La presidenta del partido Ciudadanos por la Libertad (CxL), doña Kitty Monterrey, ha dado a conocer un excelente análisis de las condiciones y reglas creadas por el régimen para las “elecciones” municipales del 6 de noviembre próximo.
En general los ciudadanos saben que esos comicios no reúnen los requisitos indispensables para ser reconocidos como verdaderas elecciones. Comenzando con que las garantías constitucionales se encuentran suspendidas de hecho, que están en la Constitución, pero carecen de eficacia porque no son respetadas por los que detentan el poder. Además, el régimen dicta las reglas electorales de acuerdo con su capricho y conveniencia.
Esa percepción política empírica de la ciudadanía, la confirman el análisis y las conclusiones técnicas y legales presentadas por una experta en la materia electoral, como es la señora Kitty Monterrey, presidenta de CxL.
A este partido opositor democrático le fue cancelada su personería jurídica, pero existe a pesar de la falta de legalidad. No es un “partido extinto” (extinguido o muerto), como equivocadamente se ha dicho en algunos medios de comunicación. Pero aunque este partido no puede —ni quiere— participar en el simulacro electoral municipal del 6 de noviembre, su presidenta considera que es importante analizarlo y divulgar sus razonamientos y conclusiones.
Doña Kitty Monterrey explica que “el actual proceso electoral municipal en Nicaragua carece de toda credibilidad, no solo por la falta de idoneidad del sistema electoral y de quienes lo administran, sino por la exclusión política de la oposición y la absoluta falta de libertades dentro del país. El régimen tácitamente lo ha reconocido así, al reducir el proceso a su mínima expresión, tanto en duración como en relevancia pública”.
Agrega la dirigente opositora que “el simulacro que presenciaremos durante los próximos meses y las asignaciones de cargos que se realicen, evidenciarán nuevamente que el derecho a elegir libremente a nuestras autoridades también ha sido confiscado y que los procesos electorales, en vez se ser una fiesta cívica, se han convertido en motivo de temor y pretexto para mayor represión”.
“Pero este hecho —concluye la presidenta de CxL— no debe apartarnos de nuestra convicción de que la realización de elecciones libres, transparentes, competitivas y observadas es un elemento indispensable para que podamos nuevamente vivir en libertad y democracia, gobernados por autoridades legítimas, que se deban a la voluntad popular y no a la voluntad del caudillo de turno”.
Tiene razón la líder del partido político opositor, que fue ilegalizado a mediados de 2021 para que no pudiera participar en las elecciones con candidatos que podían derrotar fácilmente a Daniel Ortega, como Cristiana Chamorro Barrios, Juan Sebastián Chamorro o Félix Maradiaga.
Es cierto que aunque por ahora no haya elecciones libres, si la vía electoral es la idónea para que Nicaragua pueda recuperar el rumbo democrático, esta idea se debe inculcar en la conciencia nacional, mantenerla viva para cuando se creen condiciones que permitan realizar unas nuevas elecciones que sean dignas de llamarse así.
Cabe mencionar, por último, que los otros partidos de la oposición, el Partido Conservador de derecha democrática y la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), de centro izquierda, también han repudiado de previo la farsa electoral municipal del próximo 6 de noviembre.