Inglaterra es un equipo sin freno, tiene la velocidad de un Formula 1 y suficiente pólvora ofensiva para desatar una guerra. La forma en la cual los ingleses arrollaron a Irán fue exquisita: un equipo intenso, que organiza y ataca a la velocidad de la luz y sobre todo mantiene su peligrosidad y juego con las sustituciones. Harry Kane demostró por qué es la principal figura siendo el jugador más incidente sin necesitar marcar un solo gol, mientras Bellingham (19) y Saka (21) se exhibieron no solo como el futuro, sino como una realidad en el presente. La única incógnita que dejó Inglaterra fue su defensa, permeable al pobre ataque iraní, habrá que esperar cómo reaccionan contra rivales de mayor exigencia, que no será en el Grupo B.
Mendy, arquero de Senegal, es el claro ejemplo de cómo arruinar un extraordinario partido de su selección. Una vez más reflejó ser un jugador de hacer jugadas cargadas de brillantez como en el Chelsea, pero a la misma vez destrozar esperanzas. Primero un centro de De Jong fácil para salir con los puños fue madrugado por Gakpo de cabeza, marcando el primero y luego acabó con el juego con el disparo lento de Depay y el rechace se lo entregó a Klaassen, quien devoró el caramelo regalado. Países Bajos cumplió por el triunfo y su orden de juego, sin hacer alardes de ser un equipo élite. De Jong se transformó, siendo una mejor versión que la del Barcelona, mientras Senegal echaba de menos a Mané. Quisieron imponer su físico y su velocidad, no obstante, fue insuficiente para ganar, aunque no para complicar a los europeos.
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Estados Unidos pasó de tener el sueño americano a una pesadilla contra Gales. Hicieron un primer tiempo soberbio, cargado de velocidad, imprimiendo el ritmo del partido, controlando la pelota y creando ocasiones claras, siendo su mejor jugador Pulisic, con Weah siguiendo una jugada extraordinaria en la definición. Pero ese ímpetu inicial fue muriendo a medida que Gales corregía errores en la segunda parte y detenía a patadas a Pulisic, quien es el pulso de su equipo. Tampoco favorecieron los cambios. Los cinco cambios de Berhalter menguaron a los norteamericanos y pagaron caro el error de Ream sobre Gareth Bale, quien empató el duelo, convirtiéndose en una repartición de puntos en un grupo muy cerrado.