Durante 34 días, el costarricense Ed José Tiffer estuvo detenido en la Dirección de Auxilio Judicial, en Managua, conocida como la cárcel El Chipote. Sin cargos en su contra, sin explicaciones del por qué lo tenían detenido.
Todo inició el 6 de mayo. Según el relato divulgado por el diario La Nación de Costa Rica, ese día Tiffer se disponía a ingresar a territorio nicaragüense, a través del puesto fronterizo Peñas Blancas. Pasó sin problemas por migración costarricense, sin embargo, cuando realizaba fila para pasar por el chequeo del puesto de Migración de Nicaragua, un policía separó a los extranjeros.
A él lo llevaron a una celda, bajo el pretexto de que intentaba ingresar de forma ilegal, a pesar de que estaba efectivamente haciendo fila para pasar por el chequeo por las autoridades migratorias.
De Peñas Blancas fue trasladado al Chipote, situado en la Loma de Tiscapa, en Managua. Ahí fue torturado.
“Envolvieron un bate en trapos y ¡bum!, me empiezan a golpear. Me hacen una llave en el cuello y me empiezan a asfixiar”, relata Tiffer en la entrevista realizada por el periodista Esteban Mata, de La Nación.
En Auxilio Judicial de la Policía de Nicaragua no le permitieron contactar a nadie ni realizar una llamada telefónica. Le quitaron la ropa y permaneció varios días en una celda oscura, la que compartió con otras personas que asegura están relacionadas a la masacre del 19 de julio de 2014. Días después tuvo problemas de presión y tuvieron que cambiarlo de celda.
Durante los interrogatorios le preguntaron sobre tráfico de personas, sobre su ingreso ilegal a Nicaragua.
Tiffer había decidido viajar desde Costa Rica hacia Nicaragua, con el objetivo de visitar a una tía que estaba enferma de cáncer. Su destino era Diriomo, una ciudad situada a hora y media de la frontera de Peñas Blancas. Nunca pudo llegar.
Su calvario terminó cuando un familiar suyo logró indagar dónde se encontraba y contrató a un abogado.
El Chipote es una cárcel que ha sido denunciada muchas veces por prácticas de tortura. Organismos de derechos humanos y organizaciones religiosas han pedido su cierre.