El hacinamiento, la falta de saneamiento, dificultades para obtener la atención médica y la violencia entre los presos, destacan entre los principales problemas que tienen las penitenciarías del país, según el informe anual del Departamento de Estado de Estados Unidos, publicado la semana pasada en Washington, sobre las condiciones carcelarias en Nicaragua.
El mismo señala que en diciembre de 2013 ocho cárceles que estaban diseñadas para albergar a cinco mil reclusos, mantenía detenido a casi diez mil personas.
Y con frecuencia los detenidos en las celdas preventivas debían compartir con personas ya sentenciadas. Igual los presos menores de edad compartían celdas con los adultos, debido al hacinamiento, indica el informe.
En el mismo también se señala que las condiciones seguían deteriorándose debido a la anticuada infraestructura y el aumento de la población penal en el país.
Además se afirma que familias de los detenidos, representantes de organizaciones religiosas y de caridad son quienes complementan el déficit existente en las penitenciarías, a las que les asignan diez córdobas, equivalente a 0.38 centavos dólar, por preso para cada día de alimentación.
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