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Lenín Cerna, exjefe de la Seguridad del Estado durante una Asamblea Sandinista/ LA PRENSA

Quién es Lenín Cerna, el último sancionado por Estados Unidos

Cuando estaba fuera de los reflectores, una sanción lo saca a luz. Frío, calculador y siniestro. Este es el hombre que ha movido los hilos del poder tras bambalinas.

En 1979, un grupo de agentes de la Seguridad del Estado armados con una subametralladora, una pistola con silenciador y cuatro granadas ejecutó al exguardia nacional Pablo Salazar en Tegucigalpa, Honduras. Este personaje era conocido durante la guerra contra Somoza como Comandante Bravo. La orden fue dictada por Lenín Gregorio Cerna Juárez, entonces cónsul de Nicaragua en Honduras.

El comandante Bravo se dirigió a Honduras poco después de la caída del régimen somocista para organizar la Contra. Aterrizó en la capital de Honduras, el 10 de octubre de 1979, donde inmediatamente se trasladó al hotel Istmania, considerado por la inteligencia somocista como un lugar seguro.

Mientras se instalaba en el hotel, Bravo decidió contactar a su amante Miriam Barberena. El comandante Bravo desconocía, sin embargo, que esta mujer de tez morena, cabello largo ondulado y que vestía elegante, era cómplice de un comando liderado por los guerrilleros argentinos Jorge Masetti y Enrique Gorriarán Merlo. Además, participaba el Partido Comunista de Honduras y el misterioso cónsul de Nicaragua, Lenín Cerna.

La cita amorosa acordada en Honduras era una celada que lo llevaría a la muerte.

Cuando sus compañeros de la Guardia Nacional encontraron el cadáver de Bravo, en una casa ubicado al sur de la capital hondureña asumieron que detrás de la ejecución estaba el Frente Sandinista. Las autoridades del país vecino expulsaron a Cerna de la embajada.

Este es solo uno de los crímenes que se le achacan a Lenín Cerna, el hombre que defendió la revolución sandinista desde las sombras en la década de los ochenta, durante el primer gobierno sandinista.

El 24 de octubre de 2022, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a Cerna. Esto fue una sorpresa para la ciudadanía nicaragüense, porque públicamente Lenín Cerna y Daniel Ortega se habían distanciado por influencia de Rosario Murillo.

Lenín Cerna con uniforme de fatiga durante un acto de conmemoración a Carlos Fonseca en la plaza de la revolución. Le acompañan en la imagen Leticia Herrera, Omar Hallesleven, Hugo Torres, Rene Vivas, Leopoldo Rivas/LA PRENSA
Lenín Cerna a la izquierda de esta imagen junto a los miembros de la dirección nacional Víctor Tirado, Bayardo Arce y el vice presidente de Nicaragua, Sergio Ramírez durante el décimo aniversario del ejército en septiembre de 1989/ LA PRENSA

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Herencia marxista

Lenín Cerna Juárez tiene 75 años, es el segundo de siete hermanos y desde temprana edad se convirtió en el protegido de su hermana mayor, Goldy Cerna. Su interés por el marxismo y la izquierda fue herencia de su padre René Cerna, un comunista salvadoreño que se radicó en Nicaragua en 1932 como sobreviviente del exterminio que perpetró el general Maximiliano Hernández Martínez. La madre de Cerna, Juliana Juárez, la describen como una mujer simpática que era recordada por su melodiosa voz.

Tres de los hijos de don René Cerna tienen nombres marxistas: Lenín (en su partida aparece como Reinaldo Gregorio), Engels y Krupskaia.

“Esto de mi nombre Reinaldo Gregorio es porque no me inscribían ni bautizaban como Lenín y me hicieron cargar con los otros dos nombres, lo que no era bastante para que, cuando el sacerdote pasaba lista en el Instituto de Occidente, llegaba hasta mi nombre y dijera, apretando los dientes: chancho, perro, como se llame Cerna Juárez”, relato Cerna en una entrevista a un diario local en 1999.

El exjefe de seguridad se vio influenciado por personajes -quienes fueron sus vecinos- como Rigoberto López Pérez, el poeta que asesinó a Somoza García; y el general Samuel Genie, de la Guardia Nacional, su padrino.

Cerna o “Goyo”, como lo conocen dentro de las filas de la vieja guardia sandinista, es un hombre de baja estatura, corpulento, de tez clara, cabello liso y con una personalidad distante. Alrededor de este personaje se han formado diferentes mitos. La mayoría no se pueden negar, pero tampoco afirmar por completo.

Quienes lo conocen afirman que es un padre entregado, un hijo amoroso, mujeriego y celoso con sus hijas. Sin embargo, también lo describen como un personaje inteligente, siniestro, manipulador, de sangre fría, “alguien en el cual no se termina de confiar. Tiene muchas cosas que te da cuestiones de piel. Tiene una personalidad torva, alguien al cual no se le puede hacer una lectura clara”, afirma una fuente que prefiere no ser citada.

Para algunos disidentes del Frente Sandinista, el distanciamiento entre Lenín Cerna y Daniel Ortega en los últimos años es más que evidente y se debe al poder que ha ido ganando Rosario Murillo.

“Ella (Rosario Murillo), tiende a verlos como subordinados a todos y gente como Lenín no son de los que le va a rendir pleitesía, sino que se pone de tú a tú. La puede contradecir en una reunión, discute con ella; Murillo no acepta eso. Solo puede trabajar con la gente que dice sí”, asegura una fuente que lo conoce de cerca.

Rosario Murillo ha cerrado el círculo de Daniel Ortega para evitar que este sea influenciado por opiniones diferentes a la de ella. “Murillo tiene necesidad de poder”, explicó una de las fuentes. Aunque a pesar de los esfuerzos de Murillo, Cerna mantiene relación con Ortega, pero “poco a poco la gente que él (Daniel Ortega) defendía o puso de alcalde han caído en desgracia”, indicó una de las fuentes.

“Esa señora es totalitaria y controladora, y ella sabe que los viejos amigos de Ortega representan, en opinión de algunos, un liderazgo del sandinismo histórico. Ella quiere excluirlo de cualquier influencia”, agregó una fuente que prefiere que se omita su identidad.

 “¿Te imaginás el peligro que representaba Cerna a la hora de unas elecciones internas para escoger candidato presidencial o presidente del partido?”, comentó una fuente ligada al partido rojinegro a LA PRENSA en 2013.

Lenin Cerna en una entrevista para el semanario Internacional Tiempos del Mundo en 1999/ LA PRENSA

Asaltabancos

Cerna fue capturado por la Guardia Nacional, tres meses después de que participara en el asalto a la sucursal del Banco de América del barrio Buenos Aires, en Managua, de dónde se llevaran un botín de 63 mil córdobas y mataron al guardia Pablo Ochoa que custodiaba el lugar.

En la cárcel La Modelo se encontraría con Daniel Ortega, quien había llegado ahí un año antes por otro asalto bancario. Con Ortega y otros seis presos sandinistas más forman en la cárcel el llamado “Grupo de los ocho” que sería el grupo de amigos y cómplices más cercanos de Daniel Ortega.

Los ocho son: Daniel Ortega y José Benito Escobar, quienes figuraban como líderes; Manuel Rivas Vallecillo, Lenín Cerna, Carlos Guadamuz, Jacinto Suárez, Julián Roque y Óscar Benavides.

Este grupo fue liberado tras una operación de secuestro que realizó un grupo de guerrilleros sandinistas en diciembre de 1974, cuando se tomó la casa del funcionario somocista José María Castillo, donde se celebraba una recepción en honor al embajador estadounidense de ese entonces. Paradójicamente, uno de los miembros de ese comando sandinista que liberó a Daniel Ortega y a Lenín Cerna fue Hugo Torres Jiménez, quien murió como preso político en las manos de Daniel Ortega en febrero de 2022.

 “Cuando se escogieron a los comandantes guerrilleros en agosto de 1979, Lenín no estaba en esa lista. En una primera selección dijeron que solo podía ser comandantes guerrilleros quienes hubieran asumido funciones de conducción de tropas en la lucha insurreccional contra Somoza. Él no llenaba esos parámetros y le produjo un complejo porque no tenía ese grado. En los ochenta que se dieron los adoquines que ponían en las solapas de las camisas a él le dieron esa consideración especial que se atribuye a la amistad con Ortega. Además, él ya era jefe de la Seguridad del Estado y era un problema que no tuviera ese grado honorífico”, explicó una fuente cercana a los hechos.

Lenín Cerna también perteneció a las estructuras del Ministerio del Interior y dirigió la Seguridad del Estado en el primer gobierno sandinista en los años ochenta. Tras el triunfo de Violeta Barrios en 1990, Cerna pasó a formar parte del Ejército, que lo integró con grado de coronel.

Junto a Daniel Ortega celebrando el 20 Aniversario de la RPS en 1999/ LA PRENSA
Junto a Daniel Ortega durante la campaña electoral para la alcaldía de Managua de Herty Lewites./LA PRENSA

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Hombre siniestro

La carrera política de Lenín Cerna inició en 1963, con su ingreso al Frente Sandinista, participando activamente contra la dictadura somocista. Luego del triunfo de la revolución, Tomás Borge, ministro del Interior, lo ubicó como jefe de la Seguridad del Estado, sustituyendo a Hugo Torres Jiménez. “Lenín Cerna demostró vocación para ese cargo”, mencionó un excompañero de Cerna a La Prensa.

Luis Fley, exdirigente de la Contra mencionó a La Prensa en 2013 que Cerna era un personaje siniestro, torturador de campesinos. La Contra trató de eliminar a Cerna pero les fue imposible. “Era un tipo inaccesible, era difícil atacarlo” agregó Fley.

Cuando el Frente Sandinista pierde las elecciones en 1990, Lenín Cerna fue reasignado al Ejército como una medida de protección por el rol que había tenido vinculado a la represión, indicó una de las fuentes. Agregó que tuvo diversos problemas con los jefes posteriores al general Humberto Ortega.

Cerna ha estado envuelto en distintos hechos que reafirman la idea de hombre siniestro y de sangre fría. La Prensa documentó que se vio envuelto con grupos terroristas españoles, las torturas a opositores y campesinos en las celdas de la Seguridad del Estado y, entre otros, el asesinato de Anastasio Somoza Debayle, cuya participación confesó casi veinte años después de la operación realizada en Paraguay.

Asimismo, se vio implicado en la trampa de la DGSE al padre Bismarck Carballo en 1982, quien en ese entonces era director de Radio Católica. Entre diciembre en 1981 y enero de 1982 el Ejército Popular Sandinista desarrolló el operativo la Navidad Roja, donde desalojaron unas 20 comunidades miskitas del Caribe Norte. Según la denuncia, 64 civiles fueron asesinados, otros 13 torturados y 15 más desaparecidos. Cerna fue señalado como uno de los jefes que aprobó dicho operativo.

Otro hecho por el que es recordado es su señalamiento de “traidor” a Carlos Guadamuz luego de su asesinato donde alabó al asesino material de Guadamuz, William Hurtado, de quien dijo fue un destacado elemento de la Seguridad del Estado.

Después de la derrota electoral de Daniel Ortega en 1990, Cerna convocó a los antiguos miembros de la Seguridad del Estado y “sandinistas históricos” y los reorganizó en lo que se conoció como “Comandos electorales”, una estructura político militar dispuesta a recuperar el poder para el Frente Sandinista “por los medios que fueran necesarios”.

Una vez que Daniel Ortega regresó al poder, en 2007, esta estructura representaría un obstáculo para las pretensiones de control de Rosario Murillo, quien poco a poco fue quitándole funciones y recursos, para reemplazarla un por tejido juvenil leal a su figura.

Con la sexta candidatura presidencial de Daniel Ortega en 2011, con nuevas bases establecidas dentro del FSLN, Lenín Cerna fue destituido de su cargo como secretario de organización del Frente Sandinista. Esta posición le otorgaba mucho poder porque era encargado de captar adeptos para las filas sandinistas y controlaba los escuadrones electorales.

Fue alejado temporalmente de las esferas del poder, reapareciendo como coordinador político de los judiciales, de donde también fue separado después de abril de 2018, para ser sustituido por otro personaje siniestro y leal a Ortega: Néstor Moncada Lau.

Luego que Lenín Cerna fuera destituido de su cargo como secretario de organización, William Grigsby explicó en el programa de televisión “Cuarto Poder” que “el ciclo de Lenín terminó. El FSLN ya tienen dos nuevas estructuras: el tendido electoral que Lenín creó y un nuevo tendido político. Lenín sale porque el FSLN quiere trascender de ser una máquina electoral y quiere ser un partido político vinculado a las bases”, citó al simpatizante del Frente Sandinista la revista Envío.

Sin embargo, las fuentes señalaron que las sanciones de Estados Unidos impuestas al exjefe de la Seguridad del Estado podrían representar que Cerna haya vuelto a ostentar alguna cuota de poder y su participación dentro de maniobras represivas.

Buscando el perdón y reconciliación con Monseñor Bismarck Carballo el 19 de julio de 2004. Esta imagen marcó el acercamiento de Ortega con varios líderes de la Iglesia Católica/LA PRENSA
Al lado de su ex jefe en el extinto Ministerio del Interior Tomas Borge. Cerna lideró con mano dura la terrible seguridad del estado en los 80s/LA PRENSA
Al lado de lo dictadores en el acto público sobre el programa fallido Hambre Cero/LA PRENSA

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