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CONTENIDO EXCLUSIVO.Del papa Francisco se ha dicho que ha tratado de revivir la Teología de la Liberación en su aplicación pastoral, aunque no en el concepto político, sino en lo que los teólogos llaman trabajo de “comunidad de base”, en los barrios marginales y marginados.
Incluso, en septiembre de 2013, pocos meses después de haber sido electo papa, Francisco se reunió con el padre Gustavo Gutiérrez, el teólogo peruano considerado como uno de los padres de la controvertida Teología de la liberación, un intento porque la iglesia esté comprometida con los pobres pero que, en el contexto de la guerra fría, la dividió entre sacerdotes de derecha y de izquierda.
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Una de las cosas que más repite Francisco es que él viene de entre los pobres y por eso les da prioridad. “Mi gente es pobre y yo soy uno de ellos”, explicó en una revista de El Vaticano.
Los temores de que el actual pontífice sea simpatizante de los gobernantes de izquierda se acrecentaron cuando se reunió durante 30 minutos con el dictador Fidel Castro, en septiembre de 2015, en la residencia del entonces ya expresidente.
Posteriormente, en 2016, también se reunió con Nicolás Maduro, en la segunda ocasión en que el dictador venezolano visitó El Vaticano.
En la actualidad, hay preocupación en Nicaragua por la forma en que el papa Francisco está abordando la persecución que sufre la iglesia católica nicaragüense por parte del régimen Ortega Murillo.
Daniel Ortega, de quien muchos dudan que sea de izquierda, tiene encarcelados a ocho sacerdotes nicaragüenses, entre ellos el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, quien está bajo arresto domiciliar. Además, mandó al exilio al padre Edwing Román y al obispo Silvio Báez, tras las protestas de abril de 2018, cuando acusó a la iglesia como “golpista”.
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Las opiniones sobre cómo el papa está enfrentando la situación de Nicaragua están divididas. Mientras unos consideran que hace “silencio”, o sus escasas intervenciones son insuficientes, otros opinan que está actuando conforme a su papel de pastor, buscando el diálogo.
El primer papa latinoamericano
Francisco fue el primero como papa en muchos aspectos. El primero nacido en América. El primer hispanohablante. El primero en elegir el nombre del santo de Asís. Y también el primer jesuita en ese alto cargo.
Nació como Jorge Mario Bergoglio, en Buenos Aires, Argentina, el 17 de diciembre de 1936. Según el periodista Guillermo Romero Salamanca, el papa Francisco es hijo de inmigrantes italianos piamonteses. El padre, Mario Bergoglio, era contador, empleado en ferrocarril, mientras que la madre, Regina Sivori, se ocupaba de la casa y de la educación de los cinco hijos.
En su juventud, el papa perdió buena parte de un pulmón debido a una enfermedad respiratoria.
Fue ordenado sacerdote cuando tenía 33 años de edad, el 13 de diciembre de 1969, de manos del arzobispo Ramón José Castellano.El 11 de marzo de 1958 había ingresado al noviciado de la Compañía de Jesús.
En 1992, el Papa Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Buenos Aires. Después de la renuncia del papa Benedicto XVI, y en un cónclave de dos días, Jorge Mario Bergoglio fue electo como Sumo Pontífice el 13 de marzo del 2013.
Francisco es licenciado en Ciencias Químicas, graduado en 1958 en Buenos Aires. Además, estudió Humanidades en Chile y en 1960, de regreso a Argentina, ejerció como profesor de Literatura y Psicología.
Una crítica que le hacen a Francisco, aún hasta hoy, es que declaró en 2010 en un juicio por la desaparición de dos sacerdotes jesuitas durante la dictadura militar de 1976. El abogado del caso le acusó de mentir, de ocultar la verdad. Pero no pasó de ahí. Supuestamente Francisco, cuando era Bergoglio, habría denunciado a los dos sacerdotes de la Compañía de Jesús ante el régimen militar. El ahora sumo pontífice lo negó.
Caracterizado por las malas relaciones con el presidente Néstor Kirchner y su mujer y sucesora Cristina Fernández, el papa Francisco fue presidente de la Conferencia Episcopal argentina desde noviembre 2005 hasta noviembre 2011.
Jesuita
Ser latinoamericano, pero especialmente jesuita, hacían al papa Francisco distinto a sus predecesores y se sospechó desde el principio que traía aire nuevo al Vaticano.
La compañía de Jesús, o jesuitas, es una de las órdenes más longevas del catolicismo y también de las más influyentes. Durante siglos, explica el periódico español La Tercera, los jesuitas han usado muchos sombreros: misioneros, educadores y predicadores; escritores y científicos; sacerdotes con los pobres y confesores de las cortes reales de Europa.
El fundador de ellos es el noble vasco Iñigo López, conocido en la historia como San Ignacio de Loyola, quien, tras resultar gravemente herido en una batalla contra los franceses en Pamplona, España, se dedicó a oración intensa durante meses de dolorosa recuperación, lo que le provocó una transformación personal que lo llevaría a fundar la Compañía de Jesús en 1534.
Si todas las órdenes religiosas católicas generalmente requieren que sus miembros tomen tres votos de por vida: pobreza, castidad y obediencia, los jesuitas añaden un “cuarto voto”: el compromiso de estar disponible para ser enviado a trabajar donde sea que las necesidades de la iglesia y del mundo sean más apremiantes.
Históricamente, los jesuitas han sido perseguidos por algunos sectores y nunca uno de ellos había accedido al papado. Tradicionalmente, al general de los jesuitas se le conoce como “el papa negro”.
Siempre según el periódico La Tercera, la perspectiva de un papa jesuita alguna vez se consideró improbable, dadas las tensiones entre líderes de la iglesia y la orden. Por lo tanto, la elección de Bergoglio como papa Francisco sorprendió a muchos y su papado ha continuado en esa línea.
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Entre lo positivo que se le ha destacado a Francisco está ser “modernizador”, ya que, por ejemplo, les da la bienvenida a los católicos LGBT, pero también se le critica por su insuficiente capacidad de respuesta a las crisis, como las que causan las denuncias por abuso sexual en contra de parte del clero.
Los periódicos argentinos explican que la formación que Francisco recibió en la Compañía de Jesús lo ayudó a desarrollar un marcado sentido del orden, la austeridad, la humildad y el compromiso con la comunidad y los pobres.
La izquierda
Es difícil valorar si el papa Francisco simpatiza con la izquierda o no, porque los conceptos de “derecha” e “izquierda” son cada día más obsoletos y confusos, explica un especialista en temas eclesiásticos consultado por la Revista DOMINGO.
“En Nicaragua se afirma en este contexto (de persecución a la iglesia católica), y simplistamente, que el papa Francisco es de izquierda porque no es contundente en sus críticas al régimen de Ortega y Murillo. Pero es que ni Ortega ni Murillo son de izquierda. ¿Robar, mentir, matar y torturar es ser de izquierda?”, manifiesta el especialista, quien habla bajo anonimato.
Por la propia boca del papa se conoce que no es de “derechas”. Hablando sobre sus primeros años de sacerdocio, el papa Francisco le explicó a la revista de los jesuitas La CiviltàCattolica: “Mi forma autoritaria y rápida de tomar decisiones me ha llevado a tener problemas serios y a ser acusado de ultraconservador. Tuve un momento de gran crisis interior estando en Córdoba (Argentina). No habré sido ciertamente como la beata Imelda, pero jamás he sido de derechas. Fue mi forma autoritaria de tomar decisiones la que me creó problemas (…). Todo esto que digo es experiencia de la vida y lo expreso por dar a entender los peligros que existen. Con el tiempo he aprendido muchas cosas”.
A pesar de esas declaraciones, el papa también ha indicado que la iglesia no funciona con “izquierdas” ni con “derechas”.
“La Iglesia no es una organización política que tenga en su interior la derecha y la izquierda como sucede en los parlamentos”, dijo Francisco en un evento en El Vaticano durante 2021.
Según un artículo del periódico español La Vanguardia, el concepto de derecha e izquierda en política cambia según el país. No es lo mismo la izquierda en Suecia, donde el gobierno corre con los gastos de los servicios públicos, que la izquierda en los Estados Unidos, un país capitalista donde la economía condiciona todos los aspectos de la vida como la educación, la salud o las prestaciones laborales.
Sin embargo, en síntesis, se puede decir que, según la ideología de izquierdas, para que un país funcione hay que fortalecer el conjunto de la sociedad y los servicios básicos como sanidad, sistema educativo, pensiones; mientras que la derecha sitúa al individuo en el centro de sus políticas.
Es decir, la ideología de izquierdas desarrolla sus políticas pensando en la sociedad. Por eso algunos gobiernos o partidos de izquierdas se definen como socialistas.
Por su parte, la ideología de derechas está más centrada en el individuo y la iniciativa privada. Los gobiernos de derechas favorecen la economía de las empresas para que sean éstas las que generen la riqueza en un país. Se les define como liberales, porque las autoridades intervienen el mínimo posible, o capitalistas, porque el funcionamiento del Estado gira en torno al dinero o capital.
En el caso del papa Francisco, algunos medios lo catalogan como más de izquierda. El diario británico The Guardian, una de las principales publicaciones de la izquierda liberal británica, consideró en un artículo, en noviembre de 2013, que el papa podía en ese momento remplazar a Barack Obama como el rostro de la izquierda y de los liberales a nivel mundial.
The Guardian indicó que, mientras el afiche con la cara de Obama, prometiendo esperanza y cambio, se estaba desdibujando, “el nuevo y obvio héroe de la izquierda es el papa”.
Entre el catolicismo se ha generado un conflicto porque se considere de izquierda a Francisco, porque tradicionalmente la iglesia se asocia más a hacia la derecha, explica el analista español Celso Ortiz, en el periódico Diario de Almería.
“Nadie puede negar que el catolicismo, llamémosle oficial, es una etiqueta que patrimonializa la derecha. Les ha faltado tiempo para arremeter contra el papa Francisco por sus últimas declaraciones. El papa Francisco ha tenido la osadía de pronunciarse a favor de la clase trabajadora, defendiendo el pasado sábado un salario universal, para que cada persona en este mundo pueda acceder a los elementales bienes de la vida y la reducción de la jornada laboral, como medida para facilitar el reparto del trabajo. Solicitó a los países poderosos que cesen las invasiones y las ocupaciones unilaterales. Defendió que todos tengan acceso a las vacunas liberando las patentes. Se mostró contrario a la fabricación de armamentos que dan lugar a los enfrentamientos bélicos. Y se atrevió a pronunciarse a favor del medio ambiente solicitando el cese de la destrucción de bosques, humedades y montaña, de la contaminación de ríos y mares, y de la intoxicación de pueblos y alimentos”, escribió Ortiz.
Nicaragua
Los dos últimos embajadores del papa en Nicaragua, los nuncios Fortunatus Nwachukwu y Waldemar Stanisław Sommertag, están señalados de haber actuado muy complacientes con el régimen Ortega Murillo y no desarrollaron actitud crítica frente a los abusos de los dictadores nicaragüenses.
Sommertag fue expulsado de Nicaragua por Rosario Murillo, luego de que, obligado por el papa, el nuncio abogó por los presos políticos, indicó una fuente sacerdotal bajo anonimato.
Especialistas en temas eclesiásticos, y sacerdotes que hablan bajo anonimato, aducen que el comportamiento del papa Francisco, respecto a la actual situación de Nicaragua, responde a que esos nuncios no informaron bien al sumo pontífice, a pesar de que voceros del Vaticano han explicado que Francisco está bien informado de lo que ocurre en el país centroamericano, especialmente referente a la persecución orteguista.
Tras días de silencio, el papa Francisco se pronunció sobre Nicaragua el pasado 21 de agosto de 2022, con un mensaje que a muchos les pareció muy poco, no solo por la cantidad de palabras que usó, 38, sino también por la falta de contundencia.
“Sigo con cercanía con preocupación y dolor la situación que se ha creado en Nicaragua que afecta a personas e instituciones, quisiera expresar mi convicción y mi deseo de que por medio de un dialogo abierto y sincero se pueden encontrar la bases para una convivencia respetuosa y pacífica”, dijo el papa.
Entre contradicciones
El papa Francisco cerró en marzo de 2022 nueve años de Pontificado, haciendo repetidos llamados a la paz en medio de la invasión de Ucrania a manos de Rusia.
Llegó con la voluntad de reformar la Iglesia católica, pero quedó atascado en la gestión de los repetitivos escándalos sexuales que la sacuden, explica la agencia France 24, la cual señala que el papa argentino media entre la apertura y el secreto que caracteriza a la institución religiosa.
En el transcurso de los años, se ha expresado sobre diversos temas “calientes” como la guerra en Siria o el acercamiento entre las dos Coreas. En 2013, la revista Time lo designó “papa de la gente” y lo nombró “personaje del año”.
Recorrió el planeta en su activo peregrinaje diplomático, pero sus mayores desafíos se encuentran entre los 0.44 kilómetros cuadrados del Vaticano, añade France 24. Entre los muros de la Santa Sede, la pugna de poderes se ha hecho sentir.
Una de las primeras tareas de Francisco fue tratar de normalizar las finanzas del Estado, considerado como un paraíso fiscal y a menudo señalado por movimientos ilícitos de activos.
Recientemente el papa disipó rumores sobre una posible renuncia.