Lo único que incrementó en los ocho años y medio del Gobierno de Daniel Ortega es la carga presupuestaria para pagar remuneraciones salariales y prestaciones, por el abultamiento del número de empleados públicos, porque en la calidad de los servicios se retrocedió.
La planilla del Gobierno central aumentó 155 por ciento en la actual administración y eso significó elevar el pago por remuneraciones salariales en 314.4, de acuerdo con reportes oficiales.
El estudio Política Fiscal de Nicaragua , de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides) —publicado la semana pasada— puso en discusión pública el gran peso que representa la estructura del servicio civil gubernamental en el gasto corriente del Presupuesto, pero que no se traduce en eficiencia en los trámites y servicios que ofrecen.
Por el contrario, la percepción sobre la calidad de los servicios públicos y de la administración empeoró entre 2005 y 2013, según el informe de Indicadores de Gobierno del Banco Mundial que recoge el estudio de Funides.
El índice de efectividad del Gobierno de Nicaragua retrocedió de una calificación de 24.4 por ciento en 2005 a 23 por ciento en 2013.
Mario Flores, autor del estudio y miembro de la Comisión Económica de Funides, explica que ese índice capta las percepciones sobre la calidad de los servicios, de la administración pública y el grado de independencia frente a presiones políticas.
Flores analiza que el retroceso de la efectividad “es debido a que en la historia contemporánea de la administración pública, no han existido los incentivos necesarios para establecer un servicio civil profesional”.
También el exministro de Hacienda expone que si bien en el país existe una Ley del Servicio Civil y de la Carrera Administrativa, en la práctica el abultamiento de la planilla “ha respondido más a criterios de orden político que al desempeño y al mérito”.
¿Cómo perjudica esto? Flores insiste en que la falta de eficiencia en la atención del servicio civil es una de los factores de mayor reclamo por los inversionistas y las empresas porque representa retraso del tiempo y mayores costos para hacer negocios.
Considera “de suma importancia la revisión de la estructura salarial vinculada a la descripción de cargos, al desempeño y al mérito” , debido a que actualmente las remuneraciones representan una fuerte presión en el gasto presupuestario e impone restricciones para lograr espacios fiscales.
El Presupuesto de 2015 asigna 20,218.9 millones de córdobas a remuneraciones salariales, un incremento del 314.4 por ciento durante el período de Ortega.
ASÍ SE ENGORDA LA NÓMINA
Hasta abril pasado —el último dato disponible en las estadísticas del Banco Central de Nicaragua (BCN)— los empleados del Gobierno sumaban 99,819, sin incluir a los miembros de la Policía y del Ejército que en conjunto son 25,556 de acuerdo con el Presupuesto General de la República 2015.
Los números oficiales indican que con Ortega en el gobierno se incorporaron a la estructura gubernamental 60,679 trabajadores. Un aumento del 155.3 por ciento.
Ortega recibió una planilla de 39,140 trabajadores de su predecesor Enrique Bolaños cuyo gobierno finalizó en enero de 2007, pero en ese primer año de Gobierno orteguista la nómina subió 55 por ciento.
Flores menciona que en 2007 el gasto corriente se elevó por la decisión de “pasar al Presupuesto la planilla de la autonomía escolar”. En junio de ese año el personal docente y de servicios generales de los colegios autónomos pasaron a ser pagados por la nómina fiscal, siendo más de veinte mil personas.
Los docentes son 49,434 y representan el 49.5 por ciento de la planilla del Gobierno central en 2015.
Aunque también se incrementó de forma acelerada las contrataciones de funcionarios para cargos de servicios generales y administrativos. En conjunto son 18,416 trabajadores desempeñando actualmente esas funciones, 8,627 más que en 2006.
Alejandro Aráuz, economista, advierte que la expansión del consumismo del Estado le resta posibilidades a la inversión y a bienes públicos de tener impacto en las metas de desarrollo de Nicaragua.
“Si planeas hacer inversiones en escuelas, en energía, en tecnología, etcétera, pero tu gasto corriente crece más y sin ninguna eficiencia ¿cómo la inversión dará resultado?”, cuestiona Aráuz.
Considera que el reto es grande para tener un Gobierno eficiente, partiendo que los trámites son lentos en las entidades estatales “y donde no suele darse respuestas a los problemas y es influenciado por cuestiones políticas”.
APEGARSE A LA LEY
El estudio Política Fiscal de Nicaragua resalta la importancia de apegarse a los mecanismos de la Ley de Servicio Civil para que los funcionarios públicos se contraten y laboren “sobre los principios del mérito y la evaluación al desempeño”.
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