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CONTENIDO EXCLUSIVO.“Yo siempre supe que lo que quería hacer eran artes culinarias, no estaba muy clara si era artes culinarias o pastelería, pero estaba segura de que quería cocinar”, expresó la chef Adriana Robleto entre risas joviales.
La chef nicaragüense Adriana Robleto, de 33 años, actualmente es Gerente General y Chef Ejecutiva del restaurante The Brixton en Santa Mónica, Los Ángeles, EE.UU. Ella migró hace cuatro años al país del norte, pero no fue hasta el inicio de la pandemia del Covid 19 que retornó a sus raíces nicaragüenses en la cocina con su marca “Pinto”, que desarrolló desde antes de entrar a la universidad.
Robleto es extrovertida, risueña y platicadora, sobre todo cuando son temas de comida porque “hablo hasta por los codos”. Es muy unida a su familia y se describe como una persona “bendecida” por todo lo que ha logrado en su vida.
Afirma que sus platillos favoritos para preparar son el relleno y el indio viejo, porque son los que la transportan a la cocina con su abuela. Aunque su pasión es cocinar comida nicaragüense, dice que no le gusta palmear tortillas porque la estresa.
En un momento de su infancia pensó que podría estudiar medicina veterinaria, por el amor a los perros que vivían en su casa. También pensó que podría ser makeupparty (maquilladora para fiestas), pero menciona que estas solo fueron etapas “de chatela”.
Ella define la comida como subjetiva, por lo que la sazón de cada chef es diferente. Afirma que no hay mejores ni peores cocineros, sino que cada quien cocina con sus particularidades.
Herencia familiar
Adriana recuerda que de pequeña pasaba bastante tiempo con su abuela doña Haydée, la inspiración del famoso restaurante de comida típica nicaragüense “Cocina de Doña Haydée”. Esto fue la razón para que desde temprana edad se mezclará con diversas recetas, texturas, olores, sabores y sazón.
“Es ahí donde yo digo esto me encanta, ver como la comida se transforma en un plato maravilloso, para una niña era ¡wow! Después veías como esto atraía a la familia y todos compartíamos mientras comíamos, Era ver todo el proceso desde los ingredientes hasta la unión familiar”, relata.
El primer platillo que preparó sin ayuda de su abuela o mamá fue entre los 10 ó 12 años, pero desde antes siempre tenía que estar haciendo algo. Sus comidas más elaboradas y con mayor preparación las inició a preparar a los 13 años y a los 16 años ya vendía pasteles por encargo. “Poco a poco iba subiendo escalones. Aunque no sabía hacer algo yo le decía sí a todo, hasta el día de hoy le sigo diciendo sí a todo y después ahí veo”, recuerda entre risas.
La chef cuenta que uno de sus pilares fundamentales es su familia. Es la menor de tres hermanos y cree que fue la “sorpresa” de sus padres. Su infancia la describe como enriquecedora y recuerda que el valor del trabajo siempre estuvo presente en su núcleo familiar.
Alicia Espinosa, madre de Adriana es la cofundadora del restaurante “Cocina de Doña Haydée”, junto a su hermana Irene Espinosa, tía de Adriana. Estas hermanas heredaron la buena sazón de doña Haydée, quien es conocida por realizar unos deliciosos nacatamales.
“Yo acompañaba a mi mamá y a mi tía al restaurante; mi hermano y mi hermana acompañaban a mi papá en cosas relacionadas a la publicidad”, cuenta.
Estudiar para Chef
Luego que terminara sus estudios secundarios, sus padres la enviaron a campamentos de verano de artes culinarias, pastelería, administración de empresas y hotelería. “Yo regresé fascinada, dije: quiero aprender más de artes culinarias, pero también quiero tener formación administrativa”.
Adriana explica que esta decisión la tomó pensando en su futuro, porque uno de sus sueños es tener un restaurante, pero no se quiere limitar a cocinar, sino que quiere saber manejarlo.
Es así como llega a la universidad Kendall College en Chicago, donde se licenció de Administración de bebidas y alimentos, y artes culinarias. En esta universidad tuvo la oportunidad de aprender sobre administración, recursos humanos y las clases relacionadas al arte culinario; todo lo que ella estaba deseosa de aprender para poder administrar un restaurante.
“Yo estaba preparada para el mundo. Tenía 21 años, me acababa de graduar y decía: puedo conquistar el mundo. Cosas de chatel, vos sabés, te sentís en la cima del mundo”.
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Regresar a lo nicaragüense
Adriana cuenta que regresa a Nicaragua un año después de graduarse de la Universidad. Estuvo en diversos proyectos cuando en 2017 abrió su propio espacio de comida llamado “El mercadito”, el cual estuvo abierto casi dos años, pero tuvo que cerrar debido a la situación sociopolítica del país.
“Yo ya sabía que mis raíces eran comidas nicaragüenses, entonces en tiempo de covid que ayudó a las personas a encontrar propósito decidí que era el mejor momento en enfocarme en mis orígenes. Desde antes de la universidad desarrollé mi marca ´Pinto´”.
Adriana explica que creó Pinto, pensando en una de las comidas más típicas de los nicaragüenses. Debido al origen del gallopinto que es una combinación de ingredientes, en su marca ella combina la gastronomía típica de su país con diferentes técnicas de cocina, cocción, ingredientes y diversas formas de platear. “A lo largo de los años he probado diferentes cosas, hago esto, quito aquello y así”, expresa la chef.
Al inicio de Pinto solo cocinaba por pequeños encargos que le eran solicitados a través de personas que recomendaban su trabajo. “Inicié vendiendo relleno, y recordando la receta de mi abuela. Yo decía la tengo que reconstruir porque aquí solo llegué con una maleta y ya está. Llamaba a mi mamá y le decía: a ver, mira a través de WhatsApp ¿cómo le ves el color?, ella me respondía: pero no lo puedo ver bien y yo le pedía que lo viera bien. Ahí fuimos, ella me ayudó un montón y me recordaba lo que le añadía mi abuela, entonces ahí íbamos”.
Ella quería vender más comida, pero estaba limitada porque no sabía cómo atraer más clientela. Fue hasta este año que Adriana encontró la plataforma Shef, donde ha podido potencializar su empresa. Shef es una plataforma donde más del 75% son mujeres cocineras “inmigrantes y refugiadas, amas de casa y soñadoras de restaurantes”, que busca construir “una comunidad dedicada al empoderamiento económico y la inclusión cultural que permite a cualquier persona alimentar a su prójimo” indica el sitio web oficial de la plataforma.
Su participación en The View
Recientemente, Adriana Robleto fue invitada a participar de “The View” transmitido por televisión nacional estadounidense. Este es un programa de entrevistas a celebridades, brindan consejos de belleza, moda y cocina.
Adriana cuenta que ella fue invitada a participar por ser parte de la plataforma Shef. “Me contacta la directora de mercadeo de la plataforma y me invitan a grabar con el Chef Aarón Sánchez, que es bastante conocido aquí y como la Adriana le dice sí a toda mi respuesta fue:sí, por supuesto”.
Cuenta que la invitación a participar en The View fue luego de la grabación. “Me dijeron, estas dispuesta a aparecer en el programa envivo y viajar a Nueva York, todo fue a última hora”.
Relata que, aunque ella no se sentía nerviosa por la experiencia, sus más allegados le preguntaban continuamente qué si la situación no le generaba nervios, pero afirmó que solo tenía nervios de que la comida gustará en el show. “Yo me llevé toda la comida desde Los Ángeles, gallopinto, relleno, arroz a la valenciana, arroz aguado, empanadas de pollo. Me fui directo a terminar de cocinar”.
Para Adriana su participación en cadena nacional estadounidense, representando sus orígenes la hizo sentir honrada y bendecida. “Poder representar a Nicaragua y que la gente lo empiece a conocer, me hace sentir feliz. No solo es para mí, sino es para gente que lleva tanto tiempo viviendo acá (Estados Unidos), tengan la oportunidad de ver su comida”
Adriana comenta que su objetivo es dar a conocer que la comida latina es variada y existen creaciones tan deliciosas como la comida nicaragüense. “Acá cuando se piensa en comida latina, solo se asocia con la comida mexicana y se debe a la cercanía. Quiero que cuando vean comida nicaragüense empiecen a buscar en internet y conozcan sobre nuestro país”.
