Las autoridades de Nicaragua descartaron efectos negativos a causa del polvo del desierto del Sahara, que desde la semana pasada está dispersándose por Centroamérica.
“No tenemos información de que este polvo tenga efectos negativos en la población”, informó este 24 de junio el meteorólogo del Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (Ineter), Mariano Gutiérrez, en conferencia de prensa.
Según el Ineter, la presencia de polvo del Sahara en Nicaragua es normal en esta época, debido al flujo de los vientos que llegan desde África.
La Asociación Nicaragüense de Astrónomos Aficionados (Anasa) explicó que lo que llega hasta Centroamérica todos los años son partículas, más que el polvo íntegro del Sahara.
“El polvo que vemos en Nicaragua es por el despale, aquí no nos llegan las tolvaneras del desierto, lo que nos llegan son partículas, que están siendo capturadas por las nubes”, dijo a Acan-Efe el presidente de la Anasa, Julio Vannini.
Las partículas de polvo, que se elevan hasta 7,000 metros de altura para transportarse a miles de kilómetros, no son visibles al ojo humano, ya que tienen un diámetro equivalente a la centésima parte de un milímetro, según los expertos.