Este viernes 2 de septiembre presentamos nuestra opinión sobre las cuestiones legales —o más bien ilegales—, relacionadas con la presentación en medios oficialistas de fotos e imágenes de video de los presos políticos.
Después de más de 440 días de que los presos políticos no se habían podido ver en público, los medios oficialistas presentaron a una buena parte de ellos al hacerlos comparecer en una supuesta “audiencia judicial informativa”, que, como explicamos ayer, no existe en los procedimientos judiciales que manda la ley.
Pero, aparte de eso, ¿cuáles son o podrían ser las implicaciones políticas de este hecho que ha impresionado a la opinión pública nacional y a la comunidad internacional interesada en Nicaragua?
Por supuesto que no es posible conocer las intenciones del régimen. Tal vez querían desmentir las denuncias e informaciones, sobre las deplorables condiciones en que se encuentran los presos políticos por el maltrato que sufren dentro de la cárcel. O quizás querían humillarlos exhibiéndolos públicamente con ropa de presidiarios, esposados e indefensos.
Pero si tales eran los propósitos del régimen, no los consiguieron. Por un lado se pudo apreciar muy bien la mala condición física de los reos, por supuesto que de unos peor que la de otros. Y por otra parte, los presos se mostraron con la frente en alto, con la mirada serena y mostrando la dignidad propia de héroes y heroínas que ni en la cárcel renuncian a sus convicciones ni a la lucha por la libertad y la democracia.
Además, con ese hecho el mismo régimen ha reactivado la demanda nacional e internacional de libertad para todos los presos políticos. ¿O tal vez su propósito haya sido recolocar el tema de los presos políticos en la atención pública?
Algunos observadores han llamado la atención al hecho de que la exhibición de los presos políticos ocurrió después de conocerse la información de que el nuevo gobierno de Colombia, presidido por el izquierdista Gusta Petro, estaría haciendo gestiones diplomáticas silenciosas por la libertad de los prisioneros de conciencia.
El problema de los presos políticos tiene un componente humanitario esencial que trasciende internacionalmente. Preocupa no solo a los gobiernos democráticos de centro y derecha, sino también a los de izquierda. El drama humano de los presos políticos lastima la conciencia universal, solo son insensibles los regímenes parecidos al de Nicaragua, como los de Cuba, Venezuela, Rusia, China y Corea del Norte, entre otros.
De manera que no sería raro que el nuevo gobierno colombiano quiera lucirse internacionalmente, con un logro tan significativo como sería la liberación de los presos políticos de Nicaragua. Y quitándole de encima a la izquierda latinoamericana la afrenta de que en un país gobernado por esa corriente, haya presos políticos en condiciones infrahumanas sin causa ni razón de justicia y derecho.
Algunos suponen que cuando en el comunicado oficial del gobierno colombiano se habla de “la ventana de oportunidad para una acción humanitaria de gran envergadura en Nicaragua”, tal vez se refiera a conseguir garantías de pesca para la población raizal del Archipiélago de San Andrés, en aguas nicaragüenses.
Pero en el comunicado se dice expresamente que “el nuevo Gobierno de Colombia promueve y defiende los derechos humanos, tanto en el país como en el exterior”. Lo cual parece ir más allá del tema de la pesca artesanal de los raizales colombianos.
De todas maneras, no queda más que esperar el desarrollo de los acontecimientos para ver a dónde conduce la llamada diplomacia humanitaria de Colombia para con Nicaragua. Y entre tanto es muy importante que la demanda de libertad para nuestros presos políticos, se haya replanteado como un punto fundamental en la agenda política nacional e internacional.