Según el representante de Argentina ante la OEA, embajador Carlos Raimundi, no hay estándar electoral único. Reconoce que existe un estándar internacional, pero asegura que cada país puede determinar su propio modelo electoral de conformidad con el derecho a la autodeterminación nacional.
Esto lo menciona y critica la periodista argentina Carolina Amoroso, en un artículo de opinión titulado La política exterior de Argentina está en una deriva peligrosa, publicado en The Washington Post el lunes 24 de octubre.
La periodista argentina menciona que en un discurso pronunciado en la OEA, el embajador Raimundi rechazó las denuncias de que en determinados países del hemisferio dominados por regímenes autoritarios, no hay elecciones ajustadas a los estándares democráticos internacionales.
Carolina Amoroso cita lo que de manera textual dijo el representante de su país en la OEA: “Hay elecciones para las cuales se invocan algunos estándares que desde luego son universales, y otros estándares que cada pueblo construye a partir de sus leyes soberanas, sus tradiciones, sus raíces, su historia y su cultura”.
O sea, que para el diplomático argentino son tan válidas y legítimas las elecciones libres hechas conforme a los estándares democráticos internacionales, como los simulacros electorales que se hacen en países donde no hay libertad, democracia ni respeto a los derechos humanos.
Para él, reconocer semejante despropósito significa “respeto a la libre autodeterminación de los pueblos” en la cual se basa la política de “no intervención”, que practica Argentina en relación con los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Ante eso la periodista argentina se pregunta si el embajador de su país en la OEA: “¿Se refería a la tradición de reprimir brutalmente con persecución judicial y con las fuerzas regulares y paramilitares, a casi todas las voces opositoras y empujar al exilio o al silencio al resto?”
En realidad, los documentos constitutivos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y la OEA declaran y reconocen el derecho a la autodeterminación como base de las relaciones entre los Estados. Pero también establecen que los gobiernos de los países miembros de ambas organizaciones se deben constituir con base en la participación popular y la voluntad de los ciudadanos manifestada en elecciones justas, libres y limpias.
No existe en el derecho internacional la potestad de los gobiernos —o mejor dicho de los gobernantes—, para negar los derechos políticos de los ciudadanos ni para imponerse y mantenerse en el poder a base de fraudes electorales.
Para ser legítimas y tener el reconocimiento internacional, las elecciones tienen que ser libres, justas y limpias. Como lo hemos señalado muchas veces, en las elecciones se vincula el acto de elegir con la posibilidad real de que los votantes puedan optar libremente entre ofertas políticas diferentes. Pero además deben de ser respetadas las garantías de limpieza del acto electoral y estar vigentes en la realidad, las libertades civiles y los derechos políticos.
De manera que lo dicho por el embajador de Argentina en la OEA, citado por la periodista de su propio país, es una aberración o grave error del entendimiento jurídico y político.