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La abogada Martha Patricia Molina es la autora de la investigación Nicaragua: ¿una iglesia perseguida? en la cual analiza los ataques que ha recibido la Iglesia Católica por parte del régimen de Daniel Ortega. Ya lleva dos entregas. La primera fue publicada a inicios de año y la segunda hace unos días, en donde se detallan el nivel de persecución al que están siendo sometidos obispos y sacerdotes.
Sobre los hallazgos de su investigación nos habla en esta entrevista y asegura que ella ha conocido de algunos casos de sacerdotes que han sido sometidos a torturas y amenazas graves, pero que prefieren no denunciarlo.
¿Cuál es la idea de esta investigación que usted está llevando a cabo sobre la persecución a la Iglesia Católica?
Esa pregunta me la hizo el editor del estudio cuando se lo entregué para que comenzara todo el proceso de revisión. Me dijo: “¿Segunda entrega y final?” Entonces yo pensé que mientras la Iglesia siga llevando la voz profética y diciendo la verdad a como siempre lo ha hecho, entonces va a ser perseguida, y mientras la dictadura esté instaurada en Nicaragua, entonces la Iglesia va a seguir siendo perseguida, atacada, difamada, criminalizada, y los ataques tienden a incrementar en los próximos meses, entonces no puede ser esta la última entrega.
¿Habrá una tercera entrega entonces?
Sí, eso sería creo que en el primer semestre de 2023.
Entre abril de 2018 y marzo de 2022 usted registró 190 ataques a la Iglesia Católica, y en lo que va de este año ya han sido 206, según el informe
Sí. Después de la primera entrega se realizaron 10 grupos focales y entrevistas a profundidad, además del apoyo de medios de comunicación que se dieron la tarea de leer de manera exhaustiva el informe, y varios periodistas y sacerdotes me contactaron para decirme sobre ataques que no se habían documentado en el primer informe. Me mandaron pruebas, los enlaces donde se habían publicado las noticias y las explicaciones, y por eso es que cuando nosotros hacemos la segunda entrega, ya miramos algunas variaciones en los datos.
Por ejemplo, en 2018 en la segunda entrega, documenté 49 agresiones contra la Iglesia Católica, pero ya en este segundo informe se documentaron 81 en ese mismo año. Esa diferencia se debe a que estos ataques no se documentaron en la primera entrega y que habían hecho falta.
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En lo que va de 2022 es cuando se registra más ataques. Han sido 127, según el informe. ¿Cómo calificaría este año para la Iglesia Católica?
Este 2022 ha sido el año más nefasto para la Iglesia Católica en relación al porcentaje numérico de los ataques, pero si analizamos la tipología de ataques de 2018 hasta mediados de 2020, encontramos que la persecución era distinta: profanaciones, robos, difamaciones, asedios, amenazas, pero ya en esta parte de 2022 ha cambiado la dinámica, principalmente contra obispos y sacerdotes. Ahora miramos los ataques en contra de organizaciones sin fines de lucro que se han contabilizado 10 que son de la Iglesia Católica.
En 2014 cuando los obispos presentaron la Carta Pastoral a Daniel Ortega ya estaban abordando el tema del cierre de las organizaciones y decían que qué pasaría si estas organizaciones dejaran de tener presencia en los diferentes territorios a nivel nacional. ¿Quién va a suplir este rol tan importante y trascendental y humanitario que está realizando la Iglesia Católica a través de estas organizaciones?
También hemos visto una criminalización contra sacerdotes y obispos
Yo lo estoy analizando y ni siquiera están respetando las propias leyes inconstitucionales que elaboraron para criminalizar a las personas que nos oponemos de una u otra manera. Están haciendo cualquier cosa, menos siguiendo los procedimientos que se establecen en las leyes y la Constitución. No sé cual va a ser la siguiente etapa. No quiero darle ideas al régimen, pero ya me lo imagino. Considero que el 2023 va a ser un año más agresivo contra la Iglesia Católica porque es el único bastión que queda. Son los sacerdotes y obispos los que están al frente de la población que está sufriendo los embates de la dictadura, y la voz profética de los sacerdotes y obispos le es incomoda a la dictadura y Daniel Ortega está previendo aniquilar por completo a la Iglesia Católica.
En el informe también señala que hay 13 sacerdotes amenazados de muerte con arma de fuego, pero estos casos no han sido muy públicos
Yo no quería incluir este número porque personalmente sé que 13 no es el número correcto. Han sido más los sacerdotes que han sido amenazados de muerte. Yo pertenecía en el pasado a los agentes de comunicación parroquial de la Arquidiócesis de Managua y ahí creé vínculos amistosos con agentes de otras diócesis y tengo contacto directo e información de primera mano de ellos y sé que muchos más han sido amenazados de muerte, hasta torturados, pero son sacerdotes que han decidido mantener el anonimato. Yo incluí todas las agresiones que están documentadas en medios de comunicación independientes y por las diferentes parroquias y los comunicados, no he traído a colación los que yo sé de manera personal.
¿Por qué cree que estos sacerdotes no quieren hacer públicas estas amenazas?
Es que la dinámica de los sacerdotes es diferente a la de los laicos. Ellos creo que mantienen este silencio no por miedo, sino por prudencia. Creo que ellos piensan que al no denunciar como que no se van a crear mayores desavenencias en la población ni estar señalando a las personas que los amenazaron. Ellos lo que hacen es que: “Me amenazaste de muerte, entonces yo te perdono”. Nosotros no, nosotros los laicos, y más los abogados, si vos me amenazaste de muerte, yo te denuncio y te hago público, pero los sacerdotes piensan diferente. Cuando ya está demasiado a la luz pública no les queda de otra que denunciar como ocurrió con el sacerdote Mario Guevara que fue quemado con ácido, pero yo te aseguro que si no hubiera habido ningún fiel o ninguna cámara en la Catedral de Managua, la Iglesia no lo denuncia y lo hubiera dejado ahí como un caso como miles que han quedado tapados para no evidenciar el odio que se está gestando contra la Iglesia desde la dictadura.
Me decía que prevé una nueva etapa de represión contra la Iglesia ¿Cree que sea posible algo peor que un obispo y varios sacerdotes detenidos, además de otro obispo exiliado y religiosos amenazados?
Sí. Creo que lo peor aún no lo hemos visto y a medida que el régimen encuentre resistencia en la Iglesia Católica, ellos van a idear nuevas formas de ataque que sean peores y que sean más dañinas en contra de los sacerdotes y obispos. He tenido información de varios sacerdotes que miembros de la Policía Nacional y también miembros del Frente Sandinista están llegando a las parroquias a decirles: “Padre, recuerde que aquí estoy escuchando la homilía que usted está dando”. Llegan todos los días, y en la mínima palabra que ellos consideren que están atacando al régimen, de ahí les van a fabricar un delito.
¿Cómo considera que los feligreses están recibiendo estas agresiones a la Iglesia?
Yo creo que los laicos en este momento ya están enterados de todas las agresiones contra la Iglesia porque cada laico que se congrega en una parroquia, sabe lo que está sucediendo a lo interno. Cuando yo me congregaba en alguna de las parroquias que yo visitaba, sabía cuántos robos se habían realizado, cuántas profanaciones. Creo que los laicos están pendientes de lo que pueda pasar no solo por los sacerdotes y obispos, sino también contra los templos. Algunos de estos laicos están decidiendo hoy en día dar seguimiento a las eucaristías o las misas a través de redes sociales por el temor que existe por la presencia de la Policía y los infiltrados en las parroquias.
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¿Qué opina del silencio del cardenal Leopoldo Brenes sobre los ataques a la Iglesia Católica?
Este silencio es preocupante, pero también vale la pena resaltar que nosotros por cultura vemos la figura del cardenal como el personaje más importante dentro de la Iglesia Católica, pero si analizamos la jerarquía de la Iglesia nos damos cuenta que de arriba hacia abajo viene el Papa, los obispos y los sacerdotes. No es que el cardenal Leopoldo Brenes es el líder de la Iglesia Católica. Hay una Conferencia Episcopal que es la que tendría que pronunciarse y no dejarle toda la carga al cardenal.
¿Cree que hay cohesión o unión de los obispos de la Conferencia Episcopal frente a los ataques contra la Iglesia?
Yo creo que dentro de la Conferencia Episcopal si debe haber algún tipo de coherencia y cohesión. Van a haber unos temas que tal vez un obispo los vaya a analizar de una manera y otro de otra manera, pero tienen que llegar a un consenso. Sobre monseñor René Sándigo se ha dicho mucho de él acerca del vínculo que tiene con el sandinismo, pero no creo que él de la bendición a todos los asesinatos, terrorismo, robos, confiscaciones. Creo que más bien monseñor Sándigo debería aprovechar este acercamiento a la pareja presidencial, posiblemente ficticio, para hacerles ver de una manera profética los errores que están cometiendo, pero en ningún momento considero que él sea cómplice y bendiga lo que está haciendo la pareja presidencial. La misma biblia dice que hasta los perros tienen derecho a comer de la migajas que caen de las mesas de sus amos.
Plano personal
Martha Patricia Molina Montenegro es originaria de Managua, tiene dos hijos y es autora de la investigación Nicaragua: ¿Una iglesia perseguida?
Se declara amante de la naturaleza. Le gusta sembrar, coleccionar cactus. También le encantan los animales, en particular los gatos.
Molina come todo tipo de comida, pero su favorita es el indio viejo. Solo le dan miedo los aviones, nada más, ni siquiera la represión orteguista, dice.
Es católica, mariana, practicante. Va a misa los jueves y los domingos, le gusta rezar el rosario y su pastor favorito es monseñor Silvio Báez.