocer que Erwin Krüger fue uno de los reconstructores exitosos de la economía nacional en el comienzo de la democracia de los años noventa. Por eso su nombre figura merecidamente en la historia reciente de Nicaragua. Que descanse en paz Erwin Krüger Maltez. Enviamos a sus familiares nuestras sentidas condolencias.
