Alfredo Gutiérrez, concejal de Managua, cree que la cara de la capital está cambiando a pesar de que en los barrios pobres todavía se ven situaciones “tristes”.
Recientemente se han inaugurado diversas obras que buscan darle una mejoría a la ciudad, pero como si se tratara de una maldición, todas, o al menos la mayoría, se retrasan. Gutiérrez tiene varias explicaciones para esto que aborda en esta entrevista en la que además analiza la situación turística de la capital, las paradas de buses, el paso a desnivel de Rubenia y el futuro Estadio Denis Martínez.
¿Qué pasa en Managua que los proyectos comúnmente se retrasan?
Primero uno también tiene que tener cierta madurez para saber detectar que las cosas no salen como uno quiere. Eso es en todo. En los negocios privados de uno, te podés poner un programa pero cuando uno va caminando en lo que se planifica te vas topando con diferentes situaciones que te van atrasando. Sin embargo, yo creo que en el caso de las obras de Managua que han venido sufriendo algunos retrasos, además de eso, que tiene una lógica aceptable, nos encontramos con una lógica adicional que es cuando la Alcaldía tiene un plan para ejecutar una determinada cantidad de obras y de repente de la Presidencia de la República le pasa instrucciones a la Alcaldía para que haga otras obras que no estaban contempladas por la Alcaldía para el año. Obviamente la Alcaldía cuando tiene una programación para atender una cantidad X de obras y de repente le meten una cantidad Y, se atrasa en las obras X que le están pidiendo de la Presidencia que se ejecute.
¿Y este año qué obras les pidieron que ejecuten?
Este año vimos el tema de toda la construcción de los sitios turísticos que están a lo largo de la Avenida Bolívar. Ahí todo el proceso de desalojó a todos los comerciantes que estaban en la costa de Managua, luego la construcción de la tarima para la celebración del 19 de julio, con esa fuente luminosa. El tema también de los “árboles de la vida”, que esos no los paga la Alcaldía pero destinan recursos humanos de la Alcaldía para esas obras. Obviamente, que cuando tenés una planificación y por naturaleza y lógica tenés atrasos y más con ese tipo de obras, te desajusta. Yo siempre he creído y yo personalmente lo he dicho, nosotros tenemos la obligación de apoyar y contribuir en cuanto a darle a la Alcaldía nuestro voto para que se implementen estas obras porque al final benefician a la gente. Pero sí señalamos siempre en que si se ofrece un tiempo se haga el esfuerzo máximo para entregar en ese tiempo.
Y otra obra es el paso a desnivel de Rubenia.
El paso a desnivel se había planificado para estar listo en mayo. Sin embargo, fue antes de que hiciera una modificación en temas estructurales y de ampliación de vías y entonces se dijo que estaría listo en agosto. Así que más o menos estamos en tiempo. Yo siempre señalé que no creía que iba a estar listo en agosto y que más bien creía que estaría listo en los primeros días de septiembre. Estamos viendo que ni yo tuve la razón, pero tampoco la Alcaldía, porque dijeron que a mediados de agosto iba a estar listo. Habían anunciado que se iba a inaugurar el domingo pasado y no se hizo.
Usted me decía que la Presidencia solicita varias obras a la Alcaldía, ¿qué tan profunda es la influencia que tiene el Gobierno central actualmente en la Alcaldía?
Ese es el modelo de gobierno que siempre hemos reprochado y denunciamos. Es ese modelo en el que el ejecutivo ha venido a absorber la autonomía municipal y que los municipios han dejado de tener autonomía y que es la Presidencia la que decide qué se hace en cada municipio, sobre todo en los municipios donde ellos tienen alcaldes, ya sea porque los han ganado o se robaron las elecciones. Un ejemplo: las paradas de buses, nosotros lo teníamos en nuestro plan de gobierno. En 2012 cuando corrimos para la Alcaldía de Managua yo propuse la modernización de las paradas de buses. ¿Qué sucedió este año? La Alcaldía no lo tenía considerado y de repente a doña Rosario Murillo se le ocurrió que era una buena idea para proteger a los ciudadanos de la intemperie y entraron a un proceso de modernización. Entonces la Al caldía tiene sus planes de acción de diversas obras, pero de repente la señora Murillo les dice que tiene que hacer todas las paradas de buses y se atrasa en todo el resto de las obras.
¿Los atrasos siempre están relacionados con la Presidencia?
Tiene un vínculo importante. Como te decía es una mezcla de atrasos naturales, pero también un impacto importante en cuanto la Presidencia le demanda que haga otras obras que no están contempladas.
¿En estos casos qué se hace entonces?
Yo sinceramente no puedo oponerme porque si lo teníamos contemplado en nuestro plan de Gobierno no podemos oponernos a que se le den mejores condiciones a los managuas en sus paradas de buses. Pero tenemos la obligación de decirlo, y lo hemos hecho, que hay una deficiencia profunda en cuanto a la autonomía municipal y que el Gobierno municipal ha sido incapaz de poder articular todo ese tipo de propuestas de una manera organizada para que se pueda cumplir con este tipo de obras. Entonces es un balance, está bien, la obra es importante, aunque la haya mandado a pedir doña Rosario, se necesita. Algunas paradas estaban a la intemperie. Ese es el balance positivo, pero lo negativo es que no se le ocurrió a la Alcaldía introducirlo en su plan como una decisión propia, sino que tuvo que esperar que fuera la primera dama a la que se le ocurriera.
Algunos concejales decían que la calidad de las paradas era mala, ¿coincide usted con eso?
Yo creo que el problema de las paradas de buses es que no las han construido de una manera ordenada. Yo creo que en gustos se rompen géneros. A algunos les pueden gustar las paradas que tengan una estructura modernista o colonial. Algunos pueden opinar que la ciudad está modernizándose y que podían haber hecho paradas en la línea de esa modernización. Yo lo que creo es que el problema de las paradas, indistintamente del diseño, es que no las terminan. Algunas, por ejemplo, ya están listas con el techo, pero el piso sigue siendo de tierra. Otro tema es que se había levantado un inventario para que los comerciantes que tradicionalmente estuvieron en paradas se beneficiaran. Pero hemos visto, que con desorden, sin involucramiento de la Alcaldía, que algunos comerciantes que nunca han estado ahí llegaron a ocupar el espacio. Entonces, el ciudadano, en vez de tener su lugar, lo sacan los comerciantes.
Y en ocasiones hay comerciantes que llegaron a las paradas antes de que se terminaran.
Exactamente. Ahora también otro fenómeno que encontrás es que hay algunas paradas con hamacas colgadas. Entonces, se diseñaron de una manera para que los comerciantes que estuvieran ahí les quedara un espacio para vender, pero el desorden es otra cosa.
¿Y eso cómo lo piensa ordenar? Porque si le van a decir a un comerciante que se salga porque no le toca, se arma el pleito.
El problema es que el ciudadano se mete y lo sacás y no hay problema. Pero si el ciudadano se mete y vos le decís pagame diez pesos semanales o mensuales para que yo, como Alcaldía, te dé el chance de estar aquí, desde el primer momento que se pagan los diez pesos y la Alcaldía me da un recibo, automáticamente ese ciudadano se siente con derecho de estar ahí. El pecado es de origen. Es la Alcaldía la que debe negar y retirar a las personas que están actualmente en esos espacios.
¿Pero actualmente no se les cobra?
Entiendo que se les debe de cobrar. Es como cuando ocupás un espacio en un mercado. Si vos llegás con tu canasto pasa el inspector de Commema y te da un recibo por diez pesos.
¿Eso ya se lo dijeron a las personas que están en las paradas?
Eso no lo sé porque no estoy en la parte administrativa de la Alcaldía y no existe retroalimentación de parte de ellos para estarnos informando en cuanto a las políticas y normas. Pero como la práctica es esa, nosotros especulamos de que eso es lo que está sucediendo.
¿Usted podría decir que la cara de Managua ha cambiado?
Sí. Dependiendo de la cara de Managua que ves. Si te metés en los barrios vas a encontrar una cara triste, desoladora, una Managua con un fenómeno que es un crimen que esté sucediendo, que es que hayan muchachas de 13 o 14 años con niños. La cara positiva es que a pesar de que en gustos se rompen géneros, a mí personalmente no me gustan las hojalatas esas (“árboles de la vida”), se le da un nuevo rostro en esas áreas públicas de Managua que yo que estoy vinculado al sector turismo sí te puedo asegurar que eso ha generado más atracción al turismo. Los turistas que traemos a Nicaragua no paraban en Managua porque después de La Loma de Tiscapa, Las Huellas de Acahualinca y la Casa de la República y el Palacio de la Cultura ese era el “city tour”, de Managua. Ahora se han construido otros espacios que tienen un objetivo turístico y con eso logramos alargar hasta dos días de que los turistas se queden en Managua. El (parque) Luis Alfonso Velásquez es un centro importante de atracción turística. Los diversos espacios que han construido, los sitios de café, de maíz, son sitios que están bonitos, bien hechos y esa es la otra cara de Managua que está dándole beneficios a que el turismo quede más en Managua.
Pero frente a eso, ¿el tráfico no se convierte en un reto? Más turistas significan más tráfico y no hay por dónde canalizarlo. Los semáforos inteligentes se suponía que debían resolver eso, pero también es otra obra que se ha atrasado.
El tema de los semáforos inteligentes siempre fui muy claro en que su instalación no iba a resolver el problema de la alta densidad de tránsito y los pegones que se hacen en Managua. Porque yo ya lo he vivido en otros países. Los semáforos lo que hacen es que contribuyen a que el tránsito sea menos pesado, pero no lo eliminan. Vamos a necesitar que la Policía esté en las calles. Y es lo que han hecho y ha funcionado. Se les dijo durante muchos años que lo hicieran y no lo hicieron y ahí están los resultados, que son positivos.
¿Y esos semáforos entrarán a funcionar en algún momento?
Yo creo que sí. Tienen atrasos, un atraso que ya no es tan leve. Bueno, a la fecha de hoy el atraso no es mucho, pero como vemos que están instalados ahorita podría ser mayor. Yo calculo que eso va a estar implementándose en el mes de septiembre. Eso haría dos meses de atraso porque estaba contemplado que esa fase iniciaría a operar en julio.
Ahora estamos frente a la construcción de un nuevo estadio, ¿podemos tener confianza que es una obra que se va a terminar?
El tema del estadio para mí tiene dos fortalezas muy grandes. Uno en la parte de beneficios y yo personalmente he apoyado esa obra indistintamente de si los fondos de Taiwán el presidente los agarró para llevárselos a Ciudad Belén y ahora la Presidencia le pide a la Alcaldía que suscriba un crédito, como crédito puente, porque después el ejecutivo se lo va a reembolsar a la Alcaldía… Al margen de eso, yo creo que el estadio es una obra que Managua necesita. Y que los ciudadanos lo van a gozar. La otra fortaleza es que yo creo que las empresas que ganaron la licitación son empresas sólidas en este país. Podrá haber muchas valoraciones, que porque se aprovechan, que porque están en el poder, que porque están en el Cosep, pero yo sí puedo dar fe de que las empresas son serias. Y una mayor fortaleza es que en el consorcio involucran a una empresa mexicana que tiene experiencia en construcción de estadios en México.
¿Qué va a pasar con el Estadio Denis Martínez?
Pues el antiguo ya lleva diversas valoraciones técnicas que dicen que no tiene estructuralmente la capacidad para seguirse usando. Pues yo diría que si es una estructura que ya no se puede utilizar sería feo dejar un elefante blanco parado y yo sería de la opinión que hay que demolerlo. ¿Qué hacer con el espacio? Pues eso es del Gobierno central. A mí se me ocurriría que se puede hacer una ampliación de un parque. Se puede donar a la Alcaldía de Managua para que se pueda ampliar el Depósito Vehicular. Se puede ocupar para construir algunos multifamiliares (casas de varias plantas).
PLANO PERSONAL
Alfredo Gutiérrez tiene 50 años.
Está casado y tiene un hijo y una hija.
Es licenciado en Administración de Empresas Turísticas y tiene un posgrado en Empresas Turísticas.
