El cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes dijo que Dios no quiere una iglesia estancada y se congratuló con los hondureños por la conmemoración del 268 aniversario del hallazgo de la Virgen de Suyapa, patrona de Honduras.
“Dios quiere una iglesia en salida y no estancada. Salir y dar a conocer el evangelio, no ser una iglesia charco, porque esa agua estancada se pudre, eso transmite enfermedades, muertes”, dijo Brenes durante la misa que ofició en el santuario de Suyapa, en la capital hondureña.
Brenes llegó a Tegucigalpa invitado por el cardenal hondureño Oscar Andrés Rodríguez.
Más de un millón de hondureños, incluso extranjeros, han visitado desde el 24 de enero pasado el santuario de Suyapa para venerar a la diminuta imagen de 6,5 centímetros de alto, tallada en madera de cedro, que fue hallada por dos campesinos en 1747, cerca de Tegucigalpa.
Entre los asistentes hoy a la misa conmemorativa figuraron el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández; su esposa, Ana García; funcionarios del poder Ejecutivo, diputados del Parlamento, magistrados de poder judicial, diplomáticos y miles de feligreses, entre otros.
Los actos de hoy fueron precedidos de una alborada que se celebró el lunes en el santuario, que lució abarrotado de feligreses.
Brenes indicó que los hondureños que participan en la fiesta nacional de su patrona se fortalecen al ver los ojos y la mirada maternal de la Virgen de Suyapa.
Al evocar a la patrona de Honduras, Brenes comparó su mirada con la de la madre biológica de cada ser humano, porque “es una mirada que nunca olvidamos”.
“Todos podemos recordar esa mirada de mamá”, agregó el prelado.
Francisca Fiallos, originaria de Santa María, departamento de La Paz, centro de Honduras, es una de los miles de feligreses que llegó al santuario de Suyapa, en su caso para seguir agradeciendo el “milagro” de que su hija Lizzy Lidieth Flores haya cumplido quince años, después de haber peligrado su vida al nacer.
Fiallos relató a Acan-Efe que la niña nació con “soplo” en el corazón y problemas en el hígado, por lo que los médicos le indicaron que podía morir al poco tiempo de haber venido al mundo.
Su hija, con síndrome de Down, le acompañó hoy en su visita al santuario.
Otra creyente, Sandra Martínez, de 62 años y madre de ocho hijos, relató a Acan-Efe que desde hace diez años no venía a ver a la virgen de Suyapa y que hoy le ha pedido “todo lo que necesitamos, salud y paz en Honduras”.
Martínez, quien dijo que “lo único” que le trajo a la patrona de Honduras fue “una limosna y una candela”, es originaria de Santiago Puringla, también en el departamento de La Paz.
Por su parte, Gilberto Bardales, de 42 años, llegó desde la misma región del país acompañado de su esposa, María del Carmen Machado, y dos hijos.
“Vengo a pedirle a la virgen que me ayude a seguir en la vida, que me dé fuerzas para trabajar más la tierra”, añadió Bardales, quien indicó que trabaja en una parcela sembrada “con unos dos mil palos de café”.
Muchos de los creyentes que han llegado del interior del país han dormido en campamentos instalados por cuerpos de socorro, mientras que otros en el interior del santuario como Verónica López, quien llegó el lunes y retornó hoy a su comunidad con la intención de “viajar al templo de Esquipulas (Guatemala) a cumplir otra promesa”.