Los dos hermanos que mataron a su madre Ana María Espino Requenes, de 55 años, a su sobrina Mayra de Carmen Sevilla, de 20, y a la doméstica, Senayda del Rosario Fonseca, de 16 años, en Acoyapa, Chontales, recibieron a través de distintos jueces prisión preventiva y fueron acusados por los delitos de parricidio, asesinato, abuso sexual y robo con intimidación agravado.
Simultáneamente, la mañana de ayer, Bernardo Guadalupe Sevilla Espino, de 22 años, y S.A.S.E., de 15, fueron acusados ante el juez de Violencia de Chontales, Leonardo Gálvez y la juez de la Niñez y Adolescencia Departamental, Marisela Laguna, respectivamente.
El fiscal Carlos García Estrada relató que Bernardo Guadalupe, en compañía de su hermano menor, llegó a la vivienda de la madre Ana María Espino, a eso de las 12:00 de la noche del jueves 18 de junio, a quien le pidieron dinero, pero al negarse, la intimidaron con machete y arma de fuego.
Guadalupe tomó un mecate que usaron primero para estrangular a la madre, mientras el menor de 15 años le propinó una estocada en la yugular y sucesivamente lo hicieron con Mayra y Senayda.
Bernardo Guadalupe supuestamente fue el estrangulador y el menor habría macheteado a las víctimas, describe la acusación, indicando que los hermanos Sevilla cometieron abuso sexual contra las tres mujeres, por el tocamiento de su cuerpo, quizás en búsqueda del dinero que deseaban.
Asimismo se llevaron prendas de oro, 170 mil córdobas y un teléfono celular color azul.
El abogado defensor Yuri Gómez Obando solicitó la valoración médica para Bernardo Guadalupe, al señalar que tiene golpes en el cuerpo, lo cual fue admitido por el juez.
AHORA DICE QUE ES INOCENTE
Al término de la audiencia Guadalupe dijo a los periodistas ser inocente y que tuvo que decir cosas porque le pegaron, señalando a la Policía de ser la que lo acusa.
Un día antes, en entrevista concedida a LA PRENSA, confesó haber matado a su madre y a las otras dos mujeres, insistió en que él solo usó el mecate, pero el “chavalo” (su hermano), las macheteó. También reiteró que no robaron y que los 170 mil córdobas la Policía los ocupó en su vivienda y corresponden al dinero obtenido por la venta de veinte manzanas de tierra.
NO CREEN
Hermanos, hermanas y cónyuges de los dos acusados siguen aferrándose a la inocencia de Guadalupe y del menor. Coinciden en que al ser golpeados por la Policía “están diciendo esas cosas”.
Santos Wilfredo, el mayor de la familia, dijo molesto: “Sigo pensando que no fueron ellos, hablan de querer las doscientas manzanas, puras locuritas”.
Creen en inocencia
Gregoriana Sevilla, la madre de Mayra, una de las asesinadas, considera imposible que sus hermanos hayan matado a su madre y mostró en un bolsito los únicos 1,600 córdobas que tenía su progenitora como producto de la venta de la leche, así como también las prendas. Destacó la excelente relación que mantenían con la progenitora.
Reconoció que su madre había vendido cinco manzanas de tierra para costear una intervención quirúrgica que se realizó hace unos dos meses. Explicó que solo le pagaron cien mil y le debían el resto, lo cual no había recibido, por lo que confirmó que ella no tenía dinero.
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