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Interesantes datos políticos de la encuesta de CID-Gallup

El analista de temas económicos y políticos, Enrique Sáenz, reveló en un artículo publicado en 100% Noticias los datos políticos sobre Nicaragua de la encuesta que hizo CID-Gallup en mayo pasado, los que hasta ahora no habían sido dados a conocer públicamente.

     CID-Gallup informó parcialmente el 17 de julio pasado, sobre una encuesta realizada en mayo anterior en la cual Daniel Ortega ocupó el sexto lugar de popularidad, entre 12 presidentes de América Latina, siendo el salvadoreño Nayib Bukele el primero.

     También informó la mencionada firma encuestadora que, de acuerdo con esa consulta, la presa política nicaragüense Cristiana Chamorro Barrios es la séptima personalidad más popular en un ranking igual de 12, y la única nicaragüense que figura en él. Daniel Ortega ni siquiera marcó entre las 12 personalidades políticas más populares de América Latina.

     Ahora, Enrique Sáenz ha revelado otra parte de la misma encuesta, que no se conocía por referirse a un tema solicitado especialmente y pagado por algunas personas. Se trata del tema del respaldo o la simpatía de los nicaragüenses hacia los partidos políticos.

     Según esa encuesta de CID-Gallup, el 85 por ciento de los nicaragüenses no simpatiza con el partido de gobierno FSLN. Solo el 15 por ciento de los encuestados declaró que respalda al Frente Sandinista. Enrique Sáenz informa además que “en una pregunta adicional, el 14 por ciento opinó que prefería un régimen autoritario (en vez de la democracia), es decir, un porcentaje semejante está contento con la dictadura”.

     Agrega la información que “del 85 por ciento que no simpatiza con el régimen, únicamente el 13 por ciento respalda a las organizaciones opositoras. Es decir, hay un 72 por ciento de nicaragüenses que quieren un cambio, pero las organizaciones existentes no despiertan su confianza”. Y agrega que “las organizaciones que emergieron después de abril de 2018 no suman, entre todas, el 0.5 por ciento”.

     Pero eso es comprensible. En primer lugar, las personas que no apoyan al régimen no necesariamente están contra él, activamente, con disposición de ser parte de un movimiento político partidista y luchar cívicamente contra el régimen.

     Por otra parte, es conocido por quienes se interesan en la ciencia política y la historia, que después de que una rebelión popular ha sido derrotada la inmensa mayoría de la gente que la apoyó queda confundida, atemorizada, inclusive muchos desmoralizados. Por lo tanto, aunque no apoyan al régimen autoritario que se impuso por medio de la fuerza, tampoco respaldan a los movimientos políticos y sociales opositores que salieron derrotados.

     Tiene que pasar algún tiempo, a veces poco, pero en algunos casos mucho, para que la gente recupere el valor y la confianza en la política, y por tanto en las organizaciones y personas que luchan o dicen luchar por el cambio.

     Lo interesante o importante es que a juzgar por esa encuesta de CID-Gallup, el FSLN perdió más o menos un 10 por ciento de la base más o menos sólida que tenía hasta antes de abril de 2018.

     Demuestra que en unas elecciones libres y competitivas la oposición democrática derrotaría al régimen, igual que en 1990. Y que, por lo tanto, la vía pacífica electoral es o sería la indicada para abrir el camino a una nueva transición a la democracia, cuando se creen las condiciones apropiadas y necesarias.

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