Por EFE
Son dos. Una es grande y la otra es pequeña. Una se llama Corn Island y la otra Little Corn Island. Juntas forman la perla del Caribe nicaragüense.
En Corn Island los nativos han impuesto “su estilo isleño” manteniendo sus costumbres y casas de madera pintadas de vivos colores, integrando las comodidades turísticas con las necesidades de la comunidad. La urbanización está controlada y hay una carretera que circunda la Isla mayor. En la isla pequeña no hay transporte.
Con el auto pasamos por el pequeño Puerto, la Bahía Brig, para ver la primera Iglesia protestante fundada hacia mediados del siglo XIX, con su escuela y guardería; el centro de buceo; el resort Casa Canadá; pintorescos restaurantes y hotelitos, para luego subir la colina Pleasant, donde están las residencias más bonitas de la isla y un bello panorama sobre el mar Caribe. Se termina en South West Bay, la playa más extensa de la isla.
Flores como la bugambilla y el sacuanjoche adornan los campos silvestres mientras se ven pájaros variados y niños que juegan a la pelota o corren en sus bicicletas.
Lo mejor para llegar a Little Corn Island es tomar un barco después de arreglar el precio con los pescadores o lancheros. Tiene un área de 2.9 kilómetros cuadrados. No hay tanta infraestructura hotelera, ni carreteras, ya que no circulan autos. Es ideal para gozar la naturaleza y hacer excursiones o caminatas por los bosques, descubriendo los árboles de mangos, de guayaba y otras especies, y disfrutar de las playas tranquilas de aguas cristalinas.
Hay cabañas rústicas o albergues ecológicos y en la playa Pelican se encuentran restaurantes pintorescos de comida típica.
DISFRUTANDO DE LA NATURALEZA
Las aguas transparentes de las islas y la temperatura cálida invitan al buceo. Ambas islas poseen escuelas con equipos y profesionales que ofrecen cursos personalizados. Tras las lecciones, en la zona de North End y Sally Peaches se pueden contemplar miles de peces de colores, mantarrayas, barracudas, pargos rojos y hasta tiburones.
Los amantes de la pesca pueden rentar un barco para salir a pescar, las aguas transparentes permiten ver cuándo los peces se acercan, aun los más neófitos consiguen pescar algo.
Otros prefieren las excursiones en barco alrededor de la isla, parando en las playas más escondidas y salvajes, o salir de caminata gozando del sol y la brisa marina.
En Corn Island hay lugares para bailar y escuchar música reggae y bachata.
El encanto de estas islas es su naturaleza casi salvaje, su gente amable, sus playas vírgenes y su ritmo lento y tropical. No espere gran infraestructura hotelera ni turística, sino vida en armonía con la naturaleza, el sol, el mar y la foresta primitiva y un pueblo pintoresco.
Caminar por sus playas y gozar de un baño en las aguas cristalinas del Caribe es una experiencia inolvidable. Sin duda, las Islas del Maíz son un paraíso escondido en el Caribe.
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