Regresamos una vez más al terreno de lo especulativo, a jugar a ser dioses del futuro o adivinas argumentados. Román González y el Gallo Estrada se encierran en la jaula de los guerreros: el primero para ratificar superioridad tras el despojo y el otro para tratar de hacer realidad la mentira de los jueces de la segunda pelea. Aunque la mayoría de expertos no se atreven a ser contundentes en el favoritismo de ninguno y consideran que el combate se definirá por las tarjetas, soy de los que piensan que la trilogía será un triunfo más cómodo para Chocolatito que la anterior.
De la primera a la segunda pelea hubo casi 10 años de diferencia. Chocolatito construía su legado y el Gallo salía del anonimato. De ese combate probablemente recordaba muy poco del mexicano que había evolucionado y lo encontraba en dos categorías superiores. Ahora hay apenas una diferencia de un año y nueve meses desde la última y, las imágenes de ambos están fresca, en especial para Chocolatito que no suele cometer un mismo error dos veces en el pugilismo (con excepción de Rungvisai). González hace ajustes en una misma pelea constantemente y tuvo tres meses completos de reconcentración para enfocar su planeación, la vez anterior pasaron nueve años y cuatro meses y el tiempo congeló los recuerdos.
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¿Cómo ganará? Aunque Chocolatito lanzó 1,300 golpes en la segunda pelea no pudo imprimirle presión cuando el Gallo estaba agotado y con un pie al borde del abismo. Solamente quedó en el intento, pero el cansancio agobió a González, que por momentos necesitaba oxigenar sus pulmones para continuar construyendo lo que debió ser su victoria. En esos lapsos el Gallo resucitaba y volvía de las cenizas, considero que eso no ocurrirá porque el entrenamiento le dará un fondo físico suficiente para cerrar toda brecha de aire para el Gallo.
Con una presión constante y resistencia maratónica, Chocolatito no solo podría ganar el combate, sino noquear al Gallo en la segunda parte de la pelea y más con la mentalidad de su esquina, que apostarán por no dejarle la decisión a los jueces. No obstante, es terreno especulativo, aun cuando Chocolatito parece dominar el arte de la guerra.
