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Roberto Larios fue detenido el pasado 14 de octubre y fue acusado de ser “traidor a la patria”. ARCHIVO

¿Quién es Roberto Larios, el vocero del Poder Judicial leal a Ortega caído en desgracia?

Lo describen como buen padre y trabajador pero con problemas de adicciones desde que estuvo en la Dirección de Agitación y Propaganda del Frente Sandinista en los ochenta. Es un férreo defensor de Daniel Ortega. Hoy comparte cárcel con los presos políticos que antes condenó

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Quienes lo conocen dicen que es mejor abogado que periodista, pero lo que nadie puede negar u ocultar es su lealtad al Frente Sandinista y a Daniel Ortega, y su cercanía con Alba Luz Ramos, presidenta de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

Ahora Roberto Larios Meléndez está preso, acusado de “traición a la patria”. El pasado 14 de octubre, Larios fue detenido por la Policía en la casa de su familia en El Viejo, Chinandega, y fue trasladado a las celdas de Auxilio Judicial, mejor conocidas como el Chipote, según confirmaron a LA PRENSA, dos fuentes del Poder Judicial.

“Lo raro es que estaba en El Viejo, un viernes, día de semana cuando tendría que estar en Managua trabajando. Probablemente él ya sabía que iban por él y estaba buscando cómo salir” del país, especula una fuente que conoce a Larios y que prefiere no ser citada.

La detención de Larios significó el inicio de una cacería sin precedentes en contra del personal de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que han perdido la confianza de la dictadura. En esta semana fueron despedidas de sus trabajos Katia Jaentschke, directora de Relaciones Internacionales de la CSJ y Ruth Tapia, directora de Protocolo.

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La primera es hija del exvicecanciller Valdrack Jaentschke, y la segunda exembajadora en Francia y exministra de Defensa. La fuente desconoce si los casos de Larios, Jaentschke y Tapia están relacionados.

Lo que sí pudo conocer la fuente es que la oficina de Larios en la CSJ fue allanada por la Policía el día en que fue detenido y se llevaron computadoras y varias cajas de documentos. También allanaron una oficina que tenía Larios en el Complejo Judicial de Managua, donde fue llevado vestido de azul, como los presos políticos. “Eso debió haber sido humillante para él. Que tus compañeros te vean así”, comenta una fuente judicial.

Roberto Larios acomodando los micrófonos para los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Óscar Navarrete/ LA PRENSA.

Su llegada al Frente Sandinista

Roberto Larios es originario de El Viejo, Chinandega. Desde muy joven fue simpatizante del Frente Sandinista. Nació el 29 de diciembre de 1960. Estudió Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) en donde se vinculó a la guerrilla del Frente Sandinista para luchar contra la dinastía somocista.

Desde muy joven mostró su habilidad para la oratoria. Él mismo se ha jactado de ser capaz de huir a los problemas gracias a su labia, cuentan dos personas que lo conocieron.

En los ochenta, cuando los sandinistas estaban en el poder, Larios trabajó en la Dirección de Agitación y Propaganda (DAP) del partido rojinegro. “Él trabajaba en una sección donde analizaban los medios de comunicación y lo que se decía del partido”, comenta una fuente que lo conoció en la DAP.

Ahí trabajó por unos dos años, hasta que fue reclutado para la Dirección de Medios del Ministerio del Interior, la cual estaba encargada de censurar a los medios de comunicación que se atrevían a criticar al régimen sandinista de la época.

Roberto Larios es católico. Quienes lo conocen, dicen que es muy religioso, pero a veces se contradice con sus acciones. ARCHIVO

“Ahí se echó de enemigos a varios periodistas, pero a él no le importaba. Él era un defensor bravo del Frente Sandinista”, detalla la fuente. Cuando los sandinistas dejaron el poder a inicios de 1990, Larios empezó a trabajar como periodista de temas judiciales en Barricada, el diario oficial del Frente Sandinista.

Para 1994, Larios llegó a ser editor en jefe de la sección de judiciales y reportero para cubrir la Asamblea Nacional. En 1998, cuando el diario cerró operaciones, los periodistas, incluido Larios, hicieron protestas en las afueras de la secretaría del Frente Sandinista, contra Tomás Borge, para demandar el pago de sus liquidaciones.

“Había mucho coraje, eran periodistas sandinistas traicionados por el mismo Frente, Roberto (Larios) fue uno de los que quemó una bandera rojinegra en uno de esos plantones”, contó un veterano periodista del extinto diario.

Quienes conocieron a Larios coinciden en que casi siempre ha usado el cabello bajo y cuidaba mucho su aspecto. “A veces se le hacía una barbita de chivo” cuando no se afeitaba, indica uno de sus excompañeros que lo conoció cuando eran jóvenes en el periódico Barricada.

Siempre caminaba bien vestido. Con pantalón de tela fina y zapatillas. Camisa mangas largas y corbata al cuello para ir a trabajar, y camisa mangas cortas para eventos más casuales. Es de tamaño pequeño, un poco recio, como regordete.

Roberto Larios solía irse los fines de semana a su casa en El Viejo, Chinandega. ARCHIVO

Durante los años ochenta y parte de los noventa, Larios convivió con un problema de adicción a las drogas, relatan dos fuentes por separado y que lo conocieron en esa época.

“A mediodía nos escapábamos con el cuento de que íbamos a almorzar, pero nos íbamos a fumar marihuana. Regresábamos bien locos al periódico”, señala una de las fuentes que trabajó con él, e incluso recuerda que Larios dejó empeñado un vehículo Lada con un vendedor de cocaína.

“Era una aspiradora para inhalar. Estaba bien metido en la droga”, relata la fuente. Larios también sufrió de depresión y alcoholismo, hasta el punto en que tuvo que ser internado en un centro de rehabilitación. Cuando salió, entró a la CSJ, pero según sus conocidos, continuó teniendo recaídas con el paso del tiempo.

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Vocero del Poder Judicial

La presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Alba Luz Ramos Vanegas, y Roberto Larios se conocieron en los ochenta en el Ministerio del Interior. Eran buenos amigos. “Si hasta bebían juntos”, relata una de las fuentes.

Larios llegó al Poder Judicial en 1999, después de su paso por Barricada. Empezó como director de prensa de los juzgados de Managua, hasta que en 2010 se creó la Dirección General de Comunicación de la CSJ, y Larios asumió la dirección de esta. La tarea de esta área es “articular bajo una sola conducción todas las oficinas de Prensa y Relaciones Públicas del Poder Judicial”, según el sitio web de la CSJ.

Desde ese puesto Larios ha atacado virulentamente a periodistas y medios de comunicación independientes, y también ha prohibido el ingreso a los juzgados de Managua para cubrir juicios a varios reporteros.

Larios también fue presidente de la Unión de Periodistas de Nicaragua (UPN) en 2009, desde donde aprovechó para introducir las directrices sandinistas en el gremio. Algunos periodistas lo recuerdan insultando a otros colegas, llamándolos “venaderos” por hacer “noticias a la medida de quienes les pagaban”.

También tuvo contradicciones con LA PRENSA en más de una ocasión. En mayo de 2017, Larios llamó a la redacción del Diario para saber por qué se investigaba la vida de la magistrada Alba Luz Ramos. Su llamada sucedió después de que un periodista de la Revista DOMINGO solicitara una entrevista con Ramos porque estaba elaborando un perfil sobre ella.

A Larios se le explicó que se estaba elaborando un perfil de la magistrada al igual que de otras tantas personas cuya vida puede ser de interés para los nicaragüenses.

En esa comunicación se acordó enviarle unas preguntas para que Larios consultara a la magistrada Ramos si podía contestarlas para ese reportaje, y la respuesta fue que no estaba interesada y que “ella no está de acuerdo con la publicación de ningún perfil”.

De igual manera, ese mismo año, Larios acusó a LA PRENSA de publicar “levantinas” y “noticias falsas”, cuando se publicó una investigación sobre la compra de camionetas para magistrados de la CSJ.

Larios es considerado uno de los sandinistas orgullosos. En actos público se le veía con camisetas del Frente Sandinista, pañuelos rojinegros al cuello y gritando vivas a Daniel Ortega.

En sus redes sociales, Larios ha mostrado su fidelidad al Frente Sandinista. En una publicación del 12 de noviembre de 2021, el vocero de la CSJ dijo: “¿Sanciones a mí? Jajajajajajajajaja Comeremos maíz… si Dios y la Virgen con nosotros, ¿quién dijo miedo?”

De igual manera, el 19 julio de 2019 Larios publicó una foto junto al equipo de prensa de los juzgados celebrando el aniversario de la Revolución Sandinista. “Hoy como hace 40 años, los sandinistas entramos victoriosos a Managua desde todos los frentes guerrilleros. Doy gracias a Dios por haberme concedido el privilegio de estar aquí… ¡Ánimo hermanos! ¡Vencimos el golpe! ¡A nuestros principios, leales siempre, traidores nunca!”

En las oficinas de la CSJ se manejan varias versiones sobre la detención de Larios. Una de ellas es que mantenía contacto con el exmagistrado Rafael Solís, padrino de bodas y operador político de Ortega, quien abandonó al régimen en 2019 y se refugió en Costa Rica.

Otra de las versiones sugiere que Larios filtraba información a un medio de comunicación crítico de Daniel Ortega.

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