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CONTENIDO EXCLUSIVO.Jonathan Loáisiga confiesa que al principio jugar en Nueva York era un sueño, pero con el pasar del tiempo fue asimilando que la fantasía era una realidad. Y hay que retroceder la película de su vida para entender cómo es que el muchacho de Las Sierritas de Santo Domingo pasó de lanzar 92 millas por hora a 101, máxima cifra alcanzada en su carrera, ocurrido en 2021.
La perseverancia de Loáisiga rindió frutos, pero la vida primero lo hizo pensar que era el final de toda su carrera en el beisbol organizado. El primer punto de quiebre sucedió cuando fue dejado en libertad por los Gigantes de San Francisco y el segundo cuando se hizo la operación Tommy John, que tardó un año y dos meses en recuperarse. “Cuando fue la Tommy John uno siente incomodidad en los dedos y es por el tendón que los hace trabajar que está dañado”, recuerda Loáisiga.
“Creo que la tiradera de piedra y mangos en el barrio”, bromea Loáisiga en referencia al aumento de su velocidad, pero luego explica: “Antes de la Tommy John mi velocidad era 91-92-93 millas y después de la operación pasé un año y dos meses en el gimnasio con doctores y puros ejercicios de hombro y codo y, luego de mi rehabilitación salí lanzando 97-98 millas y el año pasado que lancé un sinker a 101 millas”.
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Esas experiencias lo hicieron aprender de la forma más dura. “Aprendí a valorar las cosas y ser agradecido por la lesión y ahora poder estar aquí contra Tampa Bay con esta gente, eso es de locos, un día estás en un lugar y ahora en otro. He madurado mucho y he visto a muchachos con demasiado talento que le pagaron millones y yo estaba con solo la oportunidad de jugar, uno trabaja extra para ponerse en el mapa. Hacía más gimnasio, más ejercicios, era más exigente y los entrenadores miraron ese desempeño”, indicó el nicaragüense.
Recientemente diferentes páginas especializadas en Grandes Ligas colocaron a Jonathan Loáisiga en el puesto 19 con el sinker más rápido de toda la Gran Carpa. “Dios me dio la bendición y trato de hacer mi trabajo, solo eso, no busca fama ni nada, solo subir a la colina y soltar mis picheos”, concluyó Loáisiga.