Los miembros de la Juventud Sandinista (JS) aparecen en todos los actos oficiales y partidarios del gobierno orteguista, lo que para algunos es parte de una estrategia de adoctrinamiento y manipulación de un sector juvenil que en su mayoría ha tenido pocas oportunidades de educarse.
“(El Gobierno) trabaja sobre todo con chavalos de barrios, de escuelas públicas, a quienes fácilmente pueden convencer con estadios virtuales”, opina la presidenta del Movimiento Renovador Sandinista (MRS), Ana Margarita Vigil, haciendo alusión a la promoción gubernamental de actividades de recreación, por las cuales se les permite a los adolescentes salir de sus centros de educación pública.
Vigil también opina que estos jóvenes de la Juventud Sandinista no tienen memoria histórica ni tienen conocimiento de lo que realmente ocurrió en el proceso de la revolución, lo cual es aprovechado por el presidente inconstitucional Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo para contar su versión de un proceso revolucionario que liberó a un pueblo de la una dictadura.
“Rosario Murillo tiene una técnica de alejar a las personas mayores que conocen su pasado, ¿cuál fue en efecto su rol (de Murillo) durante la dictadura somocista? No era un rol relevante y ella ha tenido una política de apartar a esa gente y poner gente joven, a quien le puede contar una historia distinta”, dijo la presidenta del MRS.
Tania Romero, miembro de la organización Guerreros de la Democracia y estudiante de Mercadotecnia, opina que el Gobierno quiere hacer creer que la Juventud Sandinista representa a la población en general, pero considera que con eso “deja fuera a una gran mayoría” que no se identifica con el partido gobernante.
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