Tras recibir 13 machetazos en distintas partes de su cuerpo, Ángela del Socorro García, de 30 años, pudo balbucear unas cuantas palabras para pedirle a Nirama González Téllez, una vecina que llegó a socorrerla: ¡Moveme, me duele! Tenía un brazo casi cercenado y desprendimiento de una parte de su rostro. Logró moverla a orillas de la puerta de la vivienda, pero se le vino una bocanada de sangre y expiró.
A su lado estaba su cónyuge y victimario Diego Manuel Tinoco Ocampo, de 52 años, originario de Boaco, quien presuntamente la mató por celos. La vecina recuerda que el hombre ya se había propinado una sola estocada en el abdomen, se quejaba y preguntó que cómo estaba la mujer, a quien casi destazó a machetazos, dejando a sus seis hijos en la orfandad.
Hasta la humilde vivienda, ubicada en el barrio Santa Clara de Juigalpa, después de ocurrido el suceso, a eso de las 5:00 de la mañana de ayer, una ambulancia del Cuerpo de Bomberos trasladaba al victimario hacia el Hospital Escuela Asunción, cuando murió. A mí no me interesó el hombre, solo pensé en ella, insistió la vecina.
Yo la encontré viva y la puse a orilla de la puerta para que no se desangrara, tenía una mano desgajada, donde ella metía las manos para defenderse, pero qué se iba a defender. Los niños dormían con ella, los niños vieron, manifestó Nirama González, quien refirió que la pareja siempre estaba peleando.
Cuenta que Ángela García se ganaba la vida lavando y planchando, ganando el pan de cada día para mantener a sus hijos.
Muy molesta González dijo a las mujeres que ante el primer problema que los dejen, ¿para qué quieren más agresión? O que se queden solas con sus hijos, porque una mujer no necesita a un cobarde, porque eso es cobardía.
La víctima yacía en un charco de sangre casi en la entrada de la puerta de su vivienda. Su madre estaba abatida por el dolor. En medio de los vecinos que se acercaban a la vivienda, la hija mayor de la pareja, de 16 años y en estado de embarazo, lucía desconcertada y uno de los niños que presenció el atroz crimen con su mirada perdida atisbaba constantemente por la puerta de la entrada, donde peritos de Criminalística de la Policía de Chontales y el médico forense realizaban su trabajo.
María Teresa Hurtado, secretaria del Gobierno municipal de Juigalpa, se presentó a la vivienda para donar los ataúdes. Ella repudió el acto e hizo un llamado a la reflexión a las familias y a evitar la violencia.
El doctor Elías Segovia, médico forense, aseguró que Ángela García presentaba 13 heridas con arma blanca en diferentes partes del cuerpo, pero la que le quitó la vida fue una herida completa en el área del occipital que cruzó en la parte posterior de la cabeza, ocasionado fractura en el cráneo y exposición de la masa encefálica. También una estocada le hundió el abdomen.
Para Magaly Quintana, coordinadora de la organización Católicas por el Derecho a Decidir, la atrocidad con que fue ejecutado el femicidio ocurrido ayer en Juigalpa imposibilitó que las autoridades de la comisaría policial lo pudieran mantener en el silencio, como considera ha ocurrido en otros casos.
Hasta mayo pasado la organización Católicas por el Derecho a Decidir contabilizaba 25 femicidios registrados en el país y en lo que va de junio han ocurrido otros tres, incluido el caso ocurrido en Juigalpa. De esta manera en lo que va del año, según el monitoreo de esta organización, son 28 femicidios.
Magaly Quintana, coordinadora de esa organización, refirió que el problema es que no nos estamos dando cuenta de los (femicidios) que han ocurrido en las comunidades, ¡imposible! con la orden que tienen de no dar ninguna información las distintas comisarías.
Y es que pese a las campañas de visitas casa a casa en algunos barrios, sobre todo en Managua, para el buen vivir, que promueve el Gobierno, para Quintana no existe interés de terminar con estas tragedias.
Agregó que eso se concreta en que la mayor cantidad de femicidas quedan libres (…). Gran parte de los femicidas son jóvenes y aquí no hay ninguna campaña clara, como lo define la Ley 779 (Contra la Violencia Hacia la Mujer) para empezar a transformar la actitud frente al respeto de los derechos de las mujeres. Es decir, mientras tengamos un Gobierno que pretenda invisibilizar esta realidad, no vamos a avanzar.
(Con colaboración de Elízabeth Romero).
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