El expresidente de Guatemala, Otto Pérez Molina, vivió ayer el día más duro de su vida política, que empezó por la madrugada cuando se anunció su renuncia y que acabó a últimas horas de la tarde con la decisión que menos esperaba: quedar en prisión provisional.
“Esta es únicamente prisión provisional y no preventiva”, aclaró el juez Miguel Ángel Gálvez en la primera audiencia del caso contra el exmandatario, donde ordenó el traslado a una cárcel en el Cuartel Militar Matamoros, en la capital, de Pérez Molina.
Pérez Molina ayer dejó de ser presidente luego de que el Congreso aceptara su dimisión.
El juez explicó que la medida de arresto provisional obedece al peligro de fuga y que busca garantizar tanto la vida de Pérez Molina como que hoy continúe la audiencia de primera declaración del imputado.
El abogado del exgobernante, César Calderón, pidió al juez reconsiderar la medida y tome en cuenta que Pérez Molina se presentó en forma voluntaria a declarar. Afirmó que su cliente se sometería a la ley y que se presentaría a la continuidad de la audiencia.
Pérez Molina fue acusado el viernes 21 de agosto por la Fiscalía y la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) de liderar una red de corrupción aduanera conocida como “La Línea”, una estructura criminal que defraudó, según las autoridades, millones de dólares al Estado.
Seis horas de sesión
Durante la audiencia judicial, el fiscal José Antonio Morales hizo que se escucharan las diversas grabaciones legales en las que se basa la investigación del Ministerio Público (MP) y la Cicig. En las escuchas se oye a dos presuntos funcionarios que supuestamente explicaban cómo funcionaba la red criminal.
Además se presentó una grabación ya conocida, donde se escucha la voz de Pérez, mientras intenta colocar a alguien en un puesto de empleo en el ente recaudador de impuestos.
Fueron unas seis horas en las que Gálvez escuchó la acusación, junto con Pérez Molina, cabizbajo y preocupado, y su abogado haciendo anotaciones en una hoja en blanco.
Defensa para hoy
No hubo tiempo para la defensa, que se prevé que se pueda pronunciar hoy después de que acaben de presentar las pruebas en su contra.
Antes de llegar a los juzgados, donde Pérez Molina fue sindicado por la Fiscalía de los delitos de asociación ilícita, caso especial de defraudación tributaria y cohecho pasivo por participar en “La Línea”, el general retirado avanzó a una emisora local que existía “toda la intención” de destruirlo.
No obstante, mostraba su esperanza de que la Justicia no se dejara manipular por instancias extranjeras.
“Yo sigo creyendo en el debido proceso” y “le estoy diciendo al pueblo que es lamentable esta situación que se está viviendo pero voy a dar la cara”, manifestaba el mandatario, asegurando que estaba “tranquilo” a pesar de que era un proceso “doloroso”.
“Esto es muy duro”
El general en retiro insistió en su inocencia en una entrevista con la agencia AP, durante un receso en la audiencia judicial, y dijo que comparecer al tribunal lo hacía sentirse “mal, esto es muy duro”.
“Yo tuve herramientas, pude haber sacado a la Cicig, pude haber cambiado a la fiscal, me pude haber atrincherado y no lo hice”, dijo en referencia al hecho de que pudo interrumpir la investigación.
El exgobernante afirmó que las acusaciones en su contra tienen como base “dimes y diretes”. Y al ser consultado si alguna vez pensó que su presidencia terminaría así, respondió categóricamente: “¡Jamás!”
Comparó su situación con el cruento conflicto armado guatemalteco (1960-1996) “de lo peligroso que es utilizar decires y eso es lo que he visto hasta el momento”.
El miércoles inició todo
Toda la situación turbulenta para Pérez empezó el miércoles por la noche, cuando la portavoz oficial del Ministerio Público, Julia Barrera, indicó que el juez Gálvez había autorizado una orden de detención contra el mandatario.
En la madrugada de ayer, el portavoz oficial de la Presidencia, Jorge Ortega, confirmaba a la agencia Acan-Efe que Pérez Molina había presentado su renuncia en últimas horas de la noche del miércoles con el objetivo de “mantener la institucionalidad y el orden que corresponde dentro del Estado”, además de enfrentar “de manera individual” el debido proceso en su contra.
Tras conocerse la noticia, decenas de guatemaltecos salieron a las calles a celebrar. Desde horas de la madrugada grupos de ciudadanos comenzaron a llegar a la Plaza de la Constitución agitando banderas y carteles en señal de alegría por la dimisión del mandatario.
Pudo huir
Pérez Molina, a su salida de la audiencia, donde fue arrestado, aunque sin esposas, defendió ante los periodistas que “si hubiera querido huir” del país lo habría hecho.
“Si me hubiera querido ir del país lo habría podido hacer. Incluso hace dos días o el mismo día de ayer. Pero siempre lo dije: voy a respetar el debido proceso y voy a dar la cara”, dijo el exmandatario.
“No estamos dispuestos a salir huyendo ni corriendo. Estamos dispuestos a asumir la responsabilidad para aclarar esta situación”, agregó el exgobernante.
Pérez Molina, quien mantuvo distancia con los medios de comunicación durante toda la audiencia, se acercó a los periodistas al finalizar la misma.
Sin consistencia
Durante más o menos diez minutos, el expresidente insistió nuevamente en su inocencia, desvinculándose de las más de 35 escuchas telefónicas presentadas por la Fiscalía en su contra.
Las pruebas exhibidas, apostilló Pérez Molina, “no tienen consistencia”, y algunas de las supuestas evidencias que lo comprometen “están basadas únicamente en las escuchas”.
“Eso lo hablaré mañana con el juez, cuando me toque hablar, para hacerle saber con todo respeto cuáles son los puntos de vista para que él tenga argumentos suficientes para poder discernir entre lo que presentó el MP (Ministerio Público) y lo que yo aclare”, avanzó el exmandatario antes de encaminarse hacia el sótano de Tribunales para ser trasladado a la cárcel de Matamoros.
Reacciones internacionales
La ONU, la OEA y los Gobiernos de EE. UU. y varios países latinoamericanos hicieron votos ayer para que la crisis abierta en Guatemala se resuelva por la vía institucional y las elecciones del domingo se desarrollen limpia y tranquilamente.
“Aprecio profundamente el ejemplo brindado por el pueblo e instancias del Estado de Guatemala al haber logrado una solución de la reciente crisis por la vía institucional, sin violencia y en observancia del debido proceso”, sostuvo el titular de la OEA, Luis Almagro, en un comunicado.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, expresó su confianza en que tras la renuncia de Otto Pérez Molina haya una “transición ordenada y democrática” en el país. El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, aseguró que EE. UU. continúa apoyando a “las instituciones democráticas de Guatemala” y respeta la decisión de renuncia de Pérez Molina.
El presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, destacó que las fuerzas políticas y sociales de Guatemala deberían aunar esfuerzos para fortalecer la institucionalidad y hacer que “brille la verdad”.