Las autoridades de Guatemala desarticularon hoy una banda integrada por policías y civiles que, entre otros delitos, están acusados de robo.
Según información del Ministerio Público (MP), once agentes y tres civiles fueron detenidos en varios allanamientos realizados este sábado en los departamentos de Chiquimula, Retalhuleu, San Marcos, Escuintla, Baja Verapaz y Guatemala.
La investigación, dirigida por el MP y la Policía Nacional Civil (PNC), desarticuló la red criminal, denominada “El Tumbe”.
Los detenidos son sindicados por los delitos de “robo agravado, abuso de autoridad, detención ilegal con circunstancias agravantes, asociación ilícita y conspiración”.
El MP identificó a nueve de los agentes como Santos Isabel Barahona Ribera, Edvin Alexander León Miranda, Josué Nehemías Pérez Pérez, Everildo Julián Temas Mazariegos, Arnulfo Córdova Marroquín, Rosenda Mercedes Juárez Soto, Esteban Cálate Sarpec, Emisael Ramírez Jiménez y lvaro Bernando López Jerónimo.
De los otros dos no fue revelada la identidad.
Las otras tres personas arrestadas por pertenecer a esta estructura criminal son los particulares Marlin Estuardo Méndez del Cid, Víctor Hugo López y Adelso Luis Sagastume Reyes.
De acuerdo con el viceministro guatemalteco de Seguridad, Elmer Sosa, dichas capturas son seguimiento a una serie de denuncias que se habían recibido y también forman parte de un proceso de depuración permanente que se mantiene en la PNC.
Sosa explicó que el último hecho criminal en el que esta red habría estado vinculada es el asalto a un comercio en un municipio de Sanarate, El Progreso, ocurrido el pasado 16 de mayo.
Ese día, los integrantes de la banda -algunos incluso uniformados-, ingresaron a una fábrica de venta de bambú ubicada en la ruta del Atlántico y, tras amarrar al propietario y dos empleados, robaron el material electrónico, dinero en efectivo y armas, entre otros.
Ese mismo día, de acuerdo a las primeras investigaciones, los sindicados utilizaron tarjetas de crédito en diferentes comercios de la capital guatemalteca, y en pocas horas gastaron unos 25.000 quetzales (unos 3.200 dólares) en útiles como comida o combustible.
Los actos ilícitos realizados por esta red criminal se produjeron en sectores ubicados en la ruta al Atlántico.